Melilla: Aeropuerto 2021


No todo pueden ser temas de gran calado porque se corre el riesgo de encallar, como el mastodóntico barco del canal de Suez. Hay sucesos menores que también conviene relatar. Esta tarde, en un paseo por la pista de carros y los restos de las antiguas huertas del Real, se oía el inconfundible ruido de las hélices de un avión sobre la pista del aeropuerto, al que llamaremos 2021, mientras de dilucida o se lleva a cabo la imposición de su nombre definitivo. A las 19h 00 llega habitualmente un avión de Air Europa procedente de Málaga, y otro de Air Nostrum con apenas media hora de diferencia, que aparecen puntualmente sobre la cabecera sur, haciendo el giro por encima de Beni-Enzar, según manden los vientos.

Se aventuraba algún problema, ha debido existir algún tipo de retraso porque un avión seguía en pista en posición de despegue hacia la cabecera norte. El que venía de Málaga o Madrid (imposible aclararse si se consultan los horarios publicados en la prensa) o de ninguna parte, tuvo que realizar un giro de espera, para volver a encarar la pista, ya libre, y poder realizar el aterrizaje en la ciudad de Marte. Esto último ha quedado perfecto.

Seguidamente llegó otra aeronave, por un momento parecíamos estar en la ciudad soñada, la mejor comunicada del planeta. Quizá el año que viene tengamos un Airbus sobre nuestras cabezas. Esta vez era algo más pequeña, quizá el avión medicalizado para algún traslado desde el hospital.

Lo hemos podido ver todo y secuenciarlo, el avión de Air Nostrum estaba en clara maniobra de aterrizaje y tuvo que abortarla, volver a ascender y realizar la maniobra preceptiva de espera. Luego ya nos pasó por encima sin incidente alguno. Los aviones son el medio de transporte más asombroso creado por el ser humano. Eso sin entrar en los cohetes aeroespaciales.

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Aeropuerto internacional de Melilla


                           Hacia la ciudad aislada

            Un aeropuerto sin tráfico aéreo cae. Una ciudad aislada no puede crecer o  si quiera mantenerse. Un fin de semana la posibilidad de salir o entrar a Melilla no existe. La apuesta económica de la ciudad ha sido la del comercio fronterizo, la del transporte de mercancías que luego pasan a Marruecos, y eso ha provocado también el aislamiento terrestre. Durante una década se subvencionó a Air Nostrum con más de 1 millón de euros anuales de contrato publicitario que de nada ha servido. En la última década se ha pasado de los 24 vuelos diarios que salían y entraban de la ciudad (Málaga, Madrid, Almería y Granada), a menos de la mitad. Solo estamos conectados con Málaga y Madrid, y la mitad de esta última frecuencia la cubre Air Europa. No hay nada más.

        Hace ya un año que se perdieron de modo completo los enlaces con Almería y Granada, que ya se habían ido deteriorando. Estaban instalados en horarios imposibles para la salida de la ciudad, e inservibles para el retorno, al menos en los fines de semana, que es cuando podría haber mayor demanda. Una gestión adecuada y correcta al menos hubiese mantenido la situación heredada, tanto en destinos como en frecuencias. Si se ha perdido la mitad de los enlaces y reducido a la mitad los todavía existentes, entonces solo puede calificarse como negativa esa gestión.

          Nada queda de Helitt,  de Melilla Airlines, de Ryjet, del barco rápido, de los cruceros y por el camino que vamos antes de finales de año no existirá Armas o Trasmediterránea. La apuesta comercial, como dice el capitán de marina mercante Rafael Rosselló* que denuncia en solitario, sin el apoyo del gobierno de la ciudad, la presunta venta fraudulenta de Trasmediterránea, «la apuesta es por la carga», por el transporte de carga, no por los pasajeros. La quimérica, fantasiosa e irrealizable ampliación del puerto de Melilla estaría enfocada a un megapuerto de transporte de mercancías (que sí dejan dinero), pero no a un superpuerto de pasajeros. A la ciudad no volverán, ni han vuelto lo cruceros.

          Las Islas Canarias dependen de sus comunicaciones y allí el gobierno insular canario sí consiguió seguir manteniendo la existencias de Binter, la filial de Iberia que operaba en Melilla (https://www.bintercanarias.com/).

 Notas:(1) https://elalminardemelilla.com/2016/12/07/de-melilla-al-mundo/ *https://www.elestrechodigital.com/destacado/denuncia-una-presunta-alteracion-las-cotizaciones-acciona/.

 

La pista del avión


        El avión esperaba en la pista para el despegue, como tantas otras veces a lo largo de los últimos años, aunque cada vez menos, porque la frecuencia de vuelos entre Melilla y el mundo exterior sigue descendiendo. Cada vez es más difícil y más caro salir de la ciudad.

      Hay hechos, acontecimientos que se repiten constantemente, como una puesta de Sol, la salida de la Luna, un rayo, el paso de un tren por un túnel, y no por ese dejan de fotografiarse. Siempre se buscar algo, un instante mágico o un efecto difícilmente  repetible. Unas veces se buscan, otras simplemente se encuentran.

        En una mañana espesa de levante y de niebla, el avión esperaba en la cabecera 15 la autorización para el despegue. Un rayo de luz se filtró por una abertura en las nubes alcanzando el fuselaje del avión. Un potente y resplandeciente reflejo, llevó la luz en una dirección diferente, creando un llamativo efecto lumínico, sobre el Cerro de Palma Santa o Loma del Viento.

           No siempre es posible ver algo diferente en lo mismo, en aquello que sucede todos los días. La búsqueda del instante único, ese que no se repetirá más.