El Rastro, el futuro es de oro


Esta idea ya supo verla Coalición por Melilla hace al menos dos campañas electorales locales. La expansión natural del centro de la ciudad se dirigirá hacia el Rastro, al menos en las calles García Cabrelles, Gran Capitán y García Margallo, hasta la línea de corte con la calle Almotamid. El Mercado Municipal, al que ya solo le quedan una docena de puestos activos, deberá ser sustituido por una instalación más moderna en la siguiente década. El Mercado Central, antigua sede del Instituto General y Técnico de la ciudad, fue un apresurado parche para solucionar «el escándalo del cemento con aluminosis» de la época de Unión de Centro Democrático». Otras áreas colindantes, como la de los pabellones militares de las calles Infantería, Camilo Barraca, general Weyler y Vara de Rey, tienen la mayor parte de los edificios vacíos. Esto asegura la rentabilidad y posibilidades del mercado inmobiliario hasta la mitad del siglo XXI.

El Partido Popular se incorporó a ella en la última campaña (2019), pero imaginando la zona como el Toledo de Alfonso X el sabio, y su escuela de traductores de Toledo, en lo que denominó como el «barrio de las lenguas». Los dos partidos melillenses con más amplia base electoral, tienen relaciones de diversa índole, con el sector de la construcción e inmobiliario en nuestra ciudad, por lo que conceden a este campo una especial atención. Fue Karl Marx el primero que analizó la importancia de la economía sobre la política, y la relación entre ambas. También sobre la capacidad de influencia y dominio de lo económico sobre lo político. La diferencia solo está entre lo económico como fin del lucro privado, o la economía como instrumento del desarrollo social.

El nuevo eje de la ciudad arrancará en la Plaza de España y finalizará en la del Rastro, conectando la Avenida con la calle García Cabrelles, en lo que deberá ser la nueva Gran Vía de Melilla, y en la que también deberá ser también su denominación. Aunque no lo parezca, la propia Avenida y todas estas calles mencionadas, están llenas de edificios vacíos, como hemos ido escribiendo a lo largo de todos estos años. En una cuidad sin posibilidades de expansión física, el suelo es oro, es todo. El nuevo poder, o la capacidad de transformación de la ciudad hacia el futuro, se decide desde las áreas de Economía e Infraestructuras

El pasado mes, un viejo amigo del Alminar, residente en el mismo lugar de exilio que Boabdil, en la comarca de la Alpujarra, nos llamó para lo que parecía el talado de una palmera con inclinación imposible, en un viejo solar abandonado contiguo al callejón del Rastro. La palmera sigue en pie, pero pudimos observar el grado de deterioro y abandono de la zona, el polo oeste del nuevo eje de desarrollo. Todos los edificios están vacíos y tabicados, y los que no lo están ahora lo estarán antes del fin de esta década.

La transformación de Melilla en una urbe moderna, acorde con el siglo y el resto del país, debe pensarse y proyectarse ahora; con el mayor consenso posible. Hay terreno para construir de un modo razonable y pensando en el conjunto de la sociedad melillense, estrechando el margen a la especulación y al crecimiento desordenado, que es lo que ha acontecido en la última década. Este nuevo eje tiene posibilidades sobradas, porque hay mucho suelo, y gran parte de los edificios son de una única planta, por lo que crecerán en altura.

Existe algo más que queremos escribir ahora, aunque nos será imposible verlo. Quizá algún buscador del futuro localice esta frase, y este blog. Melilla vivirá el 6º Centenario de su conquista, en 2097, como una ciudad muy distinta, pero española. Las bases de esa ciudad, pueden empezar a asentarse ahora. No faltarán problemas, pero se alcanzará ese objetivo.

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Imágenes del Rastro


              El Rastro o Polígono fue el barrio de la expansión y de la esperanza. El primer barrio construido tras el acuerdo con el Sultán de Marruecos en 1860. Calles rectas, edificios modernistas y un trazado urbano moderno. Claro que eso era así en 1900, cuando empezaron a trazarse las calles y a elevarse los edificios nuevos. Pasado el tiempo, más de un siglo, pese a estar en el centro urbano es una zona desordenada y degradada.

                El ente público para la construcción de viviendas en Melilla (Emvismesa) es una empresa quebrada en todos los sentidos. No ha servido para los propósitos esperados y está en situación deficitaria e irrecuperable. Hubo un plan imposible que consistió en comprar multitud de pequeños terrenos para hacer edificaciones de protección oficial, que salieron muy caros. Tanto en las compras de los terrenos como las propias viviendas, que estuvieron sin adjudicar durante años. No se ha recuperado ni un 10% de lo invertido.

               La tierra de promisión está plagada de edificios fantasmas y en ruinas. Hay multitud de solares abandonados en donde se acumula la basura. No ha existido ningún plan en los últimos 10 años para recuperar la zona. Todo el dinero sigue desperdiciándose en un grupo de no más de 12 calles (4 del Centro, 4 del Real y otras tantas del Paseo Marítimo y del Industrial). La gestión de la ciudad es solo una ilusión.

                Melilla necesitará un plan de rescate organizado desde el Estado y gestionado desde Madrid. Esto ya es una cuestión de Estado. Pasear, ir a comprar, o residir en El Rastro es ya un acto de resistencia. Las imágenes que se contemplan a uno y otro lado es la de una zona salida de una situación de guerra.

             El Rastro de Melilla parece Alepo, Mosul o Grozni tras el asalto de las tropas rusas en la segunda guerra de Chechenia. No es aceptable que una ciudad con uno de los presupuestos per cápita mas altos de España, tenga zonas en esta situación. Estas imágenes no son de calles escondidas. Se trata de dos calles céntricas y de tránsito, Almotamid  y el Polvorín. Son solo las más llamativas, las hay peores. En estos barrios y estas casas, reside 1 de cada tres melillenses.

              La actual gestión deja la ciudad en una situación límite. Melilla no aguantará un mes más en una situación así. Los barrios deben ser desarrollados de modo conjunto, porque la población melillense habita en todos ellos. En el Rastro y en otros muchos barrios, no se ha invertido un solo euro desde principios del siglo.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2011/12/15/en-el-rastro-de-emvismesa/

Tráfico ordenado en el Rastro


              Una y otra vez, con la perseverancia del borrico en la noria (san Josemaría dixit), hemos criticado el caos circulatorio del Rastro, en la confluencia de las calles del Gran Capitán, general Margallo, alférez Montes Tirado y la bajada de la carretera del Tiro Nacional. La situación se ha mantenido así desde mucho antes de la creación del Alminar (ab alminare condito) en 2011.

              En enero de 2014 * propusimos una solución que se puede leer en el artículo de enlace. Básicamente consistía en un isleta central que separase la circulación ascendente y descendente, reorganizar el tráfico en la zona, cambiar alguno de los sentidos de la circulación, e incluso impedir algunos giros y maniobras.

             Han pasado cuatro años. A finales del mes pasado se comunicaba el inicio de las obras en la zona y desde entonces hemos permanecido en silencio pero atentos. En el día de hoy hemos acudido a ver el resultado de una obras a las que no se les ha dado demasiada importancia en su resolución. No tenemos noticias de si han sido inauguradas o de que los miembros del gobierno hayan acudido a visitarlas.

            La sorpresa ha sido muy grande al contemplarla. La obra está bien hecha y sigue en 3/4 partes la propuesta elaborada por El Alminar hace casi 4 años. Se ha creado una isleta central que separa ambos sentidos del tráfico. Se ha creado un carril específico para facilitar el giro de la COA (autobus urbano de Melilla) y se ha construido una pequeña rotonda para facilitar los cambios de sentido. Por primera vez se han creado unas pocas plazas de aparcamientos que facilitan la carga y descarga, y además se han cambiando el sentido de la circulación en la calle Montes Tirado.

             Apenas ha llevado un mes el realizar este proyecto y hasta su coste entre dentro de lo aceptable. Es una autentica lástima que se hay tardado tanto tiempo en llevarlo a cabo y que todo lo que hay alrededor (un entorno degradado) no acompañe con lo que es una zona comercial, perteneciente al centro de la ciudad.

             Escribimos en una ocasión que si nos encontrábamos con algo bien hecho, lo diríamos sin mayor dilación y sin confusión alguna. Esto está bien hecho. Muy tarde, sin tiempo para casi nada más, pero bien.

        Nota:https://elalminardemelilla.com/2014/01/25/el-gran-lio-del-rastro/

 

Sin rastro de solución


     Un rastreador es aquel que sigue la pista de animales o personas por el rastro que dejan, ya sean pisadas, cenizas, olores, sonidos, deposiciones. El Rastro de Melilla tiene rastro. El primero y principal es el enorme ruido que produce, y el segundo es el olor de la venta del pescado en la calle. Sin ser un rastreador cualquier melillense sabe reconocer que se está acercando al Rastro.

      La pista del Rastro se atenúa en invierno, pero con la llegada de mayo y del calor el barrio huele desde larga distancia. Las garcillas y gaviotas lo saben desde hace mucho y acuden allí a proveerse de un pescando tan fresco como el de  «Ordenalfabetix» en el poblado de Las Galias. ¿Es la oferta la que atrae la demanda o ésta última es la causa de la primera?. Si a lo habitual se une una rotura de conducciones de aguas fecales, entonces la zona se convierte en un pozo.

       La realidad dice que la oferta de pescado y fruta fresca existen porque no hay intención ni capacidad de acabar con semejante práctica, impropia de una ciudad moderna, ya sea africana o europea. Da igual. Esto no es propio ni aceptable en el siglo XXI. Ocurre porque no hay gobierno ni gestión, con lo cual la ciudad se ordena a su propia manera. Hay ineficacia y desidia.

         Hace unos años, cuando todo el comercio estaba en manos de cuatro, podía existir una excusa. La realidad es que hoy las fruterías proliferan como hongos y justo al lado de donde se comercia  en la calle, hay una pescadería con precios más baratos que los del Mercado Central. Con las panaderías sucede otro tanto. Hay muchos despachos de pan, y ya no hay necesidad de comprarlo en el suelo. Las tortas de «pan moruno» o techni ya es una realidad consumible en las panaderías de la ciudad.

             Hemos denunciado esto muchas veces, ahora ya solo lo comentamos. Es imposible que el Rastro remonte. No hay plan urbanístico. Es un caos de tráfico permanente sin escapatoria posible. Una vez rebasada la línea de la calle comisario Valero, ya no hay posibilidad de escapar. Las calles de Margallo y Gran Capitán solo conducen hacia el centro del barrio y a la carretera del Tiro Nacional.

Acción Poética en el Rastro


 La cultura en los barrios marginales

         Acción poética es una iniciativa mundial nacida en 1996 que busca plasmar expresiones poéticas, generalmente optimistas,  en los muros de las ciudades. En Melilla existirán una docena de esas frases., firmadas siempre con el nombre del colectivo, presente en países de habla hispana. Desde el Instituto de Las Culturas de Melilla, en su etapa inicial (actualmente ha sido reorientado), se buscó llevar la cultura y la pintura a los barrios marginales, enfocándose su acción principalmente sobre el conocido barrio del Rastro. Hubo una iniciativa, denominada proyecto Kahinarte, que dibujaba y pintaba trampantojos, definidos así por la Real Academia de la Lengua: Trampa o ilusión con que se engaña a alguien, haciéndole ver lo que no es. Eso es exactamente, ver lo que no es, casi como la propaganda.

         Una pequeña ilusión, una estampa fugaz, sobre barrios abandonados durante décadas, a escasos metros del centro de la ciudad. Hay una Acción Poética dirigida u orientada desde el Poder público, y otra surgida del propio barrio. El contraste entre la frase promovida desde la cultura oficial y la surgida de la expresión espontánea no puede ser más grande. Incluso la presencia de la garcilla sobre la demoledora frase no puede resultar más reveladora, de la distancia real entre verdad oficial y realidad urbana. Hay proyectos e iniciativas para desarrollar el Rastro, pero si no calan en el espíritu del barrio y no profundizan en su realidad social, no serán más que proyectos cosméticos. Se actúa, o se piensa en actuar, con una década o más de retraso.

          Al entrar en uno de esos espacios interiores, ocultos a la vista, preguntaba a los allí presentes: ¿Qué es esto, una casa o un almacén?. Con toda naturalidad y amabilidad me respondieron : pues ni una cosa ni otra. Exacto. Espacios abandonados, indefinidos, que no son nada.

             Nota:http://www.accionpoetica.com/

Venta ambulante frente a La Mezquita


Venta ambulante en La Mezquita

                   La venta ilegal de pescado, o venta ambulante,  inunda el Rastro de Melilla. Hasta ahora se situaban de una forma «discreta», pero a la vista de todo el mundo, en las calles transversales. Sin embargo, desde la semana pasada el descontrol es ya absoluto y la venta ilegal de pescado se realiza en el mismo límite de la Mezquita Central, en la calle García Cabrelles, y frente a la fuente del Bombillo. Es una situación de insalubridad total, propia del Tercer Mundo. La Consejería de Seguridad Ciudadana y la de Sanidad ya no existen fuera de sus despachos. La Policía Local hace lo que puede en una ciudad sin rumbo y a la deriva.

                Según el Reglamento de Convivencia aprobado por la Consejería de Seguridad Ciudadana, es más fácil ser multado por comer pipas en el Paseo Marítimo, que por vender pescado de manera ilegal, frente a uno de los escaparates turísticos más representativos de la ciudad. Esta es la realidad cotidiana, frente a una propaganda en la que ya nadie cree.

                     Los comerciantes de la zona, los fieles musulmanes que acuden a la mezquita para sus rezos diarios, el puesto de libros religiosos musulmanes, los usuarios de la fuente, los miembros del Consejo Religioso, están hartos de denunciar la situación.

El jardín asolado


 

               Asolado es destruido o arrasado. Desolado es triste inhóspito o desierto. Me ha resultado difícil el decidirme por un adjetivo u otro para describir este supuesto y fantasmal jardín y titular esta entrada. Se encuentra en la parte alta de las escaleras que comunican la calle Capitán Cossio con la calle Río Tajo, también llamado Monte de María Cristina, aunque en su parte más baja, la que da acceso al Rastro. Las palmeras se han doblado y achicharrado bajo el Sol y una desatención máxima. Es verdad que no se puede tener una ciudad en estado óptimo en toda su superficie, pero también es difícil encontrar cosas en mal estado en cualquier parte de la misma, aunque sea el mismo centro de la urbe.

         El barrio de los ríos es totalmente inaccesible, con potentes escaleras tanto aquí, como en el acceso desde Mariscal Sherlock. Escombros, basuras, farolas rotas, degradación, abandono., a poco menos de 200 metros de una de las «supuestas áreas turísticas»  de Melilla.  Todo son lemas, propaganda. La realidad es esta.