La Patrona, de nuevo en las calles


      Una situación insólita ha concluido en la calurosa tarde del 8 de septiembre de 2022. La Virgen de la Victoria, uno de los símbolos más importantes de la ciudad, ha vuelto a procesionar por las calles del centro de Melilla, tras cuatro años de ausencia. En 2018 y 2019 motivos climatológicos impidieron la procesión, y en los dos años siguientes (2020 y 2021) las restricciones provocadas por la pandemia de la Covid-19, exigieron su permanencia en el interior del templo.

    Los símbolos no pueden estar tanto tiempo ausentes de los lugares en los que tienen su sentido. Este año no hubo foto de familia y autoridades, en los escalones de la iglesia Arciprestal del Sagrado Corazón. Las puertas permanecieron cerradas hasta el mismo instante de la salida procesional. Todo ha sido más solemne. Las agrupaciones de la Guardia Civil y de Regulares, escoltas naturales de la Patrona Coronada de Melillla, esperaban al pie del templo la salida procesional, los primeros para abrir la procesión, los segundos para cerrarla, y en medio la Banda de Música.

   La imagen de la Virgen de La Victoria lleva asentanda en el templo del Sagrado Corazón desde 2016, cuando se iniciaron las obras de rehabilitación del templo de la Purísima, en Melilla la Vieja. En su momento supuso una conmoción, pero la imagen está mejor asentanda en el centro de la ciudad y es más accesible a todos.

El recorrido de la procesión patronal es más corto y cómodo para todos, aunque este año cambió el sentido del recorrido, en dirección a la plaza de España, para recorrer la avenida en sentido ascendente. Ese cambio provocó que la imagen de la Ntra. Sra. de la Victoria girase sobre las cabezas del público y fieles allí congregados, como si quisiese integrarse con la gente.

Todo parece reintegrarse lentamente a su sitio. La gente ha sufrido mucho en estos dos últimos años. Se necesita un poco de calma, pese a la incertidumbre. Los melillenses quedaron satisfechos y amparados por la presencia de su Patrona, una vez más, en las calles de la que es su ciudad, desde 1497.

   

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El día de la Patrona de Melilla


2021, cambio de ciclo en la Iglesia melillense

El 8 de septiembre es también el día de la Patrona de Asturias y de Extremadura, junto con nuestra Ciudad Autónoma. Además, se celebran las festividades de Nuestra Señora de Alta Gracia, de la Salud, de la Encina, del Castañar, de Regla, del Coro y de la Peña de Francia en Salamanca.

En el segundo año de la Pandemia, la Virgen de la Victoria tampoco ha podido procesionar por las calles del centro de la ciudad, a los que hay que añadir los dos años anteriores (2018 y 2019), en los que tampoco salió de su templo en procesión, aunque por razones climatológicas. Así pues, ya son 4 años de ausencia en las calles, aunque de presencia en el templo Arciprestal, en el que ya lleva más de un lustro asentada, y al alcance de todos los ciudadanos y ciudadanas.

En estos diez largos años del Alminar de Melilla, no hemos faltado ninguno a la cita con la venerada imagen melillense, bien en las calles o en su templo. La mitad de ellos en el Patronal, en Melilla La Vieja, y otros tantos en el del Sagrado Corazón. Ha habido circunstancias de todo tipo, y nada de esto era predecible. En el último decenio, solo ha podido salir en procesión seis años. La han acompañado 3 vicarios episcopales en este tiempo (José Manuel Barreiros, Roberto Rojo y el presente Eduardo Resa). Han sucedido también muchos hechos y conmociones, de los que también hemos dado cuenta. En el espacio de una década los cambios y las transformaciones han sido cuantiosas. Queda poco de la Iglesia que vio surgir este blog. ¿Por qué lo hemos hecho? pues porque esta es una parte notable de la cultura de la ciudad, y porque importa y afecta a una parte de su población. Si se arroja luz, o se levanta una lámpara, debe llegar a cualquier rincón.

Los Padres Paules desaparecen de Melilla

En 2011 «ad alminare condito«, se produjo una importante renovación en la Iglesia de la ciudad. Los Padres Paúles perdieron la parroquia que fundaron, la de San Agustín, así como otras capellanías, y quedaron recluidos a Santa Mª Micaela y a su casa conventual. Ese año también se marcharon de Melilla las Hijas de la Caridad. La Iglesia Diocesana se hizo presente en toda la ciudad, y ejercitó parte de su inmenso poder. La parroquia del Barrio de la Victoria constituyó su último refugio y el Dunkerque Paúl, del que ahora han sido abatidos.

Sin ceremonia de despedida, sin conocimiento público, sin ni siquiera una nota de prensa, o agradecimiento por los servicios prestado. Un siglo de presencia de los Padres Paúles, ha quedado reducida a cenizas. Una disposición diocesana, les ha dejado sin presencia efectiva en Melilla. Salieron de la ciudad los tres últimos padres paúles, el pasado 6 de septiembre. Todas las órdenes religiosas que un día estuvieron presentes en la ciudad están ya difuminadas.

Así es La Iglesia. Nunca da explicaciones de nada, tanto si se trata del Bisbe de Solsona, como de una orden entera. Te disuelve en un solo día, con una sola Bula Papal.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2011/10/17/frente-a-la-roca-de-san-pedro/

6 estampas perdidas


En una década como testigos de lo que ha sucedido en la ciudad, se han perdido muchas cosas, y no siempre para bien. Llega un momento en que los recuerdos se desvanecen y cuesta encontrar a quien tenga un imagen de aquello que se desea recordar. Hoy nos ofrecen un pequeño barco rápido, como si se tratase de un transatlántico, sin mencionar, que una vez tuvimos un verdadero buque estrella el Milenium Dos, y vamos a compartir esta evocación, con la imagen de su poderosa proa. Nos olvidamos ya de los cruceros, del hotel en el cargadero de mineral y de todas aquellas noticias imaginadas que nunca sucedieron,

Hemos visto caer mucho y recuperar muy poco, o al menos no en la relación con la inmensa cantidad de dinero que se invirtió en Melilla en las dos últimas décadas. En el origen del Alminar se paralizaron las obras del hospital nuevo, cayó la placa del comandante Benítez y nunca se repuso en su lugar, en donde hoy existe un edificio vacío y sin puerta de entrada para las deshabitadas plantas. Fue una de las primeras noticias de este blog.

La Ilustre y muy Franciscana Congregación de la Victoria sigue sin celebrar elecciones o cabildo, sin que se ofrezca motivo alguna para ese retraso. La Patrona sigue sin regresar a su templo, que permanece cerrado y en deterioro, y se disolvió el grupo de presión que reclamaba el inmediato regreso a su templo, hace 5 años.

El río de Oro, en su tramo final en nuestra ciudad, no ha vuelto a tener los pequeños embalses de agua, en donde solían posarse y refrescarse las aves. El año 2012 marcó el inicio de una pertinaz sequía, que se prolonga ya una década, la del Alminar. Con la reforma del puente de las Minas de Rif, hicieron desaparecer la bonita y frondosa higuera allí arraigada, que fue símbolo también de este blog.

Cuesta mucho recordar y también mantener vivos esos recuerdos. Son miles de imágenes, agrupadas por años, que tenemos que rebuscar y tener la fortuna de encontrarlas. Este blog es ya mucho más que su autor. Es memoria colectiva, que siempre compartimos y que crece con sus seguidoras/es.

La última procesión de La Victoria


El 8 de septiembre de 2017 nadie podía siquiera imaginar que estaba contemplando la última procesión de la Patrona de Melilla. Sin embargo, titulábamos la crónica de esa procesión de la siguiente manera, «La oscuridad alcanza a La Victoria«. Lo decíamos porque una parte del recorrido se llevó a cabo en la penumbra, entre otras cosas porque el decrecimiento de la luz solar en septiembre se deja notar.

El título también tenía un doble sentido, porque un año antes, el Vicario Roberto Rojo, ante la inminencia de las obras de rehabilitación en templo patronal de La Purísima, decidió bajar la imagen al templo Arciprestal, lo que provocó una rebelión abierta de parte de la congregación y de algunos fieles que les secundaron. Los acontecimientos posteriores le dieron la razón en esta medida, porque desde hace 5 años, la imagen de la Virgen de La Victoria, Patrona coronada de la ciudad, está justo en el centro de Melilla y accesible a todos.

La actual Junta de Gobierno de la Real y Franciscana Congregación de La Victoria, presidida por Mª Piedad Castellano, cumplió el pasado mes de marzo, el límite de los 8 años que establece el Código de Derecho Canónico para los mandatos en la cofradías y congregaciones religiosas. La llegada de la pandemia de Wuhan interrumpió la posible renovación en la Congregación de la Patrona de la ciudad. Sin embargo, pese a la obligatoriedad de la misma, no se tiene noticia de que se hubiese iniciado el proceso electoral. Debe entenderse que la actual Junta actúa en funciones, hasta que la situación permita la celebración electoral, de la que tampoco se tienen noticias, pese a que sí se han podido celebrar las elecciones autonómicas gallegas y vascas. Mª Piedad Castellano es Hermana Mayor desde el 23 de marzo de 2012.

La inexorabilidad del Código de Derecho Canónico

Los 1752 artículos del CDG son una amoladera de vanidades y ambiciones humanas. Quien pretenda hacer carrera dentro de La Iglesia debe prepararse para un ejercicio de paciencia y de décadas. Lo que no tiene precedente alguno es que una imagen de una virgen patronal de una capital española, no haya podido salir durante un lapso tiempo tan largo, tres años. El computo final de la actual Junta de Gobierno quedará marcada por la imposibilidad de procesionar la imagen entre el periodo 2018-2020, además de otras circunstancias internas, poco edificantes y alejadas de lo que debe ser la hermandad cristiana. A lo largo de una década de ya finalizada militancia en la Congregación, creí que era un lugar y casi un deber como melillense adoptivo, el poder contribuir al conocimiento de un símbolo, la imagen de la Victoria, que sostuvo el espíritu de los melillenses en la larga noche de los 400 años. Esa tenacidad posibilitó la pervivencia de la ciudad actual de Melilla, y su existencia actual, como lugar de encuentro de culturas antaño enfrentadas. No encontramos nada de eso allí, ni paz, ni piedad, ni perdón. Antes bien, fuimos perseguidos. Lo cual no excluye la presencia de mucha buena gente, tanto de fe como de obras.

El candidato desparecido

En 2012 existía otro candidato, un hombre de la ciudad vieja, Guilerrmo Carmona del que nada se ha vuelto a saber. Con la perspectiva del tiempo, queda hoy claro que este debió ser el candidato triunfante (perdió solo por 9 votos) Muchos otros y otras congregantes se han ido dando de baja a lo largo de estos años, o han desaparecido de los censos. El futuro se torna ya inmediato. El nuevo Vicario Eduardo Resa, ha transformado el templo arciprestal, y sujetado los mimbres desbaratados en los últimos tiempos.

El año pasado, con la segunda suspensión escribimos esta otra frase: No parece existir en los anales y crónicas religiosas de la ciudad, un precedente de esta magnitud y alcance, al que no nos atrevemos a otorgarle un significado trascendente, al menos de modo público, pero lo tiene. Y con este, ya son tres años.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2012/03/17/los-dos-candidatos-a-la-victoria/

Suspensión cautelar de La Victoria


 

                        El retraso que descabaló la procesión de La Patrona

                  Ninguno de todos/as los expertos  que hemos consultado recuerda una suspensión de la procesión de la Virgen de La Victoria, Patrona de Melilla.  Los romanos, grandes supersticiosos, consultaban los auspicios de modo constante. En Roma existía un colegio de augures. Los augures decían, que cuando los dioses estaban descontentos con una situación política o de gobierno, lo manifestaban por medio del tiempo y de circunstancias climatológicas extrañas, o de sucesos que solo se manifestaban en el momento de celebrar el fasto. Solo había una cosa peor que un mal augurio, y era sentar un precedente.

                        Los auspicios son negros desde hace algún tiempo, y hoy la amenaza de la lluvia se cernía sobre la procesión de La Patrona de la ciudad. En el lapso de tiempo que podemos recordar y del que estamos dando cuenta escrita, no habíamos conocido una suspensión de esta procesión. En la semana de feria de Melilla siempre suele llover, eso dice el acerbo popular melillense, pero la negra sombra de las nubes siempre respetaba el 8 de septiembre.

                        Los 1000 fieles y seguidores de la Virgen de La Victoria estaban congregados frente al templo arciprestal casi una hora antes del inicio de la procesión, prevista y anunciada para las 8 de la tarde. Sin embargo, y en contra de lo que ha venido siendo habitual, hoy 8 de septiembre de 2018, se comunicó de modo oficioso un retraso de media hora en la salida del templo. Los fieles congregados temieron por la procesión desde el primer momento. El riesgo de salir y enfrentarse a la posibilidad de lluvia no era grande, porque al estar la imagen de La Victoria alojada en la centenaria iglesia del Sagrado Corazón, apenas se hubiesen tardado unos minutos en hacer regresar a La Patrona de Melilla a su refugio. Ha existido un exceso de cautela, provocado por el retraso en la salida del templo.

                    Llevamos algunos años advirtiendo que el inicio del recorrido procesional es demasiado tardío para el mes de septiembre, porque la mayor parte del recorrido se hace ya sin luz solar. Aun así, y en la duración prevista para el recorrido, dos horas entre las 20 y las 22 horas del día, no ha caído una sola gota, pero al retrasarse la salida, las dudas y los temores se apoderaron de los que tenía que decidir.

                  Dicen los que le conocen, los que se enfrentan con él a diario, que el diablo solo necesita un instante de duda y de tribulación, una pequeña rendija; para entrar y causar un estropicio. Un solo momento de descuido frente a él  y se está perdido. Todas y todos los allí presentes, quedaron desconcertados ante el irremisible anuncio de la suspensión de la procesión patronal de Melilla.

 

 

 

 

 

La oscuridad alcanza a La Victoria


         El desfile procesional de la Virgen de la Victoria, Patrona de Melilla, empezó a oscuras por una descoordinación  con el alumbrado público. En el primer tramo de la carrera hasta el edificio Monumental, parecía que estábamos asistiendo a la procesión de la Soledad. Todo estaba oscuro y el escaso público, que un amigo del Alminar cifra en 500 personas, no daba sensación de calor al ambiente. Empezó demasiado tarde, ya sin luz solar, lo que acentuó esa sensación de penumbra. La hora de inicio debió ser las ocho de la tarde. El trono procesional siempre está custodiado por agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

         Faltaba también, aunque nadie se haya hecho eco der eso, la Banda Municipal de Música, que protestaba así por la falta de pago de sus salarios. La Escuela de Música y la Banda de Melilla arrastran problemas de financiación desde  el año pasado. El Gobierno de Melilla promete mucho y cumple mal. Los derroches vacían las arcas públicas.

         Esta vez el día de la Patrona ha coincidido en la parte central de la Feria de Melilla, pero eso no ha contribuido a una mayor presencia en su desfile procesional. Las tinieblas también acechan a la Virgen de la Victoria. Los recientes acontecimientos, sobre todo el atentado de Barcelona, el blindaje de la feria, las detenciones de yihadistas en los días anteriores a la celebración de la procesión, ha influido en el ánimo de la gente, que ya teme los espacios abiertos y este tipo de concentraciones.

         Hace solo un año que la actual Junta de Gobierno de la Patrona de Melilla renovó su mandato, en una situación declaro desafío al Vicario Episcopal y al Obispado, algo que también ha hecho mella entre los congregantes. La imagen ha salido por 2º año consecutivo del templo Arciprestal, y no porque don Roberto Rojo se salga siempre con la suya, sino porque las circunstancias así lo han dispuesto. Las obras prosiguen en la iglesia de La Purísima y no permiten el regreso de la imagen de la Patrona de Melilla.

           Ha pasado un año del  enfrentamiento público entre Congregación y Vicaría Episcopal, y todavía no se ha respondido a la propuesta lanzada desde la Vicaría, que la novena y la salida procesional se efectúe desde el templo del Sagrado Corazón. Nadie ha dado un paso atrás. La imagen de La Victoria se ha pasado el año entero en el templo arciprestal, en un estado muy próximo al descuido, con flores y adornos sin renovar durante meses. En ninguna villa, pueblo o capital española se ve una imagen patronal tan desatendida.

             Cerró como siempre el desfile, la escolta y Banda de Guerra de los Regulares de Melilla, la unidad más condecorada de las Fuerzas Armadas españolas, obtenidas gran parte de esas medallas y distinciones, en lucha contra el Ejército de La República. Esa es la gran reconciliación que todavía debe hacerse en España, el reconocimiento de la lealtad y el valor de muchos soldados, oficiales y mandos del Ejército republicano, que también era ejército español. Por este motivo, la calle del desfile procesional, la de Ejército Español, debería denominarse como avenida de las Fuerzas Armadas Españolas, sin mayor diferencia.

 

El día de la Patrona de Melilla


                             La Misericordia, la Virgen de la Victoria y sus fieles

        El 8 de septiembre es el día de la virgen de los Llanos, de Meritxel, del Pino, de Guadalupe, de Covadonga, de la Victoria, de la Cinta, de Montserrat, de Nuria, del Coro, de Soterraña. Muchas ciudades, pueblos, y comunidades autónoma celebran su día en esta fecha.

            La Patrona de Melilla resiste como cada año en compañía y ante la presencia de sus fieles, que no son demasiados, pero tampoco escasos. Son los mil de la Patrona, esa mítica cifra a la  que llevamos aludiendo varios años. Son mil, que tampoco descienden en número, pero que la acompañarán hasta el fin de los tiempos. Son los mil de la Victoria y de la Misericordia, por ser éste su año.

              La procesión contaba este año con una gran novedad, la de la salida desde el templo Arciprestal del Sagrado Corazón. Este ha tenido dos hechos muy beneficiosos, el primero es que la novena dedicada en su honor a tenido una numerosa presencia de fieles, y el segundo es que la procesión ha durado una hora menos, ha podido iniciarse a las ocho de la tarde, con mucho menos calor para los asistentes y participantes. Esto ha hecho que el recorrido sea más corto, más liviano, más solemne y más ambientado.

                                 El Vicario Episcopal, la Victoria y sus acólitos

                De un mal, el terremoto del 25 de enero, se ha obtenido un bien, el que la Virgen de la Victoria ha salido desde el mismo templo Arciprestal, en el centro de la ciudad. La voluntad divina,  el destino, el azar, o todos a la vez, han otorgado al Vicario Roberto Rojo Aguado, un triunfo eclesial histórico, de esos que se señalarán en las efemérides de la historia religiosa de Melilla. Flanqueado por sus dos acólitos, nombrados por el obispo de Málaga monseñor Catalá Ibañez, el Vicario de Melilla ha presidido relajado la procesión, atento a los detalles y sus fieles, dispensando bendiciones y a los que también ha dedicado gestos y palabras de atención.

              Acompañado por el clero de la ciudad en pleno, siempre delante de La Patrona, que este año a estado más cerca que nunca del pueblo de Melilla, no solo por la acción de la nueva Junta de Gobierno de Hermandad de La Victoria, sino también por un guiño del destino en forma de movimiento sísmico, y por la voluntad y la decisión personal del Vicario Episcopal, Roberto Rojo Aguado.

             En un año de zozobra para la ciudad y de ruina física para los templos cristianos, cuando el viento soplaba de frente y de costado, sobre la nave de la iglesia melillense, el Vicario ha sabido mantenerse en el timón, y no dejar la nave a la deriva, pese a que el vendaval amenazaba con echarlo todo abajo. Por medio de la Misericordia y el Perdón, el vicario Roberto Rojo ha subido sobre las suaves, pero firmes alas de la Victoria, la Patrona de Melilla.

           El acompañamiento musical de la Orquesta de la Ciudad de Melilla, y de la Banda de Guerra de Regulares, han jalonado como siempre, el paso previo y posterior al trono de La Victoria.