Esta es la parte alta del Rastro, o también del barrio del Polígono. Justo arriba está el monte de Mª Cristina, una zona de accesibilidad difícil. La calle que rodea esa parte se llama Río Duero. Allí las calles son muy estrechas, incluso para ir andando. Palabras como «accesibilidad», «peatonalización», son quimeras en estas zonas de Melilla, la ciudad de las diferencias. Bajar desde la zona alta en busca de un contenedor o de una papelera, son auténticos retos. Allí arriba, donde están esas calles, solo son transitadas por quienes viven en ellas. Es una ciudad distinta, en la que todavía quedan algunas casas «modernistas». Las calles son muy empinadas. Nadie quiere vivir allí. La Empresa Municipal de la Vivienda (Emvismesa), construyó casas de protección oficial en el barrio, pero con resultado ruinoso. Desde entonces está en quiebra técnica. La zona constituyó el primer ensanche de la ciudad tras los acuerdos de demarcación de límites.
Volvemos al título. El tubo de evacuación de escombros, de una obra en la calle Río Duero, se ha convertido en un sistema perfecto para arrojar la basura, salvo por el detalle de que no existe contenedor. La idea es buena.