2021: El año nuevo


Las crónicas bajo la Peste

Empezamos con la peste y acabaremos con ella, y ese acabar tiene un doble sentido. Hemos repasado frases anticipatorias, entre los artículos de diciembre de 2019 y enero de 2020, cuando nadie sospechaba nada, pero algo flotaba en el ambiente. En esas situaciones, el subconsciente libera frases ambiguas, que conectan con hechos que se producirán después. Las profecías aparecen primero y la historia tras ella.

En septiembre de 2019 la procesión de la Patrona de Melilla se quedó en las puertas de su templo por segundo año consecutivo. Era un hecho anómalo que solo pudimos intuir: No parece existir en los anales y crónicas religiosas de la ciudad, un precedente de esta magnitud y alcance, al que no nos atrevemos a otorgarle un significado trascendente, al menos de modo público, pero lo tiene. Quien repase las profecías de los oráculos griego podrá darse cuenta de inmediato de lo ambiguo de sus mensajes, incluso de sus doble lecturas e interpretaciones.

En ese mismo mes de septiembre, el día, el sorteo de la Rifa de la Caridad premió al número 100, un número extraordinariamente bajo, en el sorteo inmediato al día de la Patrona, y que en la terminología local se conoce como «la muerte». El año 2019 fue un año político. Nos enfrentamos a dos elecciones generales y eso ocultó absolutamente todo, pero seguían ocurriendo cosas que no habían sucedido antes, como el golpe de viento que arrancó la roseta de madera de la capilla del Centro Asistencial, y a la que llamamos «el viento del diablo». Esto ocurrió el 26 de noviembre. Apenas dos días antes, y en una exposición sobre Biblias luteranas, realizada por la organización evangélica Amiel, otro golpe de viento tiró al suelo las piedras de cartón que representaban el sepulcro de Cristo. Acabábamos de fotografiarlas en el instante anterior y tenemos las dos fotografías.

Entre los mil misterios de la pandemia que asola el mundo, y que probablemente nunca se aclararán, se encuentra el de su origen temporal. Cuando algo se detecta es porque ya lleva existiendo unos cuantos meses. Hoy parece una evidencia que el virus se estaba ya posicionando en el mundo en el último trimestres de 2019, de ahí su aparición simultánea y veloz en muchos lugares del Planeta. La peste siempre viaja rápido y suele llegar hasta el último rincón. El 1 de febrero de 2020 ya era visible en Alemania y el 9 de febrero en Francia, pero todavía eran solo noticias. No se escribían opiniones ni comentarios en la prensa escrita. Seguía considerándose un problema de China. La desaparición total de la prensa en nuestra ciudad nos ha aislado de muchas opiniones y comentarios.

El día 31 de diciembre de 2019, en la despedida y saludo final del año, escribíamos esto: El mundo se renueva constantemente, aunque a veces sí puede cambiar en un solo día, como por ejemplo el 2 de enero de 1492, fecha de la entrada de los Reyes Católicos en Granada. Los años se encadenan unos a otros, y el primer día del año es igual al anterior, pero efectivamente, «el mundo puede cambiar en un solo día». Para todos, en España, cambió el 14 de marzo de 2020.

Los datos de la Peste de los murciélagos o Covid 19

Quizá nunca llegue a aclararse el origen físico y la causa biológica de la presente pandemia, pero los datos son extraordinarios. Hay 83, 5 millones de infectados y 1, 8 millones de fallecidos. Estados Unidos es el país mas afectados. Su cifra de víctimas (345.844) se aproxima al total de bajas de la Fuerza Expedicionaria Estadounidense (AEF) en la II Guerra Mundial (404.399). En España, el 9º país en contagios, los fallecidos (50.837) quintuplican la cifra reconocida de víctimas mortales en la catástrofe de Annual, trágica efeméride de la que se cumple ahora su centenario. Rusia (56.798) cuadruplica ya la cifra de muertes registradas en la guerra de Afganistán (13.310).

Si algo queda claro ahora, es que la pandemia ha triturado cualquier país y cualquier tipo de gestión (neoliberal, conservadora, socialdemócrata) con independencia del desarrollo de su sistema sanitario. Los países del llamado G7 han sido barridos por la epidemia, sin importar su orientación económica. Persiste el misterio de la República Popular de China, el origen geográfico de la peste, y el enigma de la contención de la infección en su territorio. El 1 de febrero de 2020, el diario El País confiaba en que China contuviese su problema sanitario, pero en ese día y en ese momento, el virus ya estaba en casi todo el mundo. Tampoco han existido variaciones significativas entre invierno y verano, entre calor y frio, entre hemisferios sur o norte.

Así empezamos el año, el segundo que conviviremos con la pandemia, porque el término peste sigue asustando. Ya contamos con varios tipos de vacuna, que empiezan a distribuirse por todo el mundo. De aquí debería sacarse la idea de que ya no puede dejarse a ningún país fuera de las mejoras y avances sanitarios, o fuera de cualquier avance humano.

Mientras tanto seguimos afirmando que es posible evitar el contagio, pese a que sigamos en manos del azar. Las vacunas llegarán a todos, pero tomará su tiempo, al menos el año completo. Europa no es China. Así pues, desde El Alminar deseamos para toda nuestra comunidad alminarense, en el año que se abre: Salud, trabajo, esperanza y paciencia.

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