La presencia del Espíritu


       

       El lunes anterior a emprender cualquier viaje, siempre visito la capilla del Centro Asistencial de Melilla. Allí está San Nicolás, que en la tradición cristiana ortodoxa oriental, es el protector de los viajes por mar. En Oriente no existen las múltiples advocaciones bajo las que se conoce a la Virgen María en Occidente. En esta última ocasión tenía los minutos del día contados. Llegué tarde, pasadas las 19h 00. Llevo cinco años yendo allí, con cierta asiduidad. Tengo cientos de fotos con diferentes tipos de luz, de diferentes momentos del día y en distintas estaciones del año. Es un lugar tranquilo y mágico que invita a la reflexión, aunque sea fugaz. Nunca suelo ir a la misma hora. No sigo una pauta común para las visitas.

           Hoy me he fijado en que habían vuelto a colocar el panel de corcho de Monseñor Buxarrais, con la frase alusiva al tiempo litúrgico. Sé que es cosa del Vicario Episcopal D. Roberto Rojo, que ahora oficia misa allí los Domingos a las seis de la tarde. Obviamente la cita hacía alusión a Juan el Bautista.

           La presencia del espíritu se manifiesta por los pájaros y hoy había allí dos. No eran palomas comunes, tal vez deportivas. Nunca había visto pájaros allí dentro, revoloteando por el ábside, y eso que puedo hablar de visitas extendidas a lo largo de cinco años. Gatos sí he visto, pero nunca pájaros, y hoy eran  dos, como Juan y Jesús, como los dos mencionados en el panel del Vicario Roberto Rojo. Y he ido casi sin tiempo, y rodeado de muchas circunstancias complicadas. Allí estaban, en la cúpula, dos, moviéndose y mirando en la dirección de la cámara y conmigo estaba María, una mujer residente en el Centro Asistencial, y quedó tan sorprendida como yo. Eran bastante curiosones, mirando un rato fijamente y luego volvían a revolotear, sin encontrar el camino de salida. Se habían introducido allí poco antes de mi llegada, de ahí la sorpresa de María, que es la guardiana de la capilla, que permanece abierta todos los lunes de 09h 00 a 21h 00.

         El Espíritu puede alcanzarte, lo difícil es mantenerte en sintonía con él.  Casi nunca hay señales tan claras. Lo normal suele ser la oscuridad y el silencio. La ausencia de respuestas.