Bloques de Álvaro de Bazán


           Los bloques de viviendas sociales de las calles Infanta Elena y Cristina se han salvado de la especulación promovida por los propios promotores del PGOU, o sea, la propia Ciudad Autónoma, que primero negó, luego dijo que algo había y finalmente dice que vuelve todo a la situación de 1995. La alerta de algunos vecinos, los concejales del partido socialista y la actividad libre de algunos blogs parecen haber parado una acción contra las viviendas de los más desfavorecidos. No todo el mundo es rico como ellos. Muchos tienen sólamente la casa que habitan desde hace generaciones*.

            Hay que seguir alerta porque como ya he dicho en otras ocasiones, el verdadero y único negocio de Melilla es el terreno, el suelo que pisamos. En una ciudad con el terreno contado y sin posibilidad de expandirse, la posibilidad de hacer negocio urbanísto es contar con recalificaciones de terreno y con el aumento de edificabilidad en los barrios. En el caso de los bloques de las calles de las infantas el terreno disponible es muy ajustado, por lo que solo cabía la posibilidad de aumentar la altura edificable.

            Sin embargo, con los bloques de Álvaro de Bazán en barrio del Industrial no ocurre lo mismo. El terreno del que disponen es inmenso, pues auqnue las casas son pequeñas, disponen de amplios patios y muchas zonas comunes. Con los criterios constructivos actuales y con un aumento de la edificabilidad, la superficie a construir se podría multiplicar por cinco. Su emplazamiento es óptimo y constituyen un bocado muy apetecible. En su momento se habló de lo mismo que de los bloques de Las Infantas, en el barrio del Real. En esta ciudad nada puede descartarse, ni ahora, ni en el futuro.

           Aprovecho esta entrada para recordar y volver a tener presente el caso de los bloques de viviendas sociales, para ofrecer visiones poco habituales de estas viviendas, y además para ofrecer la imagen de la placa cerámica de la Virgen de La Victoria que fue instalada en uno de los portales de las viviendas. Es la imagen más exterior de la Patrona de Melilla, poco conocida fuera de los muros de Melilla la vieja.

        Nota: * Hay que recordar que en los antiguos bloques de pescadores de Corea (marqués de Valterra y Rodríguez Lizón), de viviendas modestísimas, la superficie a edificar se triplicó.

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Campaña: «Melilla renovada»


             Deficiente instalación de placas y losetas        

           Pasada la sorpresa de la instalación de los primeros monolitos, se empieza a ver la realidad de las cosas. Si se quiere atraer la atención de la gente, lo deseable es que el entorno acompañe, cosa que empieza a no suceder. La instalación de algunas losetas de la campaña «Melilla renovada», parece más obra del diablo que otra cosa. Algunas ya parecen viejas  y no llevan más de diez días en la calle, pues están instaladas de modo grosero y en aceras prácticamente destruidas, lo que afea el conjunto de modo irremediable. Lo nuevo llama la atención pero no le acompaña lo que hay alrededor. Algunas de esas losas, que ya hemos localizado, parece que llaman la atención sobre el lamentable estado de la acera, que es en lo que uno se fija al verla; como es el caso de la emplazada en la esquina de la calle Castillejos y O´Donnell.

       El acabado de las losas de marmol que identifican el área de interés, como el Parque Hernández, es muy deficiente. Están recién puestas y ya presentan un aspecto deslucido, con una sensación clara de  obra efímera y no destinada a perdurar. La losa de granito negro pegada sobre una base tan estrecha no resulta estética. El borde saliente es demasiado visible y son candidatas a la fractura en apenas unos meses. Están mal emplazadas y colocadas con premura, lo que empieza a notarse de modo evidente.

         Otro detalle en lo que nos han hecho fijar, es en el idioma elegido para la traducción bilingüe. Estamos en un entorno en el que la 2ª lengua de nuestros posibles visitantes es el francés, por lo que se podría haber instalado la doble traducción en ese idioma, o la triple compartida con el inglés. Además, los monolitos informativos, como el de la plaza de España, no explican el monumento que tienen enfrente, sino que divagan sobre aspectos etereos de Melilla.