Cuando Melilla fue una ciudad gaditana
Todo viaje puede tener algo de rito iniciático. Un viaje suele transformar parte de lo que somos, cuando se afronta de esa manera. No confío en aquellos que dicen que un viaje no les cambia, aunque sea minimamente. Un viaje puede depararnos las cosas que estábamos buscando, e incluso otras que no esperábamos encontrar. La vida es, al fin y al cabo, un viaje. Esta ha sido un viaje especial por muchas razones, la principal es que toda esta zona se ha convertido en el destino de mi «viaje de novios». Es también cierto que era un destino (Zahara de los Atunes), buscado desde hace tiempo y que por diversas circunstancias no se había podido culminar.
Yo había estado aquí en 1980, en San Fernando, cuando hice el campamento previo al servicio militar, y la Jura de Bandera. Era por tanto, un recuerdo perdido en la bruma del pasado. Yo acababa de llegar a Melilla y no relacionaba a Cádiz o a Medina Sidonia con la ciudad norteafricana. Hoy veo que Melilla la Vieja o barrio de Medina Sidonia, tiene mucho que ver, incluso físicamente, con la ciudad que le dio origen, e incluso con otras ciudades y pueblos gaditanos. Hay rincones en muchos pueblos de Cádiz, que recuerdan vivamente a la ciudad vieja de Melilla. Es una pena que muy poco de eso se haya conservado. En Melilla la Vieja, se están tirando casas, que en cualquier otro lugar estaría prohibido, como la Casa de los 4 Patios.
Medina Sidonia, la ciudad matriz de Melilla
En 1494 se ratificó entre España y Portugal el Tratado de Torsesillas. En él se menciona, al menos en una decena de ocasiones la ciudad de Melilla, como necesaria de: Proveer su conquista para España. En ese mismo año, La Corona de Castilla deshecha su conquista, por dificultosa, onerosa y poco provechosa. Será la Casa Ducal de Medina Sidonia la que en 1496 o 1497, lleve a cabo la conquista de la ciudad, con cargo a sus arcas. Hasta 1556, Melilla será una ciudad ducal, perteneciente a este municipio gaditano, así como casi toda la provincia. Son 60 años de vinculación con la Casa de Medina Sidonia y aun así, cuando empecé a enterarme de las cosas por mí mismo, me sorprendió la falta total de relación institucional y cultural entre Melilla y su ciudad matriz. Nos hermanamos con Motril, Toledo o Malta y no tenemos relación alguna con quien , en definitiva, nos incorporó definitivamente y de modo legal y efectivo a la historia de España. Hasta ese momento, la vinculación de Melilla con la historia de la península ibérica es solo una quimera intelectual, salvo en el periodo de dominación musulmana, cuando fue refundada como ciudad por Abderramán III en el siglo X.
He paseado por Medina Sidonia y he visto mucho de Melilla en ella. Es verdad que hay un momento para cada cosa y una cosa para cada momento. Este viaje no hubiese significado lo mismo hace 5 años, y tampoco hubiese sido el mismo. Las cosas llegan, a veces, cuando se las busca, pero también cuando estamos preparados para ello. He respirado y sentido a Melilla la Vieja en el casco antiguo de Medina Sidonia. La costumbre, ya casi perdida en nuestra ciudad, de la cerámica religiosa colocada en las paredes de la ciudad, está muy presente por todos los pueblos históricos de Cádiz ( Vejer, Conil, Barbate), que he podido visitar. Ahora, en mi regreso, comparto estas sensaciones y fotografías en El Alminar.