Relíquias útiles
En Melilla todavía pueden verse cuatro o cinco de las antiguas cabinas telefónicas, que a la luz de las nuevas tecnologías de comunicación se nos aparecen como artefactos antediluvianos o totalmente anacrónicos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. A la compañía Movistar, antes Telefónica, le cuesta mucho dinero su mantenimiento, pero siguen resultando muy útiles, pues no siempre se dispone de una teléfono móvil, de hecho todavía hay quien no lo tiene y solo efectúa sus llamadas por las lineas regulares, las de cableado. Muchas veces nos encontramos con la sorpresa de que hemos olvidado el teléfono móvil, o no se ha descargado la batería, o también, se ha desconectado el satélite y nos encontramos con una zona de sombra o de apagón y no podemos efectuar la llamada. En una situación así, tener cerca un «poste telefónico» resuelve más de una situación comprometida.
Si uno lo piensa, ya resulta extraño hablar con un poste, metiendo una moneda en una ranura y que alguien te oiga. Resulta más lógico y aceptado coger una pastilla de plástico y hablar con alguien al otro lado del mundo y sin necesidad de cables o hilos, enviarle una fotografía por el aire, o el eter, que tanto da. ¿Cuánto durarán las cabina?. Nadie lo sabe, pero de momento, ya las he utilizado recientemente y siguen siendo muy útiles. Nunca se puede desdeñar lo viejo solo por serlo; ni tampoco por su aspecto. Hay cosas que aunque no reparemos en ellas, son necesarias.