El pabellón Lázaro Fernández


                    El pabellón que iba para iglesia

          Al pabellón Lázaro Fernández se le tiene mucho cariño en el barrio del Real, entre otras cosas porque ha sido el único durante 20 años, y también porque lleva el nombre de un buen hombre, el fisioterapeuta Lázaro Fernández, que durante muchos años, alivió las contracturas y llevó a cabo las rehabilitaciones de muchos operados y operadas  melillenses, cuando en la ciudad no había de nada; y no están tan lejanos esos tiempos.

            Muchos, yo mismo, desconocían que ese extraño pabellón, cuya pista deportiva está por debajo del nivel del suelo, sabían que ahí, se iba a construir una iglesia, lo que algunos llamaban «la catedral del Real», porque este barrio era el más importante y populoso de la nueva ciudad, y por eso se le conoce como «el barrio».

               La razón de que la pista se encuentre por debajo del nivel del suelo, es que ese era el hueco previsto para  la cimentación de la iglesia, cuyos pilotes llegaron a ponerse en 1954. La pista me la proporcionó un amigo, Dario Blanco, y me la corroboró otro, Ricardo Ruíz Varea, natural del barrio del Real y que jugaba de pequeño en las profundidades de la cimentación, a la que los niños llamaban la iglesia rota.

                El dato científico que confirma toda esta historia y recuerdos de niños, aparece en el libro La Ciudad de Melilla y sus autores, del historiador y Cronista Antonio Bravo, que incluso publica un plano de lo que hubiese sido la iglesia más grande de la ciudad, casi una catedral.  Sin embargo, no identifica el emplazamiento de la misma, cosa que sí hemos hecho en El Alminar, gracias a los recuerdos de las dos personas mencionadas. En el barrio, no hay o no he encontrado otros datos o fotografías, acerca de esta historia. Hay una frase ya acuñada y que afirma que al igual que Roma: expertos tiene El Alminar, que espero, nos nutran de datos o documentos, que nos permitan ampliar esta historia, que yacía casi sepultada en el olvido.

          Nota: El pabellón Lázaro Fernández, necesita una arreglos en la cubierta y en sus voladizos.

16 comentarios en “El pabellón Lázaro Fernández

  1. No sabía nada de esta historia del Lázaro Fernández. Y me ha gustado volver a verlo y esa fotografía del interior. Hace dos decadas pisė por primera vez ese pabellón, acompañando a una amiga que tenía en Melilla que era de Jaén. Octubre de final de los ochenta. El equipo que jugaba contra el de Melilla era el de Jaén, y ella se empeñó en que la acompañara, sin gustarme el fútbol. El destino o el azar se vale de esas cosas, para marcar nuestra vida y su rumbo. Alli me crucė, aquella tarde de otoño casualmente, con alguien que tambien estaba en ese lugar, y con el que comparto mi vida desde hace veinticinco años.
    Hoy he removido mi memoria gracias a El Alminar,

  2. Esa iglesia era impresionante. Yo conocí el ábside construido y el sótano en el que había un pozo. En una de las inundaciones del barrio Del Real, el sótano se convirtió en piscina. Las ventanas del ábside eran de estilo gótico. Los niños Del Real jugábamos en «la iglesia rota».

      • Yo » me crié» a unos 15 metros lineales de la llamada »iglesia rota», no puedo aportar fotos, nací en el 59, en aquellos tiempos no era tan fácil el obtener fotografías, pero lo que si puedo contar es que efectivamente, contaba con una explanada enorme, donde se suponía que irían las filas para los asistentes, estaban los hierros retorcidos que servirían para los pilares, la estructura y parte del cerramiento del altar, sacristía etc, estaba terminada, aunque sin cubrir, allí pasamos horas y horas jugando a »la lata», nos subíamos a dicha estructura, osea una anchura de los ladrillos amarillentos que la conformaban , de unos 40 cms, ¡ corriendo!, a una altura de unos 4 metros, no me explico como nadie se mató, jugábamos al fútbol en la explanada, pues los hierros para los pilares estaban solamente en el perímetro, y cuando había llovido y el terreno se ponía blando servía tembién para jugar »al pincho», por supuesto también a »las bolas», o canicas vamos, en fin, como digo, días enteros allí, me he metido aquí casualmente buscando fotos de Melilla antiguas y al ver escrito lo de »l aiglesia rota» se le ponen auno los pelos de punta…….espero que este comentario os haya aportado algo.
        saludos
        Ángel.

  3. Sacistía, casa del sacristán y ábside, corrían en dirección paralela a la calle Mar Chica. Al parecer el clero se arrepintió, o rechazó el lugar; conocido prostíbulo del Protectorado, y por el que los fines de semana pasaba una Guarnición Militar de cerca de diez y ocho mil soldados. Toda una División.

  4. Las malas lenguas hablan de un intento de poner la iglesia bajo la advocación de Santa Verónica de Juliani: Gran Pecadora, gran santa.

  5. La historia parecía buena, pero la aportación de Imparcial la ha convertido en fascinante. La iglesia perdida de las putas de la calle Mar Chica. De la historia principal no conocia nada, y de esto mucho menos.

  6. Esa historia no escandaliza, salvo a los falsos. Si es cierta, debe contarse y escribirse. Asombro y sorpresa si causa, porque era, por lo que veo, una historia escondida de Melilla, otra más. Todo está por escribirse. Aquí ya nada es lo que parece. Gracias, Imparcial.

  7. Todo lo que se sabe y es público, está aquí escrito. Apostaría, a que en no mucho tiempo habrá un artículo sobre este tema, con una nutrida aportación fotográfica procedentes de APAs (archivos personales de autor). En una revista sólida y científica, por supuesto, de las que tiene la nomenclatura.

  8. Hospitalario: Gracias, una vez mas por aceptar mis exposiciones. La «iglesia rota» era el lugar de nuestros juegos. Recuerdo que estaba construido en ladrillo toda la zona del presbiterio, sacristía y casa del sacristán. La totalidad de la cimentación estaba terminada, con grandes bloques de hormigón de los que sobresalían los hierros que habrían de sustentar las columnas de las naves. Todo ello cerrado con tapia de cemento y puerta de madera. Bajo el presbiterio había una gran estancia que habría de servir de futura cripta. La obra se abandonó durante cerca de veinte años. En tiempos del Padre Ordoñez, párroco de San Agustín, los terrenos revirtieron al Ayuntamiento de la ciudad. Me llamaban la atención los grandes ventanales góticos con sus hermosas columnas que envolvían toda la zona de Calle Mar Chica. En el exterior del muro, calle de Mar Chica, había una pintada alusiva a un condenado a muerte por el Gral. Franco.Corría la década de los setenta.

  9. Uno de Melilla: Seguro que alguien podrá aportar alguna fotografía, sobre todo, los vecinos de las cuatro calles que rodeaban esta futura iglesia.

  10. Buenas a todos de nuevo, soy Ángel hdez, efectivamente el apartado »sórdido» del entorno cercano a la iglesia me lo salté la vez anterior, pero el caso es que en aquella época cuando mis amigos y yo teníamos alrededor de 12, 14 años, aquello lo veíamos de otra manera, cuando no teníamos pelas para ir al cine ( el del real, 10 pts, dos pelis) o para comprar alguna chuche en algún »carrillo», que era la mayoría de las veces, pues nos sentábamos en las ventanas traseras de la iglesia que daban a la calle mar chica y a entretenernos viendo como la »pili mili» corría detrás de los »lejías» y demás soldados, la verdad es que a pesar de la proximidad de la calle mar chica a la mía, jamás tuvimos ni mis amigos ni yo ningún altercado o problema chungo que valga la pena recordar, y estábamos en la calle en los veranos hasta tarde, cuando las madres salían a las puertas y balcones, chillaban nuestros nombres y para adentro, así de simple, vaya como ha cambiado la cosa., hace años que no vivo en Melilla, pero estuve el año pasado, en Noviembre, me dí la vuelta por el barrio y es inevitable hacer comparaciones, algunas cosas han ido a mejor naturalmente, otras no,,,,
    ¿alguien se imagina ahora que varios chavales cojan las trampillas para pájaros, o la escopetilla de plomos y se vayan a »la granja» a cazar, (o intentarlo) ?,..que tiempos…..saludos a todos los melillenses.

    en la llamada

    que tiemop

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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