El bache brutal


     Esta bache brutal se encuentra en la parte alta de la calle Mar Chica, por encima de la calle de Badajoz, y casi llegando a la intersección con la calle del Monte Gurugú. Es una prueba evidente de una gestión desordenada y mal coordinada. Las calles se abren una y otra vez, una vez asfaltadas, para meter en ellas todo tipo de cableado, o por rotura de las conducciones de agua. Hace no más de tres años, se abrió todo el pavimento de la ciudad, para cambiar todas las tuberías de conducción de aguas. En donde había asfalto se parcheó con hormigón, en donde había losas de cemento se volvió  a parchear con más cemento, y así hasta componer un remiendo absoluto.

         El pavimento parece estar  zurcido. Por tanta grieta, cuando llueve se filtra el agua y la cimentación de la superficie de rodadura se agrieta, se hunde, se levanta o todo a la vez. Esto es lo que ha sucedido en este tramo final de la calle Mar Chica, en sentido ascendente.

            Todo se abre una y otra vez, con el consiguiente gasto extra de dinero, y sobre todo, sin conseguir que ninguna calle de Melilla esté en óptimas condiciones de rodadura. Esta es la realidad. La propaganda ya nos la sabemos.

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