El carril de bicicletas de Melilla


El derribo del carril de bicicletas de Melilla

Un grupo de usuarios de bicicletas de Melilla han constituido un lobby para impulsar la creación de un carril bici en Melilla, algo que en principio puede ser necesario y a lo que no habría que oponer demasiadas objeciones. Sin embargo, cuando la propuesta que se escucha es que se va a cerrar un carril completo del Paseo Marítimo, en una ciudad con una alta densidad de tráfico, para hacer una zona reservada al tráfico de bicicletas, porque tampoco sería un carril bici. solo queda empezar a rezar, el que sepa o quiera, porque van a convertir la circulación por esta importante vía de urbana, y en las calles adyacentes, en un infierno, en un atasco constante. Tendrán que cambiar el sentido del tráfico en muchas calles, e incluso habilitar alguna con doble sentido de circulación (Marqués de Montemar o Carlos V).
Lo que muy pocos se acuerdan es que esta ciudad ya tuvo en carril bici, que hubo que derribar, concretamente en 1999. No van a hacer caso a nadie y seguirán adelante con su proyecto. Hay lugares para hacer una zona de circulación de bicicletas, todo el espigón del Dique Sur, o la parte de paseo marítimo que limita con las casetas de La Hípica, la mayor zona desaprovechada de la ciudad. Claro que esto sería limitar los privilegios de unos cuantos y siempre es preferible causar molestias a toda la ciudad.
Me da la impresión de que hacer ese carril en el Paseo Marítimo es una obsesión. Cortar un carril completo de circulación es un disparate. Aun así, este emblemático paseo melillense, tiene suficiente acera, como para hacer el carril de bicicletas sobre ellas.

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La arquitectura urbana melillense


                    Los restos modernistas del barrio del Real
En los Cuadernos de Historia de Melilla, editados por la Asociación de Estudios Melillanes, en la década de 1990, tenía cabida tanto profesionales de la historia, como aficionados o personas simplemente interesadas en la búsqueda y divuulgación del pasado de la ciudad. Entonces no estaba formada la nomenclatura y no existía la monopolización de los temas. Luciano Tejedor Mata, fue el primero que intentó buscar una categoría diferente a la de «modernista» y llamó «arquitectura melillense» a todo al decorativismo del conjunto de edificios de la ciudad, impregnados del patrón modernista.
Liquidado casi todo en los barrios del Tesorillo y Monte de La Libertad (Calvo Sotelo), solo quedan unas pocas muestras de esa específica arquitectura melillense, en el centro urbano y en la calle Polavieja, a parte del barrio del Real.
Una chapa con la etiqueta y firma de Enrique Nieto, vale lo mismo en el nº 2 de La Avenida, que en la calle Valencia, porque si decimos que uno tiene valor y el otro no, entonces se puede tirar todo, empezando por los talleres Montes del barrio del Industrial.
Como consecuencia de la última entrada, hizo un recorrido somero por el barrio del Real, buscando los últimos vestigios de edificios decorados con influencias modernistas, y los encontramos. Algunos están ya cerrados, esperando la declaración de ruina técnica. Lo preocupante es que ninguno de los defensores del modernismo, deja ya oir su voz. Los barrios se despersonalizan, se convierten en masas informes del cubos de todas las características posibles, sin atractivo ni carácter alguno. Nosotros seguimos dejando constancia, pese a ellos.