- Carroza de Blancanieves
- Escuela de Danza
- Carroza de Egipto
- Bolsas de carbón
- Oriflamas
La Cabalgata de Los Reyes Magos cerró una vez más la navidades, las de la gran depresión. Todo pareció más ordenado esta vez. Es verdad que acompañó el tiempo. No hubo viento ni frío. Tampoco la molesta nieve artificial. Hubo mucho desfile, orden en la tirada de caramelos, muchos pasacalles, entre los que destacaron los vivos colores de las niñas de la Escuela de Gimnasia Artística y la de Danza. Año tras año cerramos las navidades recogiendo las incidencias de la cabalgata. Este año no vimos a los drones. Todo parecía más comedido y también más contenido. No hubo efectos espectaculares. Las oriflamas siempre resultan vistosas y atractivas.
Eso sí, destacó el masivo reparto de carbón dulce, el de los Reyes Magos, a lo largo de todo el recorrido. Parecía un mensaje «subliminal» dirigido al posible electorado malo, ese que podría dar un voto de castigo en las elecciones de mato, verdadero termómetro social, no votando a quién se debe votar. La verdad es que quien no cogió carbón es porque no quiso, porque lo había a espuertas.
No hubo demasiadas excentricidades ni anacronismos, aunque resultara algo rara la presencia de la vistosa carroza «de los guapos oficiales de Melilla». Los niños y niñas eran ajenos a todo e iban a lo suyo. Vuelvo a reiterar que hay fiesta, pero no alegría. Nadie sabe lo que puede esperarle a lo largo del presente año. Hemos vuelto a las cifras gastadas en 2012 (400.000€). En nuestra ciudad la crisis está enmascarada, pero existe igualmente.





El año empieza hoy.
Me encanta poder compartir junto con mis sobrinas este momento donde los melillenses estamos unidos bajo una misma tradición. Esta entrada es de mucha felicidad.
«Hemos vuelto a las cifras gastadas en 2012 (400.000€). En nuestra ciudad la crisis está enmascarada, pero existe igualmente.» La crisis no afecta a sus majestades.