- Gaviota en ataque
- Gaviota en picado
- Vuelo rasante de gaviota
- Gaviotas y sus pollos
Gaviotas en picado y en vuelo rasante
Llevamos mucho tiempo escribiendo sobre ellas y sobre el dominio que están ejerciendo sobre toda la ciudad. Sus gritos demoníacos se oyen en cualquier barrio. Son muy territoriales. Están nerviosas, sobre todo cuando se trata de cuidar de sus pollos. Nunca, hasta ahora, habíamos recibido su ataque, que se produjo por sorpresa, y en pareja.
Ascendían hacia el cielo dando amplios giros sobre mi cabeza y de repente se dejaban caer en picado sobre su objetivo, que era yo. Se relevaban la una a la otra en esta misión. En algún momento pensé que iban a impactar sobre mi, en plan kamikaze, pero son más listas que eso. Se trata de asustar y de intimidar, de momento. Ejercitaron su baile de ataque varias veces. Rasearon sobre una anciana, que me advirtió: Ten cuidado, son muy malas. No me dejé intimidar en ningún momento, y así pude fotografiarlas en pleno ataque sobre El Alminar. Luego parecieron quedar en calma y necesitar de una tregua.
Eran rapidísimas y se acercaban gritando hasta casi buscar el contacto. Detrás de mí, y un poco más arriba se encontraba los pollos a los que protegían. Llegué a creer que vigilaban, al igual que fantasmales gárgolas, las obras paralizadas del hospital universitario, situado apenas a unos metros, y que constituye un auténtico paraíso de anidación de gaviotas.
Tenemos un problema, y no lo hemos solucionado.