Durante décadas y hasta hace no mucho, la antigua estación de ferrocarril de Beni Ensar albergó locomotoras y vagones de los ferrocarriles de las Minas del Rif. Eran verdaderas joyas mecánicas de las que España se desentendió por completo. Nunca hubo interés en recuperar esas máquinas históricas, que acabaron por desaparecer.
En 2013, y gracias a este blog, se conservaron los antiguos raíles del ferrocarril de Las Minas, en la inminente remodelación de la antigua dársena pesquera. En un tardío homenaje al ferrocarril, descubrieron que no tenían ninguna máquina propia y así se agenciaron una máquina alemana propiedad el Ministerio de Defensa. estábamos en plena década melillicida y con un gobierno que no hacía caso a nadie.
Buscaban un emplazamiento adecuado para la máquina, para que no acabase como la lancha de la Compañía de Mar, destruida y desaparecida, o el barco pesquero, mil veces degradado y usado como dormitorio y aseo público. Abandonar cosas en las calles no equivale a homenajear nada.
Dijimos entonces y recordábamos ahora, que el mejor emplazamiento era la propia dársena, porque tenía y tiene vigilancia y además, a cierta hora de la noche se cierra toda la zona. Allí no existía la posibilidad de destrucción intencionada, o un uso distinto de la locomotora que no sea el previsto, esto es, el conmemorativo.
Ha pasado el tiempo, más de un lustro y el fin o el camino hacia el fin de la locomotora es el previsto inicialmente, el deterioro gradual hasta llegar al completo. El camino es largo y lento pero inexorable, como el de la barca de la Compañía del Mar, como el monumento a las hélices del avión CASA CN-235, como cualquier otra cosa que se instale en Melilla, salvo la estatua de «Franco salvador». Es el único monumento de la ciudad que se vigila de modo permanente con cámaras de seguridad, para evitar que nadie lo pinte o deteriore.
Nota:https://elalminardemelilla.com/2013/05/12/un-lugar-para-la-locomotora/