Melilla es la ciudad de los hechos imposibles y de la imágenes inverosímiles. En días pasados circulaba por la calle Astilleros en dirección al Real, cuando de repente vi a una antena parabólica moverse. Por un momento me sentí transportado al espacio exterior, como tripulante o piloto de una nave espacial, en busca de satélites abandonados, y que pudieran constituir un peligro para vuelos orbitales tripulados, en misión para identificar a la «chatarra galáctica» y poder así retirarla. Esto sería el sueño, la realidad es que se trata de un retirador de chatarra, de todas aquellas cosas que no se reciclan en la ciudad y que encuentran otro uso, o una segunda vida en Marruecos. Un satélite en desuso es arrojado más allá de la órbita terrestre, o proyectado hacia la atmósfera, en donde se desintegrará abrasado por el contacto con el oxígeno. A esta antena parabólica le espera la fundición de Taouima o la instalación en otra vivienda. En Marruecos todavía existe el mundo analógico, y la recepción de las señales de televisión por el aire y las ondas.
Hace no mucho el gobierno de la ciudad puso en marcha un reglamente para impedir esta actividad, que a nadie perjudica, que beneficia a Melilla y que sirve de sustento a un gran número de personas al otro lado de la frontera.
Llevaba la cámara a mano, y en cuanto se abrió el semáforo, pude realizar esta instantánea casi inverosímil.

Sabes mirar y por eso ves. Se agradecen tus comentarios exentos de racismo ni clasismo,
Por internet circula una foto de una bici con un buzón de correos… el verano pasado me sorprendio ver una cabina telefónica montada sobre una bicicleta….
http://laotramelilla.blogspot.com.es/2012/08/las-cabinas-pasan-la-frontera.html
Gracias a tí, Yatedigodiego, por tu sincero y delicado elogio. Es muy importante el lenguaje, no solo lo que se escribe o dice , sino la forma de decirlo. Cuido y busco expresiones que muestren el respeto que siento por todas estas personas, por los pobres.
Pues sí, Uno de Melilla, son sorprendentes las cosas que se pueden cargar en una bicicleta y algunas, en equilibrios y composiciones dignos de figurar en algún libro.