El informe de 1993 y la clave
A lo largo del 23 y 24 de septiembre de 1993, el arqueólogo del Ministerio de Cultura Enrique de Álvaro, realizó una prospección en la Iglesia de la Purísima Concepción, para determinar si existían o no las legendarias criptas, y si existían entradas identificables. Estas son sus conclusiones:
La existencia de dichas criptas es conocida desde antiguo, e incluso existen fotografías de una de ellas (Vida Marroquí, 4 de octubre de 1931), no obstante parece corresponder más a un osario que a una cripta. Según las fuentes consultadas se la conce la existencia de 3 de ellas: Altar Mayor, la de mayor antigüedad, Capilla de las ánimas y Capilla de la Divina Pastora, realizada por la cofradía para enterrar a sus muertos..
Como consecuencia de las obras de restauración emprendidas, el arquitecto facultativo Enrique Burkhalter, detectó la existencia de una abertura en le suelo de la Iglesia justo debajo del altar de la Capilla de las Ánimas. La excavación se inició el 23 de septiembre, hallándose escombro revuelto en el primer nivel. Al retirarlo apareció una solería de ladrillo a 1,30 m. de profundidad,. La solería está realizada con ladrillo macizo, del mismo tipo que el utilizado en el muro del altar, lo que indicaría su modernidad. Al retirar este suelo, apareció una capa de escombros de materiales modernos, de mediados de siglo (¡1950!), hasta 1,8 m. de profundidad.
Pasado ese nivel, se comenzó a detectar una capa de piedras de gran tamaño, colocadas intencionadamente, y que corresponden a la cimentación del muro del evangelio de la Iglesia, hasta una profundidad máxima de 2,2 m. De estos trabajos se deduce que la abertura detectada, no corresponde con la entrada a ninguna de las criptas.
Se realizó una inspección por toda la iglesia, para detectar otras posibles entradas. Para ello, se levantó la solería en el pequeño pasillo existente entre el Altar Mayor y la Sacristía. Al hacerlo apareció inmediatamente la roca, por lo que se abandonó el trabajo.
El otro lugar del interior de la iglesia donde se puede suponer que exista una entrada, es una pequeña habitación en la parte trasera del Altar Mayor, a la que se accede desde la Sacristía. En este lugar existe una losa cuadrada, de un metro de lado y que parece marcar la entrada a una dependencia subterránea, para lo que habrá que desalojar la habitación, llena de objetos de iglesia allí almacenados.
En el resto de la iglesia no parece existir ningún otro acceso. Si algún día se levantase la solería, sería el momento para buscar, tanto los accesos a las criptas, como los posibles enterramientos individuales y lápidas que pudieran existir.
Interesante noticia que me deja desconcertado. Supe de estos trabajos de arqueología porque en esas fechas era la persona que atendía el archivo parroquial, y cada tarde, Fray Lázaro y yo, entrabamos a la iglesia, y tomábamos nota de los trabajos. Pero esos informes arqueológicos eran para la Dirección Provincial de Cultura. Al archivo no llegaron ni fotocopiados. Ví la excavación bajo la mesa del altar del Nazareno, en el eje del retablo. Ví la excavación de la puerta de la sacristía, y ví el gran agujero practicado en el camarín bajo. Allí había una piedra de grandes dimensiones. Pero tengo la duda de que la excavación de la última zona citada no la realizó el Sr. Enrique de Álvaro. Pienso que se hicieron en fechas diferentes. Así parcece deducirse del informe del arqueólogo.
En cuanto al descubriminto de la cripta del Nazareno, recuerdo perfectamente que Don Miguel Vivancos sabía de su existencia por estar emparentado con el Sr. Morales, una de las personas citadas en el hallazgo de 1931. Y que gracias a él, conocí su existencia en fechas anteriores a 1975.
A pesar de todo lo descrito en el informe arqueológico, pienso que la cripta existe. Y que sería muy loable que la encontraran.
En medio del silencio reinante, que interpretamos como en las plazas de toros, cuando una faena sobrecoge al público y hace enmudecer al respetable; compartimos esta gran composición de Uno de Melilla, comparando la anterior imagen de la iglesia, con la puerta reencontrada.
Impresionante trabajo de Uno de Melilla que me hace remomorar aquellos tiempos en los que comencé mi aprendizaje como capuchino en este histórico templo y convento. Ya nada volverá a ser igual, porque faltan aquellos venerables hermanos que durante siglos dieron vida a esta parte de la historia religiosa de la ciudad. Cuatro de ellos, esperan la Resurrección de los Muertos, enterrados en sus muros, bajo la imagen de Ntra. Sra. de la Victoria.
Yo qué puedo decir de la iglesia de Melilla… Tan solo que me alegraré por vosotros sí aparece lo que esperáis. En cuanto a los melillenses, la impresión es que les importa un 0 lo que se encuentre ahí abajo, pero si Hospitalario dice que os lo agradecen por detrás, pues también me alegro. Así ni Revolución ni nadie volverá a decirle «pobre» porque nadie le apoye.
Les importa un «o», quería poner «0», o sea, huevo. Mejor con todas las letras.
Ahora son muchos los que dicen saber, e incluso que se escribió un libro. Ante todo seriedad. Se sabe lo que yo he contado, publicado en prensa local y en Boletín de Arte de la Universidad de Málaga. Después todos saben. ¿Quíen escribió primero de este tema?, ¿A quién prohibieron la entrada en la iglesia del Pueblo por anunciar en prensa había aparecido la losa funeraria de Luis de Sotomayor? Se puede escribir un libro, citar mal, y dejar la duda de que todo estaba mal escrito, datado y contado. Claro que el libro se escribió doce años despus de yo haber ofrecido los datos para datar la iglesia de San Miguel. Quién quiera saber…a Salamanca. Hospitalario, has triunfado.
Observamos desde hace tiempo sin intervenir, porque estamos atónitos frente a todo lo que sucede. Hospitalario ha librado una batalla en las mismas puertas de la Iglesia, con el apoyo de Imparcial, y parece que han vencido.
Don Quijote y Sancho, frente a molinos de viento muy reales. Acabarán molidos a palos. Se convertirán en leyenda, quizá ya lo sean. ¡ Qué magnífico epitafio el escrito por Cervantes !: Yace aquí el Hidalgo fuerte que a tanto extremo llegó de valiente, que se advierte que la muerte no triunfó de su vida con su muerte. Tuvo a todo el mundo en poco; fue el espantajo y el coco del mundo, en tal coyuntura, que acreditó su ventura morir cuerdo y vivir loco.
Pobre Hospitalario, y pobre también Imparcial.
Anda, venga! Con lo bonito que es ser un héroe valiente.
Saludo tu regreso, Isa, y también el de Revolución.
Hospitalario, pare que esto se entona. Gracias a Isa y a revolución .
Pobre no. Paupérrimo.
A mí, que me quiten lo bailao.
A ver si voy a tener que volver otra vez a los evangelios a buscar un párrafo ensalzador de la pobreza, que eso es cosa vuestra más que mía.
Dedicado a Hospitalario e Imparcial. Que sigan hasta el final.
Atila, muchas gracias. De verdad que me ha gustado tu detalle. Alguna vez habrá que ser Quijote.
Con este nombre y título mañana, D.m., todos en Melilla conocerán la verdad.