El franquismo tardío en Melilla
El edificio nº1 de la calle Castillejos, junto a la Comandancia General de la ciudad, es la residencia de los jefes del Tercio Gran Capitán 1º de La Legión. Esto es un simple hecho administrativo sin mayor transcendencia. El que uno de esos jefes del Tercio fuese el Tte. Coronel Francisco Franco, es un hecho histórico simple, sin mayor relieve. Es uno más de los muchos jefes de La Legión. Solo el hecho de que se convirtiera en dictador, tras sublevar al Ejército de África, tal día como hoy, en 1936, hizo que se le enalteciera por encima de cualquier razón histórica, atribuyéndosele méritos muy por encima de sus hechos.
El homenaje franquista a Franco es muy tardío en Melilla, declarada Adelantada en 1961, y concediéndose esta placa a su residencia en la ciudad en 1971. Lo más estrambótico de todo, es que se le erigiera una estatua ya muerto, en 1979, única en toda España, dedicada eso sí a su etapa de comandante. Parece que el retroceso hasta ese momento anula todo el mal que supuso su sublevación contra La República, y el baño de sangre al que sometió a España. Resulta ridículo deslindar esa parte del resto de su vida, o de sus 40 años de dictadura. Sería ridículo homenajear al cabo Adolf Hitler por sus acciones en la I Guerra Mundial, o al seminarista Iósif Stalin, o al buen actor teatral que era Benito Mussolini.
Si falsa era la placa instalada en 1972, porque afirmaba que allí «había residido su Excelencia el Jefe del Estado», la actual es mentira, porque Melilla jamás le dedicó homenaje alguno por «las labores de socorro a Melilla en 1921». Falsa era la primera placa que debió retirarse sin más, mentira y falaz es la segunda que jamás debió instalarse. Es una manera de burlar la Ley de memoria Histórica. Como curiosidad cabe destacar que la primera placa recordaba al Tte. Coronel y la 2ª al Comandante. No hay acuerdo histórico sobre a quién homenajear.
El ambiente siniestro y gris del franquismo retratado por ellos mismos. Gran documento, Hospitalario.
La monstruosidad del franquismo, gris ceniza y siniestra hasta el último día.
Cuanta caspa hay en la clase dominante de mi querida Melilla!!
Mantener el terror hasta el último día, ese era el objetivo primordial. Casi hasta nuestros días. «No nos robarán la victoria», profetizó Emilio Mola.
Dicen que el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla… Y como no aprendemos del pasado seguimos teniendo a un «caudillo» y a su «general» Mizzian.