- Tamara Crespo en la redacción
- Tamara Crespo en la calle
- Artículo Museo Arte Sacro
Para explicar este blog hay que remontarse algunos años antes de que existiera. Alguna vez he escrito: antes de que existiera El Alminar, yo soy, parafraseando al evangelista. Si uno quiere saber si tiene el don de la palabra, o de la escritura inspirada, como dijera San Pablo, debe probarse en ella mucho antes. En esta historia no importan tanto la precisión de las fechas, como el por qué de las cosas. Algunas historias deben ser contadas y otras no.
En el año 2007 llegó a Melilla procedente de Ceuta la periodista Yolanda Tamara Crespo. Era redactora Jefe en El Faro de Ceuta y fue nombrada para igual cargo en nuestra ciudad. Como siempre, vino acompañada por su inseparable Fidel, fotógrafo, compañero de trabajo y de vida. Una de sus misiones era liderar el traslado de la redacción del periódico desde la calle General Marina a la de la avenida de Castelar y la instalación de la rotativa en el Polígono Industrial. Hasta esa fecha, el diario llegaba vía aérea, procedente de Málaga. No recuerdo en que momento nos encontramos, pero sí recuerdo que fue en la calle Marina. Yo llevaba varios años sin escribir nada, después de mis etapas de corresponsal y colaborador, tanto de periódicos nacionales como locales.
Tamara Crespo me convenció para que retomara mi escritura pública, que había abandonado en el año 2000. Había empezado ya el año 2007. Decidimos que como la realidad política ya estaba suficientemente cubierta por los cuatro periódicos existentes en la ciudad, yo buscaría nuevas historias y una visión distinta del mundo. Presenté mi primer trabajo, un texto sobre la necesidad de crear un Museo de Arte Sacro en Melilla. Fue el primero y último con Tamara Crespo, porque la siguiente vez que la vi fue para comunicarme que se marchaba de Melilla, por propia voluntad y de modo inmediato. Regresó a Ceuta reclamada por el editor del periódico, como siempre acompañaba por Fidel.
Me quedé compuesto y sin nadie que me amparase. No volví a escribir de inmediato, pero me encontré con Pepe Vacca de modo causal, y me empezó a contar las historias, para mí desconocidas, del mundo religioso cristiano en la ciudad. Así nació la serie sobre «la historia heterodoxa de las iglesias de Melilla», que publiqué en Melilla Hoy. Una año más tarde regresé al Faro de Melilla y puse en marcha el proyecto pensado con Tamara Crespo. Esta colaboración, muy prolífica, se extendió a lo largo de tres años, hasta el 2010; a uno solo del nacimiento del Alminar.
En todo ese tiempo (2007-2011), Tamara Crespo abandonó definitivamente en El Faro de Ceuta, y se pasó, siempre con Fidel, al Pueblo de Ceuta, rival del todopoderoso Faro, como Directora adjunta, en donde ha permanecido hasta el pasado mes de enero, momento en el que se acabó, de modo definitivo, su largo periplo africano, extendido a lo largo de una década exacta.
Todo viene a cuento y esta historia había que contarla. Además uno de sus últimos artículos, trata de la odisea de un inmigrante y sobre qué llevarse en un viaje entre África y Europa.
Preguntaba en días pasados una nueva comentarista, Ave del Paraíso, si era posible llevar a cabo todavía un periodismo serio y decente. La respuesta es sí, aunque las dificultades son cada vez mayores y el ejemplo del que escribo, no haya acabado del todo bien.
(2) http://www.fronterad.com/?q=carmina-macein-vende-riad-en-tanger%E2%80%A6-con-algun-picasso-y-miro