Campanas e iglesia de La Divina Infantita


                              El bien suena y el mal vuela

Enrique Delgado

               La búsqueda constante y la casualidad, hacen que a veces se compongan los hilos del recuero. Hay muy poco escrito, muy poco fijado. Había muchas fotos y datos pero todo fue desapareciendo. Las religiosas esclavas de La Inmaculada Niña o Divina Infantita, llegaron a la ciudad en 1921. El Desastre de Annual hizo que el nombre de Melilla diera la vuelta al mundo. Es una advocación de origen mexicano, pero fundada en España por un almeriense, el padre Federico Salvador Ramón.

              Su primer colegio y convento se construyó casi en el mismo lugar que ocupa actualmente, en el barrio del Industrial, en donde han permanecido desde su llegada a la ciudad. Su primera capilla, con frente de espadaña y mirando hacia la calle se inauguró y bendijo durante las fiestas del barrio del año 1929, el día uno de septiembre. La capilla residencia y colegio se construyeron sin estilo arquitectónico determinado, pero el proyecto de la capilla originales del capitán ingeniero militar Francisco Carcaño, y éste sí es un importante dato olvidado.

                         Las campanas olvidadas de La Divina Infantita

            La pequeña congregación de la Divina Infantita esconde la historia de un milagro asombroso, en época de gran mortandad infantil en la ciudad, y uno de los escándalos judiciales más espectaculares de la historia de Melilla. Tenemos datos tanto de una como de otra cosa pero ahora no podemos escribir acerca de ello. Todas estas cosas me fueron reveladas por José Vacca (q.e.p.d.) y en principio no le creí, al menos en las proporciones que él lo contaba. Sin embargo, un día, varios años después de su fallecimiento en 2007, encontré el rastro judicial de ese formidable escándalo judicial, que pasó sin pena ni gloria entre el acontecer de la ciudad, pese a sus espectaculares proporciones.

        No sé en qué momento se transformó por completo el aspecto de la residencia, capilla y colegio de las religiosas de la Inmaculada Niña. Todo rastro del pasado fue alterado y borrado. Incluso las campanas fueron retiradas y ya no tañen desde entonces. Se encuentran depositadas en la azotea de la moderna residencia de las religiosas, y han sido objeto de constante atención por parte de coleccionistas, que han pretendido llevárselas, con la excusa de conservarlas y restaurarlas. Las traemos hoy aquí, al Alminar, con objeto de protegerlas. Al identificar en donde están y mostrarlo al mundo entero, ya nadie se intentará apropiar de ellas. Hasta ahora han sido defendidas con celo por parte de las hermanas de la Divina Infantita, y por algunos custodios voluntarios entre los que se encuentra José Luis Blasco.

                Son tres campanas de bronce, de tamaño mediano y pequeño;  y que podemos mostrar en su emplazamiento original gracias a una foto perdida de archivos fotográficos sin propietario. Solo una de ellas está datada, en el año 1923, y tiene una efigie del Sagrado Corazón de Jesús. Esta campana está coronada por  una cinta de ángeles en su parte superior. La más grande de ellas o principal, tiene un crucifijo grabado en su parte delantera y otro Sagrado Corazón en la parte posterior. Ésta última campana no lleva datación ni otras marcas. La tercera y más pequeña está totalmente lisa y no lleva nada significativo labrado. Todo puede haber sido borrado, o quizá no. También guardan rastro de haber sido pintadas en color beis claro.

Anuncio publicitario