Un cambio sin sentido


                 ¿Tiene sentido cambiar  la dirección de tráfico en la calle Millán Astray en la mitad de la calle, y romper una vía natural hacia el centro de la ciudad?. ¿Tiene sentido prohibir el aparcamiento en los dos sentidos de esa calle, solo porque hay una guardería en ella?. ¿Por qué no se hace esa distinción en todos los centros educativos de Melilla, empezando por La Salle?. ¿Tiene sentido rectificar la prohibición de aparcamiento frente a la guardería de Pepita Calles, y cambiarla dos veces más en solo tres días?. ¿Tiene sentido prohibir el estacionamiento, en ambos laterales, solo en los tramos horarios de entrada y salida de la guardería?. La respuesta a todas las preguntas es: no. La confusión creada es inmensa. Realmente no se sabe cuáles son las horas de estacionamientos. La situación creada revela a la perfección la falta de rumbo político de la ciudad. Toda va a la deriva.

                Se podría haber reservado la zona de aparcamiento en la acera colindante a la guardería, pero en el mismo sentido de la circulación que tenía, porque sería mucho más cómo y natural el acceso por la mano derecha, en el sentido de la circulación en España. Ahora, lo peligroso es atravesar la calle Músico Granados, saliendo de la guardería, y atravesar los dos sentidos de la circulación.

                  Lo único que hay que cambiar en esta calle es el nombre. Dicen que rectificar es de sabios, por eso nunca rectifican.

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