- Gran Mezquita de La Meca
- Grúa caída sobre la Gran Mezquita
- Mezquita de Nimra
La peregrinación o Hajj es uno de los cinco pilares del Islam y debe ser realizada por todo musulmán al menos una vez en la vida. Este año, nuevamente, una trágica noticia procedente de La Meca, nos informa de la muerte de más de 700 personas durante la realización del viaje ritual. Los saudíes son los custodios de los santos lugares islámicos.
Todos los días, semanas y meses vemos imágenes del lujo reinante en los países del Golfo Pérsico. Torres cada vez más altas, yates tan grandes como barcos, sueldos astronómicos, vidas de lujo. Un inmenso poder económico concentrado en muy pocas manos. Son monarquías feudales bajo la máscara del respeto a los valores religiosos. Sin embargo todo ese poder, todo ese lujo, no son suficientes para garantizar la seguridad de los peregrinos. En cualquier país, un suceso así haría tambalear los cimientos de cualquier Estado y gobierno. La hipocresía reinante es mayúscula. Al inicio de la peregrinación murieron otras 100 personas al caer una grúa sobre la gran mezquita de La Meca.
No es posible adorar y rendir culto al becerro de oro, y a la vez pretender ser la salvaguardia de la fe musulmana. La soberbia se paga, y la de las monarquías feudales saudíes es tan grande como la cantidad de dinero y de petroleo de la que disponen, o sea, casi infinita. Lo lamentable es que esos dirigentes no lo pagan en sus propias cabezas. Son humildes y bienintencionados peregrinos los que pagan con sus vidas la incapacidad de los gobernantes saudíes.
La fiesta del sacrificio del año 2015, del Eid al Adha, o Eid al Kebir, se está tiñendo de sangre, pero no la ritual y conmemorativa del borrego, sino la de los seres humanos. La información que se ofrece es como siempre casi nula.Las imágenes totalmente filtradas y poco representativas. Hay que seguir manteniendo los mitos. Las grandes agencias de noticias son parte de la gran farsa mundial.