La resaca de Averroes


           La publicación de las fotografías de parte de los garajes de la barriada de Averroes hizo que El Alminar registrara 1713 visitas el primer día y 950 el segundo, casi 2700 en 48 horas. Era una realidad oculta que no se había mostrado. Una de las dificultades fue escoger 6 imágenes entre todas las realizadas. Se quería mostrar una sensación tétrica y el objetivo quedo alcanzado. Sin embargo apenas hemos mostrado la angustia que envuelve a 258 familias que viven en unos bloques, que ya no sienten como seguros. Las grietas están apareciendo por todos lados, incluso en algunos pilares. Las más llamativas son las de los marcos de las ventanas. Hay decenas y hay que mostrar las más significativas. Los coches abandonados en el garaje superaban la decena. Siempre hay que escoger entre aquello que se quiere mostrar. El impacto visual alcanzado ha sido grande, pero la realidad es peor.

      La prensa señala que ya se ha concluido la retirada de escombros y el problema parece solucionado, sin embargo,  el derrumbe solo ha mostrado una parte de lo que se esconde en unos edificios con solo 10 años de antigüedad. En una parte de la ciudad el drama se sitúa en el derribo de unas obras ilegales en un ático. En la otra, el drama es el estado incalificable de edificios completos. Sobre esta barriada se va  a hablar y mucho, en los próximos meses.

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Instantáneas de la peatonalización


             Obstaculizando a los vehículos de emergencias

           No son zonas peatonales. Son zonas híbridas en donde nadie sabe qué hacer. Es difícil atravesar por el gigantesco paso de cebra de la calle Luis de Sotomayor. La mayor parte de los automovilistas no reconocen esa zona elevada como paso de peatones. Muchos vehículos lo atraviesan sin  mirar y es más peligroso que antes. La calzada no está diferenciada con un color que haga comprender a los conductores que no deben ceder la prioridad a los peatones.

                En las zonas peatonales se instalan unos «bolardos electrónicos», que delimitan la zona peatonal y que solo pueden accionar los vehículos de emergencias. Ayer fuimos testigos de las dificultades de estacionamiento que tienen las ambulancias que traen a los enfermos del hospital para realizar pruebas diagnósticas, en el escáner de Mariano Remartínez. Es ridículo ver a una ambulancia realizando infinidad de maniobras, entre farolas y maceteros, para poder situarse frente a la Unidad diagnóstica.

                     La Policía nunca aparca mal. Pueden hacerlo en donde quieran, pero también es absurdo que tengan dificultades de aparcamiento este tipo de vehículos. No se puede obstaculizar la labor de este tipo de vehículos. Eso es lo que han hecho en esta obra contracorriente. Las aceras fueron pensadas para proteger a los peatones. En las zonas peatonales se impide la entrada de vehículos de la forma antes mencionada.  Ayer se pudo ver como un «taxista», atravesaba la zona peatonal de Carlos Ramírez de Arellano, desde la intersección de la calle del General Buceta.

                     Todos tienen dificultades. Tanto los vehículos de carga y descarga como los de emergencias o los policiales. O se decide uno a ser completamente malo, o se queda entre los buenos. El quedarse a mitad de camino solo lleva a ser rechazado  por los primeros e ignorado por los segundos. La situación creada es absurda.