El puente de Palma santa


 

                                El puente ondulante

                  Melilla es ciudad de puentes, pero sin río, o de cauces secos, de torrenteras. La idea para hacer este puente fue buena. Se trataba de crear un acceso directo al Cerro de la Palma santa y evitar el colapso de tráfico del cruce entre las carreteras de circunvalación y la de Farhana. Es una construcción sencilla, pues se trata de un tablero de hormigón, apoyado sobre dos pilares de relleno elevados sobre el terreno del cerro, que crea un único vano de luz. No es una obra de ingeniería asombrosa, como el túnel soterrado de la carretera de Alfonso XIII.

                    Sin embargo, el terreno sobre el que se asienta, tierra y relleno, está sufriendo alteraciones que lo están deformando, a poco más de un lustro desde su inauguración. El terreno se deforma con las lluvias torrenciales, y también han podido tener su efecto los terremotos del Mar de Alborán, que se han registrado a lo largo de todo el año.

                     Melilla recibe una partida presupuestaria anual del Ministerio de Fomento, para el mantenimiento de carreteras. Las mayores deformaciones se producen en donde se han tenido que instalar puentes, para sortear los badenes naturales de los cauces de los arroyos que conforman la cuenca del río de Oro.

                  Este puente solo es utilizado por los residentes, y por los usuarios que acceden a la tienda de repuestos de automóviles que existe en el Cerro. También lo utilizan los fieles de la mezquita de la Zauía , y por las Fuerzas de Seguridad del Estado que vigilan la frontera.

                El puente presenta deformidades importantes, ondulaciones, curvas,  e incluso desniveles dentro del mismo. También hay muestras de haber sufrido reparaciones y parcheos.

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4 comentarios en “El puente de Palma santa

  1. Que inocuo te veo. Pues lo de esto será como lo de todo. Las comisiones se llevan la calidad del material que debiera haber. Está el asfaltado de Melilla lleno de agujeros. Y luego los sobrecostes. Y luego las estaciones marítimas de 25 millones que no sirven para que atraquen barcos y haya que usar la antigua pero haya que poner una pasarela de 3 millones del ala más. Y luego, una rampa mecánica que inaugurarán como Franco los pantanos, más sobrecoste y más rasquita.
    Como el mercado central, que ha «perdido» 4 aulas que llevarán su correspondiente modificado en su momento.

  2. ¿Inocuos?, quizá sí. A estos paquidermos nada parece hacerles efecto o traspasar su piel. Están vacunados contra todo. En cualquier caso, seguimos aquí. Mucho de lo que existía cuando empezamos, ya no existe.

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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