El falo de Melilla


No lo decimos nosotros, son los vecinos de la calle Duquesa de La Victoria los que han calificado de «falo» a este poste inservible en el primer número de la acera de los pares de la calle. En junio del presente año, El Alminar fue advertido por el blog amigo de La Otra Melilla, y escribimos acerca de este poste telefónico que ya no tenía utilidad alguna y que seguía estando en medio de la acera. Estudiamos toda la zona y seguimos minuciosamente el recorrido de todos los cables, y pese a las apariencias, ninguno de ellos (telefónicos y eléctricos) llegaba hasta este poste, que calificamos como de «tendido cero». Las obras de la nueva rotonda han puesto de manifiesto su absoluta inutilidad, y la enorme molestia que causa, porque la acera se ha estrechado por causa de los trabajos que se llevan a cabo en la zona. Este no es el primer cartel que colocan los vecinos, el primero de ellos tenía el siguiente texto: Soy un monumento, me quieren quitar. Este nuevo cartel lo califica como: monumento al falo de Melilla. Quizá esta vez lo quiten. Quizá ya alguien sienta vergüenza.

El falo incomparable de Franco

Tampoco es del Alminar la frase, ni una invención nuestra, ni refleja ninguna obsesión con la figura del Caudillo. En 1937, un exaltado escritor franquista, Ernesto Giménez Caballero, calificó de esta estrambótica forma a la pluma estilográfica del Generalísimo, la misma con la que firmaba una pena de muerte detrás de otra. Con la acción de estos vecinos de Duquesa de La Victoria, me ha sido imposible evitar traer al Alminar esta historia, que demuestra la bajeza de la adulación a la que fueron capaces de llegar algunos. La comparación no gustó ni siquiera al propio e invicto Generalísimo, y el escritor, por decirlo de algún modo, fue postergado.

Notar: https://elalminardemelilla.com/2013/06/02/poste-de-tendido-cero/

Nuevas estampas insólitas


Paseamos por las calles y cada vez nos fijamos en más cosas. Han reventado un nuevo farolillo luminoso junto a la Cruz de Los Caídos, aunque esta vez parece que la causa es el choque de algún coche o camión, dada lo forzado del giro a al que obliga el desvío por las obras de la nueva rotonda de Duquesa de La Victoria ( son infinitos los sucesos que está provocando esta «discutible» nueva obra. En otro punto de la ciudad, en el Paseo Guardia Civil Antonio Molina, hemos podido observar el robo de papeleras, dos al menos han desaparecido. El hierro se paga bien en la fundición de Selouanne. También hemos fotografiado el pésimo estado de dos bancos de madera, enormemente incómodos, a los que le faltan travesaños. Hay que pensar en algún tipo de mobiliario urbano que no sea susceptible de ser robado para su reventa, menos costoso, que pueda ser repuesto con mayor facilidad y sobre todo más cómodo. La mayor parte de los bancos de mobiliario urbano existentes en nuestra ciudad son «revienta culos». Si la sentada supera la hora, al levantarse duelen hasta las costillas flotantes.

El Alminar denuncia, pero contribuye a mejorar nuestra ciudad. Sabemos que se toma nota de todo lo que aquí se escribe y son numerosas las cosas solucionadas después de ser aventadas públicamente. La humildad que buscamos, nos impide, salvo excepciones, atribuirnos cualquier mérito o el elaborar las actuaciones llevadas a cabo tras nuestras denuncias.

¿ A dónde van los árboles arrancados?


El cemento es muy exigente y requiere cada vez más espacio. La urbanización constante de la ciudad es una necesidad producida por el aumento del tráfico rodado. La extensión de rotondas, la realización de nuevos aparcamientos, la construcción de nuevos edificios, provoca la eliminación y reducción de zonas rústicas y verdes. Todo cede y la ciudad se convierte en una inmensa explanada, carente de sombras y de espacios de descanso. Cada vez hay menos bancos y menos zonas de esparcimiento. La construcción de una nueva rotonda en la intersección entre la avenida de La Duquesa de La Victoria y la de La Democracia, iba a provocar en un principio una reducción drástica del arbolado de la zona. Han arrancado dos o tres ficus de más de 60 años (la mayor parte de ellos fue plantada en la década de 1940), pero la previsión era eliminar entre 8 y 10 árboles. La acción de los blogs (Alminar y La Otra Melilla), junto con las redes sociales y las denuncias de los colectivos ecologistas Equo y Guelaya, han provocado una pequeña modificación, y ahora cuatro árboles quedarán incorporados dentro de la nueva rotonda. Todavía sirve denunciar la cosas, aunque sabemos que a nuestros munícipes no les gusta nada rectificar, lo consideran casi una ofensa.

Hemos visto el lugar al que han trasladado dos de los árboles arrancados en Duquesa de La Victoria. Están junto al vivero municipal, en lo que será un nuevo parque infantil, creado en una nueva carretera construida e inaugurada hace muy poco. El problema del arrancamiento de árboles, es que suelen perecer en esa salvaje maniobra, y muy raramente vuelven a ser lo que fueron. Ese es el caso de un árbol arrancado junto en la calle Valencia, junto a Mar Chica y que fue trasplantado a la calle Jiménez e Iglesias. Casi un año después, ofrece un aspecto lamentable. Esta prácticamente muerto. Lo que no entiende es el por qué de la poda salvaje, previa a su arrancamiento.