Un caso de violencia contra la mujer


Definitivo traslado del cuerpo de Zineb Maanan a Marruecos

El juzgado de Instrucción número 5 autorizó el jueves la entrega del cuerpo de la joven marroquí a sus familiares, paso necesario para iniciar su traslado hasta  la ciudad de Fez, en donde había nacido hace 22 años. En las primeras horas de la mañana de hoy viernes, desde las cámaras de conservación del Hospital Comarcal, en la zona en donde se encontraba el antiguo tanatorio, los familiares de Zineb recibían el cuerpo sin vida de la mujer asesinada en los últimos días del mes de octubre.

Este suceso se ha metido de lleno en el mes de noviembre, dedicado a la lucha contra la violencia sobre las mujeres y contra el maltrato que sufren en todas las sociedades y culturas. En este caso, uno de los más claros de los últimos tiempos en Melilla, y cuyo resultado fue la muerte de una mujer, siguen sorprendiendo muchas cosas. La principal es la tardía reacción de las Instituciones en la condena del suceso, o en la falta de apoyo ofrecida a la familia. Todavía hay muchas  asociaciones «fantasmas», de defensa de las mujeres, que no se han pronunciado al respecto, salvo el Partido socialista,  su Federación de La Mujer y Coalición por Melilla.

El próximo día 25 es el día especifico para recordar esta lacra que estigmatiza y espanta a la sociedad. Las cosas no siempre presentan perfiles tan claros como los tradicionalmente aceptados, sin embargo, el de la joven marroquí entra claramente en los parámetros de violencia contra las mujeres, y pese a ello, no ha sido calificado como tal en ningún momento. Han sido ciudadanos anónimos los que han prestado su apoyo a esta familia, que ha sufrido una excesiva demora en la entrega del cuerpo para poder llevar a cabo su  entierro en Marruecos, según los preceptos islámicos. Para este fin, su madre se había desplazado desde la ciudad antigua capital imperial de Marruecos hasta Melilla, para poder acompañar así al cuerpo de su hija en un viaje sin posibilidad de retorno.

Las cosas están más cerca nuestra de lo que creemos, aunque se enmascaren. Se trata de un imagen dura, pero es que la vida también lo es en algunos casos con determinadas personas, y si se trata de mujeres, mucho más. De nada sirve la teoría y los actos solidarios difusos, si cuando llega un caso real, no se sabe reaccionar ante él.

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La acacia de Persia o de Constantinopla


Fichas botánicas de Melilla IV

Es un árbol con con nombre bonito, aunque su nombre persa, que es su zona de origen junto con China y Japón, sea el de Albizia Julibrisín (1). Es uno de los árboles ornamentales considerados como de los más hermosos, y fue introducido en Europa a partir de 1745, casi tres siglos después de la caída de Costantinopla (1453). De dónde le viene  ese nombre es algo que no ha habido manera de averiguar, aunque también es conocido como árbol de la seda, según refieren los libros y páginas especializadas, en donde otro de sus nombres es el de Acacia de Persia. Tampoco es una acacia, sino una especie  perteneciente a la subfamilia de la Mimosoideae. El nombre de Constantinopla desapareció pronto y la ciudad siempre fue conocida como Bizancio, que es como ha pasado a la historia. En este caso, lo que llamó mi atención sobre este árbol, es el sobrenombre de Constantinopla, y cuya relación no he conseguido establecer.

En Melilla están presentes a la avenida de Los Donantes de Sangre, en la calle Cataluña plantadas a partir de 1960, que es la fecha de construcción del parque, en lo que antes era una loma pelada.

La Acacia de Constantinopla destaca por la delicadeza de su follaje y por la variedad de colores que presenta, en especial sus flores, de muy agradable aroma. Produce una sombra amplia y ligera con ramas que se expanden con forma de paraguas. Requiere ambientes cálidos y soleados, no siendo demasiado apropiada la presencia cercana del mar, aunque lo tolera.

En Melilla presentan un aspecto desordenado y poco cuidado, pues se han mezclado árboles de diferentes plantaciones. Son muy exigentes en su cultivo en los dos primeros años, requiriendo cuidados específicos. Una de sus características es que no son árboles que necesiten podas constantes, salvo en sus ramas secas. En nuestra ciudad han sido objeto de podas incluso en sus primeros años, que han dejado huellas evidentes en sus troncos, especialmente en las acacias de la calle Cataluña.

Se le utiliza como árbol ornamental porque no suele presentar plagas. De sus raíces se obtienen jugos con propiedades astringentes y también remedios eficaces contra las picaduras de insectos y arañas venenosas*.

Notas: (1) http://es.wikipedia.org/wiki/Albizia_julibrissin. * Paseos botánicos por  Melilla, J.A. González y C. Enrique.