Un visión diferente de Melilla


Melilla desde Reina Regente

En un día de poniente, como hoy, las más espectaculares vistas de Melilla se obtienen desde el cerro de Reina Regente, al otro lado del Barranco de Cabrerizas. No es un lugar por el que una parte de los melillenses suela pasar, y menos detenerse para hacer fotografías, sin embargo, con días de ambiente tan claro y nítido merece la pena hacerlo, y observar lo mismo, pero de modo diferente. Hacia mucho tiempo que no seleccionaba una foto del día tan merecedora de serlo. Este es un de los lugares más altos de Melilla. Pon encima solo está el acuartelamiento de La Legión, emplazado en el lugar más alto de la ciudad. La mezquita de Reina Regente está muy cerca del lugar desde donde está tomada la fotografía.

Reina Regente está dentro de «la otra Melilla», más allá de la frontera no visible que divide a la ciudad en dos mitades con muy poco contacto. Parecen y son dos mundos diferentes, con desarrollos y evoluciones completamente distintas. Pasando del puente de la urbanización Las Palmeras (avenida ciudad de Barcelona), nos internamos en una ciudad diferente, pero tan Melilla como la otra, con la misma antigüedad. En esta zona se refugiaban los habitantes bereberes durante los periodos de asaltos de piratas o invasiones de distinto signo. Desde los cerros se dominaba y vigilaba cualquier movimiento en la costa. Siempre ha sido así, en cualquier época histórica.

La profundidad de campo es inmensa. Se divisa perfectamente La Bocana, la Mar Chica, una parte no habitual de nuestra ciudad e incluso la población marroquí de Karia.

La Torre de Las Cabras tiene goteras


El ascensor de Melilla La Vieja vuelve a estar cerrado

El pasado domingo paseaba por Melilla La Vieja, cuando un extraño cartel de «cerrado por motivos de seguridad» llamó mi atención. No interrumpí la cadencia del paseo, ni saqué mi siempre presta cámara de fotos (la más rápida de todo el Oeste), porque pensé: «Si algo se ha estropeado en Melilla, dentro de cinco días seguirá igual». No había prisa ninguna en fotografiar el cartel ni enterarse de los motivos. El que el motivo del cierre del ascensor fuese por «motivos de seguridad», tampoco me extrañó demasiado, porque en nuestra ciudad empieza a no extrañar nada. Ya no es noticia que este ascensor vuelva a estar cerrado. Sin embargo el ascensor está en perfectas condiciones. Lo que falla es la torre. Últimamente se están viniendo abajo demasiadas torres.

La llamo Torre de Las Cabras porque el verdadero «Torreón» se hundió hace casi un siglo. La muralla de La Florentina y lo que quedaba de la antigua torre se volvió a hundir con ocasión de las reformas para el V Centenario de Melilla, y lo que se reconstruyó constituye una de las mayores falsificaciones históricas de la ciudad. En la actualidad, y tras muchos cambios de rumbo, es el Centro de Interpretación de la Ciudad Vieja. En realidad aquello ya no es nada salvo el ascensor y es de eso de lo que nos vamos a ocupar.

La Torre con goteras

La entrada más antigua sobre una torre escrita en El Alminar data de enero de 2012, cuando la oscilación térmica y el frío intenso de las noches, quebró la torre de un parque infantil (https://elalminardemelilla.com/2012/01/11/la-torre-herida-por-el-rayo/)  , fracturando su pináculo. Hace apenas un mes escribía sobre una vieja torre de guardia del Parque de Artillería, que ya ha sido completamente desmochada, eliminando el peligro que suponía para los ciudadanos, (https://elalminardemelilla.com/2013/11/06/la-torre-desmochada/).

El pasado 17 de noviembre una intensa lluvia, casi la primera del otoño, llenó de agua la ciudad. La nueva Torre de Las Cabras hizo aguas por todos lados, inundando el ascensor. Ahora mismo hay una parte del Centro de Interpretación que no puede ser visitado. El agua se acumula en la zona superior de la torre y se filtra completa sobre la torre, provocando la inundación del ascensor, provocando un efecto cascada sobre la zona musealizada. Siempre que llueve se estropea el ascensor.

Desde entonces, y aunque la zona está seca, no se permite el paso ni el uso del ascensor. Los técnicos de Fomento deben visitar la torre y emitir su dictamen, sobre si es seguro seguir usando el ascensor o no. Mientras tanto, todo vuelve a estar cerrado y obras de rehabilitación carísimas, siguen dando muy poco resultado. La vanidad humana llevó a inscribir en un panel los nombres de todas las personas que habían colaborado de una u otra manera en la creación del Centro de Interpretación. Hoy todo está cerrado y lleno de humedades. En unos años será sólo un recuerdo.

Esperemos que el ascensor sigue estando en funcionamiento para entonces. Hay problemas mínimos, a los que son incapaces de darles soluciones definitivas. Si estas cosas ocurren cuando sólo caen unas gotas de más, asustar pensar en qué estado quedará todo si algún día un temporal se abate sobre nuestra ciudad. Hay demasiadas torres con problemas en Melilla.

La Medalla Milagrosa en Melilla


Apuntes sobre Francia y una Virgen francesa

El cómputo del tiempo no es igual para nadie. Una fecha tiene un significado en el calendario y otro muy distinto en el cómputo general de una persona, de una familia, o de uan ciudad. El 27 de noviembre es la festividad religiosa de la virgen de La Medalla Milagrosa, virgen francesa, nación que fue cuna de La Revolución Francesa y del laicismo del Estado, y sin embargo no ha perdido el fondo católico de la sociedad. Por alguna razón a esta nación lleva el sobrenombre de  «la católica Francia» y es una de las hijas preferidas de La Santa Madre Iglesia, pese a que acogió a los Papas cismáticos de Avignon y fue la nación que acabó de un plumazo con la Orden de Los Templarios. Hoy también da cobijo a la comunidad cismática e integrista católica del obispo Marcel Lefebvre.

Francia alberga grandes contradicciones para España, pues acogió a los exiliados republicanos españoles, pero los trató bastante mal, internándolos en campos de prisioneros. Los refugiados españoles tuvieron la desgracia de quedar dentro de la mitad francesa que colaboró con los nazis, acabando muchos en verdaderos campos de concentración en Alemania y Austria. La negativa de Francia a que las armas que enviaba la extinta Unión Soviética atravesasen su territorio, supuso una de las causas de la derrota de la España republicana.

El 27 de noviembre en Melilla

Esta fecha estará marcada en la historia de nuestra ciudad como el día en que las Hijas de La Caridad abandonaron Melilla, de un modo abrupto y poco explicado, precisamente en la fecha de la advocación de la Virgen bajo la que prestaban sus servicios, la de La Medalla Milagrosa: Llegaron a Melilla en 1924 y se marcharon en 2011, hace hoy justo dos años.

La noticia me cogió por sorpresa, tuve que reaccionar de modo muy rápido y fuí hasta el Centro Asistencial para hablar con la Hermana Superiora, Sor Mª Jose. Les pedí permiso para hacer una foto y me citaron para la tarde del día 24 de noviembre. Entré en sus aposentos por primera vez en mi vida, le hice las correspondientes fotografías, las únicas que existen y desaparecieron de la ciudad dos días después. No pude ni entregarles las copias. Dicen las mujeres y hombres que allí residen, que nada ha vuelto a ser igual sin ellas.

Las hijas de La Caridad se integran dentro de La Comunidad de los Padres Paúles. Hubo un tiempo en que esta comunidad se extendió por toda Melilla. No había parroquia en la que no estuvieran, ni en la que no figurara su imagen, la de la Virgen francesa, la de La Medalla Milagrosa. Todo esto es suficientemente conocido. Lo único que es distinto es esta historia que cuento y recuerdo desde hace dos años.

Nota: https://elalminardemelilla.com/2011/11/27/hijas-de-la-caridad-adios-a-melilla/