La Custodia del Corpus en Melilla


 

 

     Acaba el mes de mayo, y el ciclo litúrgico ha hecho que este último domingo sea el del Corpus, que en Toledo (la catedral primada de España), se sigue celebrando el jueves, uno de los tres que relumbran más que el Sol. En Castilla La Mancha es día festivo, y en su capital se reproduce cada año la procesión más antigua de España, en la primera gran capital arrebatada al Califato de Córdoba en 1086. Desde entonces, la primera gran frontera peninsular se estableció en el río Tajo. Las cofradías del Corpus de Toledo son las más antiguas del país. Es una procesión sin imágenes, solo con la gran custodia de Arfe, la más espléndida de todas las existentes, y con diversos  y suntuosos estandartes. A ella acude el Ministro de Justicia como Notario mayor del Reino.

      En Melilla todo es más modesto, obviamente. Sin embargo, cada año acudimos a esta procesión para obtener imágenes. Es el mismo acto repetido anualmente, pero siempre hay algún detalle que lo hace diferente. Este año, sosteniendo uno de los varales del palio que cubre y protege la Custodia, se encontraba el presidente de Melilla, Juan José Imbroda. En el centro se encontraba el vicario episcopal, sosteniendo la Custodia del Corpus, para luego depositarla en las andas procesionales.

        Nunca volverán a ser las cosas como las vemos en un momento determinado, podemos bañarnos en el mismo río pero nunca en el mismo agua. Todo cambia, de modo constante, casi imperceptiblemente. Cambian los observadores, cambia también lo observado. Retenemos solo un instante del presente, que no es más que eso.

Anuncio publicitario

Toledo, la Custodia de Arfe


      Los Arfe fueron una dinastía de orfebres originarios de Alemania, que elaboraron una serie de “Custodias” para las principales catedrales españolas: Toledo, Córdoba o Sevilla. Sin embargo, la que simboliza el género de las llamadas “Custodia de Arfe” es la de Toledo, perteneciente a la Catedral de Santa María, La Primada de España. En aquellos años se rivalizaba en honrar a Dios bajo suntuosas elaboraciones artísticas, y también se rivalizaba entre las propias catedrales más poderosas de España. Sin embargo, no existe nada comparable a la Catedral Primada de España, ni la Custodia de Toeldo tiene nada que le haga sombra. La salida a la calle de este monumental sagrario, o custodia, conforma una de las procesiones más famosas del Mundo, la del Corpus Christi de la capital toledana.

       Un viejo libro de Luis Moreno Nieto, de la década de 1950, nos descubre algunos de los secretos de tan magnífica y grandiosa pieza de orfebrería. La Custodia de Toledo fue encargada por el Cardenal Cisneros al joyero Enrique de Arfe en 1516. Existió una custodia anterior pero dice que fue robada por las huestes del “comunero Juan Padilla”. La obra de Arfe fue acabada en abril de 1524. A lo largo de otros siglos fue mejorada o reformadas con diversos añadidos, con los que los obispos de Toledo buscaban dejar su nombre para la historia, como el arzobispo Fonseca, y el cardenal Quiroga. Estas intervenciones se realizaron en el siglo XVI.

       Al igual que las reformas, también sufrió algunos ataques o intentos. Fue salvada de la rapiña de la invasión francesa de 1808, por lo que fue trasladada a Cádiz hasta  la finalización de La Guerra de La Independencia. Las autoridades republicanas de Toledo, en 1936, la desmontaron con el objeto de trasladarla a Madrid, e incluso dejaron constancia en un acta de los nombres de quienes debían llevar a cabo un traslado que nunca se produjo. La Custodia de Arfe fue encontrada despedazada en varios lugares de Toledo, pero desaparecieron más de un centenar de perlas y piedras preciosas con las que había sido adornada a lo largo de los siglos. Las acciones contra obras artísticas son una constante a lo largo de la historia universal. El arte, igual que se crea, es objeto de intentos de destrucción.

                 Descripción de La Custodia de Toledo *

       Sobre una base hexagonal se levantan los tres cuerpos, el primero de los cuales tiene una vara de alto. De un plinto calado arranca el zócalo del primer cuerpo. En él resaltan seis pedestales cuadrados y entre ellos, otros tantos magníficos bajorrelieves. . Se asientan en éstos seis pilares integrados por columnillas góticas con multitud de estatuas apoyadas sobre bellísimas repisas cubiertas de doseletes. y de ellas arrancan seis arcos de esbeltos contornos bordados de trenzas y calados.. El cerramiento, caprichoso, bellísimo, remata en una cruz de diamantes de unos quince centímetros, labrada en el año 1600 por el platero Alonso García. La peana fue mandada construir por Luis de Borbón, hijo mayor de Felipe V. Cuatro forzudos angelotes, en corro, sostienen la plataforma en la que descansa la custodia. La hizo el toledano Manuel Bargas, acomodada su obra al dibujo de Narciso Tomé (autor del transparente).

        Se emplearon en ella 18 kilos de oro y 180 de plata. Su altura total es de 2,5 metros y su peso de 17 arrobas, o sea, casi 200 kilos. No hay nada igual ni comparable a la Custodia de Arfe de Toledo, ni a su procesión del Corpus.