Para convivir con la derecha española, la izquierda, ha ido adelgazando su ideología desde la aprobación de La Constitución en 1978. El esfuerzo no ha servido para nada, porque la derecha española sigue tan beligerante como siempre y el electorado de izquierdas, la gran masa social de España, ha quedado cada vez más desprotegido y desamparado frente a la voracidad insaciable de los lobos del capitalismo. Esa es la razón de que toda esa base social se refugie en la abstención, mientras que el electorado de derechas se mantiene inasequible  a cualquier desaliento, y el que está ofreciendo el Partido popular es mucho.

                 Manuel Azaña, elogio de un intelectual de gran talla

       El odio visceral que parte de la derecha y de La Iglesia siguen profesando hacia la figura de Manuel Azaña, es una prueba evidente de la viveza y vigencia de su pensamiento y también de su calidad intelectual. Sus discursos parlamentarios son auténticas joyas de la oratoria, realizada frente a «la dialéctica del puño y las pistolas » de José Antonio, que era el discurso vigente en la derecha de aquellos años. No es que sigan existiendo dos Españas, es que con una sigue siendo casi imposible entenderse. Sólo hay que ver su producción ideológica (César Vidal,  Pío Moa y tantos otros), para entender que el discurso de Manuel Azaña, sigue por encima y a años luz de distancia, del más moderno de los trabajos de cualquier ideólogo, literato o historiador de la derecha española.

                               Espiritualidad y mística laica

         La espiritualidad, los valores, la mística, no son patrimonio del ámbito religioso. Hay una espiritualidad muy profunda, e incluso mística, dentro de la sociedad civil y laica. Es incluso más amplia, porque no es excluyente y alcanza a todo aquel que quiera dejarse imbuir por ella. Mi pasión por la literatura, por la mística y por Manuel Azaña se la debo a dos profesores de institutos, públicos, por supuesto. Doña Sagrario Vicente, mi profesora de literatura en Segovia, nos recomendó la lectura de Pepita Jiménez, de Juan Valera, y quedé sorprendido por la intensa mística de esa novela, de un autor que no pertenecía a la esfera religiosa. Ya en Melilla, otro profesor de literatura, D. José Luis Fernández de La Torre, en una de nuestras numerosas charlas, me recomendó el ensayo de Manuel Azaña, sobre la citada obra de Juan Valera. Mi conmoción fue absoluta, pues descubrí un ensayo literario enormemente profundo, casi místico, completamente fuera de la esfera religiosa.

       El siguiente paso fue buscar los discursos parlamentarios del que fuera Presidente de La República española, y descubrir la intensidad de una oratoria sublime. Su discurso titulado: «España ha dejado de ser católica», es una de las piezas más perfectas, respetuosas y tolerantes, que haya producido nunca el laicismo de la sociedad civil. No es que no fuera entendido este magistral discurso, es que fue absolutamente manipulado y retorcido para hacerlo pasar por lo contrario de lo que realmente era. Es precisamente porque lo entendieron perfectamente, por lo que la derecha y La Iglesia juntaron sus fuerzas, para tumbar de modo definitivo el proyecto republicano español, uno de los modelos sociales más avanzados de toda Europa, la de antes y la de ahora.

       PD: Para que nadie entre por ese lado, quiero decir que el proyecto de tolerancia, avance social y laicismo republicano, nada tuvo que ver, ni fue responsable, ni fomentó, la quema de iglesias o la persecución de religiosos/as. La derecha no ha dejado de reivindicar nunca sus nombres, mientras que la izquierda, en el camino de la contemporización y de  la búsqueda del consenso,  ha ocultado y olvidado los suyos. Por este motivo estamos ahora inermes y casi indefensos.

        Nota: En Melilla, junto al busto conmemorativo del Tte. legionario Jesús Aguilar Fernández , se instaló una placa con un texto de Manuel Azaña, extraído de su carta «Paz, piedad y perdón», su testamento político.

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Elogio de Manuel Azaña

2 comentarios en “Elogio de Manuel Azaña

  1. Durante el «aznarato» (1996-2004), se produjo un hecho insólito y es que parte de la derecha intentó apropiarse de la figura de Manuel Azaña. Apenas pudieron utilizar nada de su figura o escritos.
    Sin embargo, para pasmo de los historiadores, apareció la hija de Franco, haciendo entrega a José Mª Aznar, entonces Presidente del Gobierno, de los diarios personales de España, que estaban en poder del Dictador Franco, desde 1936.

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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