El Alminar es objeto de una demanda


Hemos escrito mucho y de muchas cosas, a lo largo de dos años. Tanto como más de 960 artículos , que han recibido 7600 comentarios. En todos los casos hemos escrito con absoluto respeto y sin hacer la más mínima intromisión en la vida de las personas. Analizamos y criticamos los actos públicos de aquellos que  ostentan cargos de representación pública. Hemos respetado tanto la esfera privada de las personas, que muchas veces, pese a que se trata de cargos públicos, en diferentes grados de representación, que ni siquiera escribimos el nombre. Decía Mariano José de larra: que escribir en España es llorar.

 Diego Hurtado de Mendoza, escribía en la mitad de siglo XVI: es muy sabido, y muy antiguo en el mundo el odio a la verdad, y muy ordinario padecer trabajos, y contradicciones los que las dicen, y aún más los que la escriben.

Miguel de Cervantes murió en la pobreza y demandado por el fisco, Góngora no vio nunca publicado un verso en su vida y así podríamos proseguir hasta llenar El Alminar, setenta veces siete.

En El Alminar de Melilla han escrito comentarios diputados y senadores de España, como Julio Bassets y Miguel Ángel Roldán. Hemos publicado una carta a todo un expresidente de Melilla, Ignacio Velázquez, que ningún otro medio de comunicación le quiso publicar. Hemos sido también el último recurso del nonagenario profesor y escritor José Mª Antón, para resolver su situación de postergamiento en la cultura local, con el grupo de teatro Concord, felizmente resuelta.

Hemos tenido muchos quebraderos de cabeza, un trabajo inmenso y ni un solo euro de beneficio. No hemos dañado nunca el honor de nadie, porque esa es una norma de este blog. Las personas se respetan y no se juzgan , y solo se someten a la luz pública sus actos públicos, aquellos que tienen trascendencia para la ciudadanía.

Un blog abierto

El Alminar de Melilla es un blog abierto, con una amplia zona de comentarios y un nivel de poda exiguo. Quien se ha sentido molesto por alguna información, ha escrito para corregirla, pero también hay que decir que han sido los menos, porque no escribimos para molestar a  nadie. Hemos cortado muchos debates en los que se producía el enconamiento personal. Quien no ha escrito aquí es porque no lo ha considerado necesario, no ha querido hacer uso de su legítimo derecho de réplica, o porque no siquiera ha querido tenernos en consideración; pero no porque no pueda hacerlo.

El próximo día 18 de julio (vaya día), Imparcial y Hospitalario hemos sido citado para una acto de conciliación, previo a la demanda. Como somos respetuosos con los actos judiciales y las personas, no hablaremos todavía del aquello que nos ha llevado a esta situación, pero cuando lo demos a conocer y podamos hablar de ello, más de un lector quedará sorprendido por aquello de los que nos acusan.

Nota: también nos congratulamos de albergar entre nuestros comentaristas, al escritor más prolífico, más premiado y menos reconocido en su ciudad, como es José Luis Navarro.

Melilla en la hora bruja


              Oráculos y la adivinación del futuro

Las campanas tenían la función de ahuyentar a los malos espíritus que se adueñaban de las ciudades y villas tras la caída del Sol.  Hoy molesta el teñer de las campanas por la noche, incluso el croar de las ranas del Parque Forestal de Melilla. Sin embargo, en los pueblos y ciudades de Castilla, los relojes de las iglesias siguen marcando puntualmente las horas, sin que a nadie se le ocurra decir que se elimine, porque lo único que podría pasarle es que acabara fuera del pueblo, sin mayores contemplaciones.

No me ha sorprendido ver este año, en el mercado medieval de la ciudad vieja, dos pequeñas tiendas de «echadores de cartas» y de lectura del futuro a través de la quiromancia. Todo el mundo desea saber o conocer cosas sobre acontecimientos inmediatos o a medio plazo, que le pudieran afectar. En tiempos de incertidumbre máxima, se quiere ver más claro  y ganar algo de tranquilidad, aunque sea de un modo banal y efímero. No hay nada malo en ello, salvo que uno se enrede demasiado en estas cosas.

La Santa Iglesia considera a «los horóscopos y las artes adivinatorias, contrarias a la moral cristiana», y los mismo sucede con el Islam y el  recurso a los morabitos y a todos suerte de magos y magas que pueblan el norte de Marruecos. Sabemos que la humanidad sobrevivirá a cualquier contingencia en los próximos mil años, pero lo que uno quiere saber es lo relacionado con su propia existencia, y su futuro en el plazo de un año.

            La hora bruja 

Pese al tañer de la campana, se sabe que la media noche era o es la hora de brujos/as y del diablo. Por algo se le conoce como el príncipe de la tinieblas. En la ciudades modernas la luz artificial lo domina e inunda todo, pero nadie puede librarse de las tinieblas interiores, es más, incluso rodeados de luz se puede estar en la más absoluta oscuridad. Por la noche circula gente distinta a la del día y hay individuos y personas muy tenebrosas, a las que se quiere evitar y de las que hay que defenderse. ocurre los mismo en el mundo animal, del que pese a todo, seguimos formando parte.

              Sobre la adivinación del futuro

El Poder y las personas que lo conforman, en la antigüedad consultaban a los oráculos y a los augures. En la actualidad, los consejos de asesores, cada vez más voluminosos y numerosos, cumplen exactamente la misma función que los oráculos de antaño. Si un presidente o jede de Estado tiene cincuenta asesores a su alrededor, y nadie acierta nada, entonces debería cesar a todo el grupo. Pese a todo, la salvación del grupo o del partido poco importa, si acaece el fin personal. El ser humano es débil y necesita del apoyo de otros, incluso del más allá, del que nada puede conocerse. Nadie debe reírse de las debilidades humanas, sin correr el riesgo de que cosas aún peores le sucedan en el futuro.

No conocer el futuro provoca inquietud, saberlo conllevaría la destrucción personal y el enloquecimiento. Nadie podría vivir sabiendo qué habrá de sucederle o cuál será su final. Hay que aprender a vivir dentro del proceloso mar de la duda, porque al final, sortear los obstáculos y los avatares de la vida, otorgan certezas, satisfacciones e incluso instantes insuperables de  felicidad.

Los poderosos, las élites del poder, los ricos,  viven en las mismas incertidumbres personales. Lo poco que se sabe de ellos no les hace distintos al común de los mortales, eso sí, carecen de cualquier preocupación sobre el presente,   y casi sobre el futuro próximo. Sin embargo, eso no les reporta satisfacciones personales. Los pocos que se muestran al resto del mundo, suelen ser simples como casi todos, o incluso más. La diferencia es que los adivinos y magas acuden a sus residencias y no se dejan ver. Por norma general consulta a sus asesores o encargan encuestas.

Pero lo que destaca por encima de todo, es el carácter efímero de la consulta. Más allá de un mes, nadie es capaz de predecir nada. Por eso, todo estas «supercherías medievales», siguen vigentes.

Nota: enlace al programa de En la búsqueda Radio, sobre casas encantadas en Melilla.  http://www.ivoox.com/elb-2×25-melilla-misteriosa-caso-espiritu-punto-de-audios-mp3_rf_2178922_1.html

El bosquete marroquí de Sidi Ouariach


                  Marruecos tala y despeja el bosquecillo de Sidi Ouariach

Los morabitos son pequeñas zonas verdes asociadas a un lugar de culto. Tienen una vegetación determinada y no suelen establecerse en lugares desprovistos de vegetación. Los árboles que los rodean suelen proporcionar un ambiente más fresco que el circundante y promueven así una sensación de relajación y de protección. El morabito histórico de Sidi Ouariacha estaba rodeado de: un pequeño bosque de tipo mediterráneo, con cobertura casi del 100% y altura de la vegetación cercana a los 2 m.. Esta descripción aparece reflejada en «La flora silvestre de Melilla», de los profesores José Manuel Cabo, Huberto García y Juan Antonio González. Ese tipo de bosque y de vegetación, debió ser el existente en el territorio de Melilla hasta la llegada de los españoles y la posterior ampliación de 1863. El espacio verde original se fue reduciendo como consecuencia de la acción humana. Los Pinos son solo fruto de la política de repoblación del Protectorado español.
El pasado día, al realizar las fotos desde el alminar de Sidi Ouariach, pude comprobar como Marruecos está talando y eliminando la vegetación del morabito, en el frente más próximo a la valla de Melilla. La comparación de las fotos de 2011 y 2013 no deja lugar a dudas. La incesante presión migratoria desde el año 2005 y las exigencias de colaboración por parte de España, han llevado al talado y eliminación de cualquier vegetación próxima a la frontera, que pueda servir como refugio a los inmigrantes subsaharianos.
El el libro de La flora silvestre de Melilla, ya se determina la irreversibilidad ecológica del territorio melillense, que ahora ase está extendiendo también al otro lado de la frontera.

Mustafa Aberchán en Jerusalén


Agravio institucional a Melilla en Israel

El silencio imperante en una ciudad en la que todo el mundo opina u opinamos de todo, ya es indicativo de que ha ocurrido algo más serio de lo habitual. Los únicos que se han atrevido a opinar son aquellos que bendicen y corroboran «la incalificable» conducta de alguna autoridad israelí. A estas alturas no sabemos quién fue la persona o personas que impideron la entrada de la expedición melillense en Israel, encabezada por Mustafa Hameh Moh, conocido entre nosotros como Aberchán (el negro). Mustafa Aberchán ha sido presidente de Melilla entre el año 1999 y el 2000. Es diputado de la Asamblea de Melilla desde 1995. Es médico cirujano del Hospital Comarcal y presidente de una agrupación política llamada Coalición por Melilla. No es una persona cualquiera, tiene un rango institucional y nunca se le debería haber impedido la entrada en Israel.

La expedición de Coalición por Melilla iba además integrada por otro diputado local, y por otras personas de la ciudad, sin perfil «alborotador» alguno, por el cual, un país democrático como Israel; pueda impedir la entrada de ninguno de sus componentes. Se están leyendo pocas, pero ruidosas manipulaciones en estos días, incluído un  editorial de un medio que ni siquiera mencionaremos, con expresiones inadmisibles dirigidas hacia Mustafa Aberchán.

El que piense que Israel es un país al que se puede acceder sin más, desconoce por completo lo que dice. A este país se viaja con un visado que debe ser tramitado antes de desplazarse hasta allí. Los que quieran saber como se viaja hasta Israel, solo deben preguntar al sacerdote o «pater» de la iglesia castrense, para saber cuales son los requisitos. El Padre Francisco José Sierra Vilchez, ya ha realizado 50 viajes a Tierra Santa.

Coalición por Melilla está financiando varios proyectos de cooperación internacional que está desarrolando en Cisjordánia. La expedición melillense iba a visitar el desarrollo y situación de esos  proyectos. Los trámites del viaje se habían desarrollado durante casi un año. Algunos de los integrantes, solo iban a visitar la Mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén.

Detenidos en los calabozos del Aeropuerto de Tel Aviv

Los expedicionarios melillenses, tras comunicárseles que no podían entrar en Israel, deberían haber sido expulsados sin más del país, sin embargo, estuvieron casi 20 horas retenidos en los calabozos del aeropuerto. Fueron interrogados varias veces, y algunos de ellos «registrados», más allá de lo que permite y exige la dignidad de las personas.

Es lógico y normal, que a través del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, se pida conocer quién fue la autoridad que «cerró» los pasos al expresidente de Melilla. No se puede atrubuir la responsabilidad de los sucedido a todo el Gobierno israelí, o al propio Estado. Muchas veces ocurren cosas de estas, porque algún mando intermedio se ofusca, y lleva a cabo una venganza o acción personal, que acabe comprometiendo al país que representa.

Melilla mantiene una Casa en la ciudad de Jerusalén y son innumerables los viajes que se han realizado en ambos sentidos. La Junta de Portavoces o el rango que se determine de la Asamblea de Melilla, debe solicitar, en nombre de la ciudad, y a través del Ministerio español de Exteriores, dirigido por García Margallo, una explicación y si cabe, una disculpa por lo sucedido en Tel Aviv.

PD: Desde hace mucho, Jerusalén es una ciudad física, pero también es una ciudad espiritual. Ir a Jerusalén es algo más que visitar cualquier otro lugar. Esta vez, ni Aberchán ni ninguno de los melillenses españoles han llegado hasta ella. No puede admitirse una inseguridad jurídica de este calibre, en un país que exige visado previo. La libre circulación de personas documentadas y acreditadas, y entre países que han firmado tratados internacionales, no admiten situaciones como la sucedida.

Un gran barco en Melilla


Buque estratégico Juan Carlos I

El buque de asalto anfibio Juan Carlos I

El pasado domingo llegó a Melilla un gran barco de la Armada Española, el más grande que haya tenido nunca un país, España, que en su día fue la mayor potencia naval del planeta, junto con Portugal o Inglaterra. Llego a una ciudad aplastada por una semana de levante y en uno de sus tradicionales domingos, en los que no hay absolutamente nada que hacer, ni a donde ir. No hay domingos que produzcan más desasosiego que los de Melilla.

La población de la ciudad se volcó con el barco, y hasta 3500 melillenses, entre los que no se encontraba El Alminar, han podido visitarlo a lo largo de dos días. Es un barco al que no subimos, como a tantos otros. Lo intentamos, pero no estaba el destino de nuestro lado.

Las dobles colas y los grupos organizados

La mayor parte de esos 3500 melillenses, unos 2500,  han subido al barco del único modo posible, aguantando sufrídamente la cola y esperando pacientemente el turno.  Como norma general, siempre hablaremos bien de los militares españoles y del Ejército de La Democracia.  La Armada había organizados muy bien las visitas al buque, con un autorcaro grupo cada 45 minutos y en horario de mañana y tarde.

Sin embargo y como dijera Indalecio Prieto, apareció «el vicio de Melilla», el de saltarse cualquier cola o norma impuesta por la autoridad competente, y no esperar nada junto a la muchedumbre.  Se entiende que autoridades y dignatarios hagan visitas fuera de hora y en recorridos y visitas protocolarias.  El caso, es que desde esta tarde de domingo, empezó a aparecer más de un grupo concertado, cuya aparición suponía un retraso de turno para los melillenses de las sufridas colas.  Al final la excepción se convirtió en vicio y los grupos concertados empezaron a afluir de modo constante.

Los marinos españoles acabaron convertidos en «escribanos» y apuntaban a los visitantes del día, y a los que se apuntaban en visitas para el día posterior, con lo cual, al día siguiente aparecían las dobles colas ( los del día y los de cita previa), a los que había que añadir los concertados. Todo un lío.

Nadie contará estas cosas, pero pese a todo, en una ciudad tan necesitada de gestos institucionales, se agradece la presencia en Melilla de tan extraordinario barco.

El Alminar de Sidi Ouariach


Es uno de los lugares más históricos y conocidos de Melilla, escenario de la guerra mundial del General Margallo, nombre que por sí solo, ha pasado a la historia como La Guerra de Margallo. Es lo máximo a lo que puede aspirar cualquier ser humano, o sea, a que su nombre no sea olvidado. Sin embargo, antes que Margallo, estaba Sidi Ouariach (el pelo sucio), el santón musulmán llegado de Al Andalus, y que profetizó la caída del mundo musulmán español y que dicen, pero eso solo es leyenda, que habitó en alguna de las cuevas de Melilla La Vieja, en donde advirtió a la población rifeña, de la inminente llegada de los castellanos. Otras fuentes orales hablan de que Sidi Ouariach perdió la vida frente a las huestes de Estopiñán.

En 1893 se provocó la «guerra de Margallo» para evitar que el cementerio, morabito y mezquita quedaran dentro del lado español, y justo 100 años después, se inauguró el primer cementerio musulmán de Melilla, desde la conquista española de 1497. La historia muestra su rueda puede retrasarse, pero nunca detenerse.

En el interior del Alminar de Sidi Ouariach

Melilla es una ciudad de mezquita e iglesias, pero con menor número de campanarios y alminares. ¿Qué se ve desde un alminar?; nada, todo. Lo más importante es que uno solo ve aquello que quiere ver, y que lo que está a la vista no es siempre ni la realidad, ni la totalidad de los hechos. Hay que querer ver la cosas, y querer mostrarlas. Lo primero que llama la atención de este alminar redondo, el único de Melilla, y con clara influencia oriental, es su deplorable estado de conservación y acabado. Las ventanas del mirador no se abren, salvo dos, porque el cemento se ha expandido y las ha bloqueado. Hay partes resquebrajadas y la claraboya del techo ha perdido parte de su acristalamiento y está a cielo abierto, lo que inunda el alminar en las épocas de lluvia.

La escalera interior, de caracol, no tiene los peldaños acabados. Son solo de cemento, sin enlosado de ningún tipo. Carece de barandillas y la subida es algo peligrosa. Las paredes interiores no están enfoscadas ni siquiera pintadas. No habíamos estado nunca en el interior de un alminar y la experiencia ha sido gratificante, pese a que la visibilidad no era excesivamente buena. Es un lugar muy interesante, que podía serlo más si estuviese en un adecuado estado de mantenimiento. No hay luz eléctrica en las escaleras medievales y el pararrayos está a punto del desplome. La diferencia de trato con respecto a los edificios y templos de la iglesia católica es evidente, y eso que este lugar es de titularidad municipal.

Hemos subido hasta la parte más alta, gracias a la amabilidad y beneplácito del almuhédano (clérigo musulmán), que es quien decide si autoriza o no las visitas a los lugares bajo su jurisdicción religiosa.

Subastan la antigua sede de Cultura


           Melilla no da descanso, no ofrece tregua. En cualquier momento, alguien te comenta una noticia inesperada y sorprendente. algo que no imaginabas que fuera posible. En pleno centro de la ciudad, la que fuera antigua sede de la Dirección Provincial de Cultura, está en procedimiento de subasta pública desde el pasado mes de marzo. Su precio de salida rondaba los 400.000€ y quedó desierto el procedimiento. No hubo oferta alguna, pero lo que es peor, es que no fue comunicado de modo público, pese a que el anuncio sí fue publicado en el Boletín Oficial de Melilla. Lo que demuestra es que cuando algo se quiere hacer pasar casi desapercibido, casi se consigue. Dicen que el edificio está en ruinas, pero eso no es cierto, pues fue magníficamente restaurado en la década de 1980, cuando el profesor José Luis Fernández de La Torre, se encontraba al frente de esa dirección provincial. Tiene una importante decoración mural, que convertiría en intocable este edificio, en casi cualquier lugar del mundo.
             Sin embargo, el interés especulativo no se detiene ante nada. En una ciudad con terreno limitado, el negocio es el suelo y también el aumento de edificabilidad. En este edificio, se pretende transformar su calificación y licencia de uso, para aumentar la superficie edificable en dos nuevas plantas, más el voladizo y un ático con retranqueo. O sea, multiplica como mínimo por cuatro, la inversión realizada mediante la subasta pública.
Pese al jugoso bocado que ofrece la propuesta, los ricos no son conocidos por dilapidar su dinero, así que ese primer intento de subasta, tras quedar desierto, ha dado paso a otro por una cantidad sensiblemente menor, y cercana a los 300.000€.
              La operación ya está bendecida, con unanimidad, por los componentes de la Comisión de Patrimonio de Melilla.