- El futuro
- Horóscopos
Los cielos de Melilla suelen ser despejados, o completamente encapotados. No suele haber términos medios en su climatología. Hay multitud de formaciones nubosas, enormemente atractivas para las fotografías, difíciles de capturar. El macizo del Gurugú, de casi un kilómetro de altura a nuestras espaldas o frente, condiciona por completo nuestra climatología. Por este motivo, cuando uno se encuentra ante una formación nubosa de estas características, lo mejor es llevar la cámara a mano, no pensar demasiado y hacer las fotografías. Cualquier demora solo dará tiempo a las nubes para deshacerse.
¿Puede predecirse el futuro humano, y más concretamente el individual?. La respuesta es no. Solo desde un conocimiento amplio de la complejidad de La Humanidad, y minucioso en el caso individual, se podrían predecir ciertas circunstancias o pronósticos. En la vida humana juega una baza muy importante el azar y la libre voluntad de la conducta humana. A nivel colectivo, el comportamiento del grupo, de la colectividad, es más predecible, incluso influenciable, que el individual. La colectividad es muy manipulable y el individuo puede estar muy condicionado por las circunstancias. Con un nivel de información muy elevado sobre países, grupos o personas, se pueden predecir muchas situaciones, o incluso influir en acontecimientos, y en las personas y dirigentes que rigen el mundo, los que deciden las cosas. Se espía todo y a todo el mundo, con tal de predecir comportamientos de países y regiones; acciones individuales o colectivas. Los dueños del mundo (https://elalminardemelilla.com/2013/01/27/los-nuevos-amos-del-mundo/ ) no quieren que nada escape de su control y cada vez hay menos cosas que lo hacen. La tecnología comunica, pero su fin último es el control de todo. Escribimos libremente, pero amparados en servidores, que cualquier día pueden hacer caer todo lo escrito, sin que queda el más leve rastro de ellos.
Horóscopos, vaticinios y predicciones
¿Qué será del Alminar?, ¿por qué nos preocupa el futuro, por qué queremos saber algo acerca de él?. Nada puede predecirse. Lo árabes, que fueron grandes astrónomos, fueron muy dados a la interpretación de los astros y a su influencia en nuestras vidas. Felipe II tenía a su lado a un astrólogo morisco, según cuenta su biógrafo Geofrey Parker. La Iglesia declaró todas esas artes contrarias a la moral y las persiguió con denuedo. Hay personas muy intuitivas y observadoras, que pueden predecir ciertas cosas o aconsejar de manera correcta a otras personas. Hubo un tiempo en que muchos de ellos se hicieron verdaderos personajes mediáticos, y que entraron en los círculos de los políticos. En realidad, muchas de sus predicciones las extraían de las propias conversaciones con los interesados. Se debe huir de todo eso. Los horóscopos no son más que frases muy generales, que a veces parecen coincidir, dada la cantidad de personas que poseen el mismo signo del zodiaco. Son programas de ordenador y combinaciones de frases. Al final pesa más la proporción matemática de las personas a las que pueda estar destinado determinado vaticinio.
La realidad es que uno puede evadirse de un adivino o de un superchero, pero no de aquello a lo que nos conducen «los amos del mundo». Ellos y sus medios de comunicación, dirigen y condicionan nuestras opiniones y movimientos. Nos dicen lo que debemos leer, que música escuchar y qué cosas nos deben indignar o no. Ensayan constantemente con nosotros, y eso es lo que realmente inspira cierto temor.
El caso es que las personas están ávidas de respuestas, para poder anticiparse a los acontecimientos, pero eso no es posible. La realidad es que desde el asesinato de Julio César, nadie ha vuelto a acertar en pronóstico alguno, ya sea político, económico o de ámbito personal. Si realmente dispusiéramos de información real sobre el futuro, sobre cabrían dos escapatorias posibles: la muerte o la locura. Aún así, no se puede desdeñar toda esta serie de conocimientos sobre la influencia o no de los astros, los nombres, o incluso de los números sobre las personas. No es científico afirmar esto, pero siempre habrá cosas que no tienen explicación, o cuya razón científica no llegue a satisfacer. El día en que se constate que con la manipulación de cerebro, de muy diversas formas, se puede condicionar nuestro comportamiento, estaremos completamente perdidos y en manos de «los amos del mundo». Todavía hay muchas cosas ajenas a su control. La única manera de protegerse es no quedar aislados, formar pequeños grupos y redes, aparte del núcleo familiar.
Mientras tanto, podemos entretenernos con cualquier cosa, incluso con El Alminar.
Te aplaudo.
Gracias. De momento solo tenemos silencio. Hay demasiado silencio envolviéndolo todo. Muchas preguntas, para casi ninguna respuesta y lo que viene todavía no se atreven a mostrárnoslo.
Es un blog total y eso es muy difícil de mantener y de equilibrar. ¿Cuál será el futuro?, ¿quién puede saberlo?.
Tampoco buscamos saberlo, porque es algo imposible. Lo que está claro es que veremos cambiar muchas cosas, y casi todo cambiará mucho. El Alminar puede que continúe siendo una referencia, pero para personas distintas. Cambian incluso los ojos que nos observan, pero habrá cosas que permanecerán, y las seguiremos reconociendo.
«En manos de los amos del mundo»
Efectivamente, desde muy joven me he preguntado sobre este aspecto. Sentir que somos marionetas cuyos hilos mueven según convenga. Y los todopoderosos se escandalizan o se hacen los sorprendidos por las maniobras de espionaje entre mandatarios.
La manipulación, casi siempre inconsciente, a la que nos vemos sometidos a diario, eso sí que es un escándalo.
El «sistema» nos atrapa, ¿tendremos escapatoria?
Estamos dentro, pero hay maneras de escapar a su contaminación e influencia, aunque no siempre se consigue. Hay huecos y pasadizos en los que vivir.No podemos decirlo porque se apoderan de cualquier idea. Hay que vivir inmersos en el sistema, pero creando nuestros propios espacios.
¿Escapatoria? Ninguna! ¡ En tanto estemos envuelto en las mallas de la araña de las cuatro patas!
Mañana no es el futuro, es solo el día siguiente y ni siquiera eso puede predecirse. El futuro por el que nos inquietamos y preguntamos se sitúa mucho más allá, y eso es en principio tan oscuro como una noche en un bosque. Hay tendencias y líneas que pueden intuirse, pero el azar y otras circunstancias también dictan sus leyes.