- Gran higuera y olivo
- Higuera del Cerro Santo
- Higuera silvestre
- Avión
- Excursión escolar
- Pozo del abismo
Las higueras del cerro santo de Melilla
Y de la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que El está cerca, a las puertas. Mateo 24, 31-33. Ἀπὸ δὲ τῆς συκῆς μάθετε τὴν παραβολήν· ὅταν ἤδη ὁ κλάδος αὐτῆς γένηται ἁπαλὸς καὶ τὰ φύλλα ἐκφύῃ, γινώσκετε ὅτι ἐγγὺς τὸ θέρος.
Las higueras han florecido y anuncian el verano. Su primer fruto es la breva. Su denso, intenso y envolvente aroma viaja hasta muchos metros de distancia. Melilla es tierra de higueras , pero todas silvestres, pues no hay ninguna en los parques de la ciudad. Llevamos varios años escribiendo sobre las higueras y lo seguiremos haciendo, porque hay lugares a los que siempre debe volverse, de manera que existen otros a los que nunca llegaremos, o a los que no volveremos.
En el cerro de la Palma Santa o Loma del Viento, en el confín de Melilla, existen algunas de las higueras más hermosas y desconocidas. Su incipiente aroma proporcionan una delicada sensación. El entorno de las calles interiores es muy fresco y agradable, con abundante sombra. No es un lugar al que se suela venir comúnmente, aunque su oratorio/zawiya, es un lugar muy visitado e integrado en la ciudad a través de La ruta de los templos.
En uno de los últimos días de mayo, en el cerro de La Palma Santa, que ya hemos visitado en otras ocasiones, hemos encontrado higueras, olivos, un viejo y centenario pozo muy profundo, un avión pasando por encima de nuestra cabeza, e incluso una excursión escolar que venía de visitar los viveros de Guelaya.
También es hora de relajarse y no pensar ya en nada.