El jardín salvaje


 

        La desembocadura del río de Oro y sus inmediaciones dan para todo. Aquí están algunos de los mejores bloques de viviendas de esta parte de la ciudad y algunos de los restaurantes y cafeterías más frecuentados por los melillenses y también por el equipo de gobierno reinante. Esto es el Paseo Marítimo. Por aquí pasa en algún momento u otro de la semana casi toda la ciudad. Esto es parte de nuestro supuesto «escaparate turístico».

        Hace un tiempo había aquí un parque infantil con vigilante, y unos cuidados jardines. La ampliación de la estación depuradora de aguas del río de Oro acabó con esta zona de recreo, que de ser un cuidado y agradable parque, se ha transformado en una zona agreste y en un parque salvaje.

       El césped brilla por su ausencia. la suciedad y el abandono se han adueñado de todo el paraje. El lugar no invita al reposo ni al descanso. El árbol tronchado, con su rama sostenida por el suelo, ejemplifica a qué estado están llegando las cosas en nuestra ciudad. No es un olmo seco, pero sí está hendido por el rayo de la mala gestión.

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