- Locales afectados Ley Boyer
- Traslado de Admon. de Loterías
- La Campana del Real
Emblemáticos negocios de Melilla cerrarán o cambiarán su ubicación
El primer gobierno socialista de 1982 heredó un país lastrado por las viejas leyes franquistas. Había que legislar todo de nuevo. Los arrendamientos urbanos de renta antigua no se revisaban con el índice de precios al consumo (IPC), y los propietarios de inmuebles antiguos cobraban cantidades eximias. Para corregir esos desajustes se ideó la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1984. Tantos los inquilinos de viviendas, como los arrendatarios de negocios, fueron sometidos a la revisión de rentas. La normativa es conocida como el decreto Boyer, ministro de economía bajo el que se promulgó la mencionada Ley.
Los inquilinos de viviendas no tenían ni tienen problema alguno, porque el contrato de viviendas se vincula a la vida del arrendatario. Sin embargo, no sucedía ni sucede lo mismo con los gerentes o propietarios de locales actividades comerciales. La flamante Ley escondía un efecto perverso, que o no fue previsto, o no se le concedió la suficiente importancia, y es que los arrendatarios de los locales de negocios, pasados 30 años, perdían todo derecho a la prórroga. La Ley legislaba la extinción total del contrato pasados 30 años, que se cumple precisamente ahora, en 2014.
El día 1 de enero de 2015 todos los contratos otorgados con anterioridad al mes de mayo de 1985, quedarán extintos, y sin posibilidad de prorroga. Los propietarios recuperarán su propiedad de modo completo y sin obligación alguna de renovar los contratos. Podrán realizar nuevos contratos, o eliminar totalmente la actividad comercial de sus propiedades. La situación afectará y afecta a muchos locales de negocios establecidos en el centro de la ciudad y en el barrio del Real, que son los barrios en donde existen más comercios con contratos de arrendamiento antiguos.
En el barrio del Real ya han recibido la notificación de extinción de contratos, locales tan conocidos como el bar Cinema, foto Soria y la peluquería Mimón. Algunos otros, como la cafetería La Campana y otros muy conocidos no conocen todavía qué harán los propietarios de los inmuebles, que son los que en definitiva tendrán la última palabra para decidir qué hacer. Algunos como la Confitería España ya cerraron ante la inminencia del cambio impuesto por la normativa.
En el centro de la ciudad ya han cerrado algunos locales cuyos dueños les avisaron de que renovarían el contrato de arrendamiento, pero a precios del mercado actual. La administración de loterías de la Avenida de Juan Carlos I, ya comunica a sus clientes el próximo cambio de ubicación. La Cooperativa Gráfica también está dentro de las actividades comerciales afectadas por la Ley Boyer.
Ahora mismo es imposible conocer qué cantidad de establecimientos está afectada por esta normativa. Todos los contratos de arrendamiento antiguos se considerarán extinguidos el último día del año. Los mayores cambios suceden frente a nuestros ojos, sin que nos demos cuenta de ellos.