La vida en un desagüe
¿Cuál es el límite de la insensibilidad de las autoridades que nos gobiernan?, ¿pueden desentenderse de la vida de estos jóvenes o menores sin techo ni recursos, sin que altere su ritmo de fiestas y auto homenajes continuados?. ¿Alguien sabe cuántos menores o jóvenes deambulas por las calles de Melilla?. ¿Por qué no quieren residir en el centro de Menores de Sidi Guariach?. ¿Es acaso preferible esta vida sin salud, sin comida, sin higiene, a la intemperie?. ¿Es mejor un desagüe o cloaca antes que el centro de acogida?.
Algún día alguien se atreverá a analizar el lenguaje del Poder en Melilla, y observará como cuando aparece un «presunto menor» ahogado en la playa, o estrellado entre las rocas, o calcinado en las cuevas; el primer objetivo es no precisar la edad, ni siquiera la nacionalidad, para que no se sienta la más mínima conmiseración hacia la víctima, ni por supuesto, el más leve indicio de responsabilidad moral, administrativa o de gestión.
Los menores o jóvenes vagabundos sin recursos, pueblan las calles de modo constante, día y noche, desde hace años. Casi todas las semanas se produce algún suceso relacionado con ellos, ya sea un accidente, una noticia luctuosa o algún hecho delictivo relacionado con ellos. Vivir de esta manera y en estas condiciones no es ni un buen camino, ni conduce a ningún lugar apropiado.
Son marroquíes, muchos ya no son menores, pero están en la ciudad y deambulan por sus calles. La única opción no puede ser mirar hacia otro lado, quejarse, o pretender que Marruecos arregle o ponga medios para controlar un problema, que está claro que se escapa de sus fronteras. Melilla tiene la situación geográfica que tiene, al igual que Estados Unidos tiene una de sus fronteras con Mexico, y Bulgaria; Grecia o Italia están recibiendo la mayor parte de los refugiados sirios que huyen de la guerra. Cada país, cada ciudad se encuentra en el lugar que le corresponde e intenta solucionar la parte que le corresponde. Cualquier cosa antes que permitir estas imágenes y esta situación día tras día, cada vez con peores consecuencias, tanto para ellos, como para todos.
Asombroso. Sin palabras ni comentario posible.
La riqueza para unos pocos. La desigualdad aumenta, entre personas, entre países, y da lugar a esto.
Dolorosas imágenes. ¡Vergüenza!, que diría el Papa.
Refugios menores
Melilla bella ciudad
modernista,europea
africana,rifeña y con
altas vallas metálicas
con el fin de impedir
la entrada de seres
humanos que huyen
del hambre y de la
carencia de libertad.
Una frontera donde
están casi adosadas
la riqueza y pobreza.
Beni -Enzar mientras
mujeres coraje cargan
sobre sus espaldas
encorvadas con fardos
de mercancías para
ganarse unos euros.
Empujones para pasar
por el control aduanero
menores que huyendo
de un entorno aciago
sin futuro aprovechan
la ocasión propicia para
entrar en la bella Rusadir
ajena a sus penurias.
Ciudad de contrastes
los más afortunados
juegan plácidamente
al golf en un campo
verde y bien regado.
Y los otros trepando
por las altas mallas
de acero con cuchillas
afiladas que cortan
y desgarran la carne.
viendo el espectáculo.
Si se hace un Refugio
para menores y estos
desean vivir al raso
o en los colectores de
aguas residuales señal
inequívoca que debería
hacer reflexionar y tomar
medidas correctoras.
A los responsables para
evitar que estos jóvenes
estén todo el día en calles
y plazas deambulando sin
rumbo a la espera de saltar
a un barco que a veces no
llega para cruzar a la otra
orilla donde tampoco lo van
tener nada fácil, aumentan
las desigualdades unos pocos
se enriquecen y una mayoría
se empobrece cada vez más.
.
Debe de ser un refugio habitual pues hoy a eso de las seis también había inquilinos.
Ese y otro muchos, son refugios habituales. Lo sabe toda Melilla menos su Gobierno y las Consejerías responsables.
Toda Melilla sabe todo y los votos son los que son.
Vergüenza de Imbroda y Cía.!!!
http://elpais.com/elpais/2016/02/17/opinion/1455727208_995315.html
El tiempo da a probar de la propia medicina, dice el ministro del interior. En eso tiene razón. No por casualidad mientras los gobernantes españoles planean como solución a este problema de los menores ponerlos al otro lado y en Bruselas avalan las «devoluciones en caliente», la Europa democrática se quita el disfraz y abre las ventanas no precisamente al aire fresco, sino a anular derechos obtenidos hace mucho tiempo, a que ciudadanos europeos tengan distintos derechos según su nacionalidad.
Lo tenemos bien merecido por permitir el trato que se da a «los otros», por permanecer dormidos creyendo que podemos salvarnos solos. Para cuando queramos reaccionar, muchos estarán, estaremos, en el desagüe camino del vertedero.