La delgada línea roja



 

                            The thin red line

      Todo es mentira. Todo lo que oímos, lo que vemos. Cuantas mentiras escupen. Cambian constantemente, uno detrás de otro. Esto es un ataúd, un ataúd móvil. Nos quieren muertos o viviendo su mentira. Lo único que puede hacer aquí un hombre, es encontrar algo que sea suyo. Crear un isla para él solo. Nuestro mundo se hace pedazos más rápido de lo que habíamos imaginado y la gente en esta situación se limita a cerrar los ojos para que nada les afecteSargento  Welsh en:  La delgada línea roja

            Everything a lie. Everything you hear end see. So much to spew out. They just keep coming, one after another. You are in a box, a moving box. They want you dead,  or in their lie. Only one  thing a man can do. Find something that´s his. Make and island for himself. We, re living in a world that´s blowing itself to hell as fast as everybody can arrange it. In a situation like that, all a man can do is shut his eyes and let nothing touch him. Look out for himself.  Sargent Welsh in: The thin red line

        Nota:  http://youtu.be/OL3omnLzROk

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La corrupción en Roma en el siglo I a.C.


                Catilina, el paradigma de la corrupción

      El problema de la corrupción es que todos identificamos al presunto corrupto, pero nadie se confiesa corrompido, y el primero no existe sin el segundo. En el siglo I a.C., la corrupción llegó a tal punto en Roma, que el senador Cicerón escribió una serie de escritos incendiarios contra el también senador Lucio Sergio Catilina, el paradigma del político corrupto. Los discursos de Marco Tulio Cicerón, conocidos como Catilinarias, si se dirigiesen hoy a un político ejerciente, no pasarían  el arco de la censura y si alguna editorial o medio de comunicación se atreviese a publicarlos, acabaría haciendo frente a «indemnizaciones millonarias».

                          Cicerón descubre a Catilina

          Catilina, ¿ hasta cuando abusarás de nuestra paciencia?. ¿Cuánto tiempo todavía ese furor tuyo nos burlará?. ¿Hasta qué límite tu audacia desenfrenada se agitará?. ¿ Nada acaso  la guardia nocturna del Palatino, nada los centinelas de la ciudad, nada el temor del pueblo… te han hecho vacilar?. ¿Quién de nosotros crees que ignora qué hiciste en la noche próxima, qué en la anterior…qué decisión tomaste?.

                 Salustio describe el caldo espeso de la corrupción

           Creció primero la avidez de dinero, después la de poder, y esta fue la fuente de todos los males. Pues la avaricia destruyó la lealtad, la honradez y las demás virtudes y en su lugar enseñó la soberbia, la crueldad.  La ambición forzó a muchos hombres a hacerse falsos. Al principio estos vicios crecían poco a poco y se castigaban algunas veces. Después, cuando el contagio se extendió como la peste, el poder se convirtió en cruel e intolerable. La avaricia conlleva el afán de dinero y es ilimitada e insaciable y no disminuye ni con la pobreza ni con la riqueza. Todos robaban, todos saqueaban, uno codiciaba una casa , el otro unas tierras.  Entonces, las riquezas empezaron a convertirse en un honor, la pobreza como un oprobio y a considerarse la honradez como malevolencia. Robaban, gastaban, daban poco valor a lo suyo, ansiaban lo ajeno, tenían confundidos el pudor, la vergüenza y todo lo divino y lo humano,  y carecían de escrúpulos y de mesura.  Cercado, denunciado ante el Senado de Roma, Lucio Sergio Catilina, no dio marcha atrás y proclamó: «Puesto que, cercado por mis enemigos, soy llevado al precipicio, apagaré con ruinas mi incendio».

        Esto lo seguimos viendo todos los días, y es que cuando por alguna circunstancia anómala algún político es llevado a juicio, desde el banquillo,  acusa a todos. «No soy un putero» proclamaba el anterior director general de Trabajo y Seguridad Social de Andalucía Javier Guerrero, juzgado por los expedientes de regulación de empleo fraudulentos. Francisco Camps, ex presidente de La Generalidad valenciana, dejó plagadas las hemerotecas de frases célebres, a modo de ejemplo y conocida su afición a los trajes buenos y caros, pero sin pagarlos,  dijo lo siguiente: «supongo que mis conciudadanos querrán que vaya bien vestido», aunque al final fue absuelto por un Tribunal Popular.

           La mentalidad corrupta está tan extendida, que el problema es que nadie identifica ciertos hechos con la corrupción.  Podríamos enumerar las prácticas y aburriríamos a los lectores. Cuando los derechos se solicitan como favores y los favores se exigen como derechos, diremos que se está un una situación casi irreversible. El único modo de intentar romper el círculo vicioso y degradante de la corrupción, es regular de modo claro y exigente, todas las acciones de la administración, elaborando una Ley contra la corrupción. Transparencia absoluta, publicación de bienes antes y después de entrar y salir de la actividad política. Evitar la ocultación de patrimonio, etc. Es el futuro del País y la credibilidad de la actividad política lo que está en juego. El océano de la corrupción es la mayor sangría económica de la actividad pública. No todo es igual, no todos son lo mismo, pero eso hay que demostrarlo con hechos y dejarlo claramente visible ante los ciudadanos.