El banco malo


 

Sentarse en Melilla

    Sentarse en Melilla y en muchas ciudades empieza a ser algo difícil. Los bancos de sentarse están desapareciendo de las calles, los otros desgraciadamente abundan. En las ciudades cada vez quedan menos asienteos urbanos, porque los alcaldes solo quieren que los ciudadanos transiten y se detengan lo menos posible en las plazas y calles. Por eso, los bancos no se cuidan, no se reponen si se deterioran y si se colocan algunos, no suelen estar a la sombra. Nadie quiere a los ciudadanos sentados, despotricando del gobierno e ideando sabe Dios que revueltas.

       A la derecha, los ciudadanos sentados les parecen sospechosos y más de cinco pueden constituir una concentración ilegal y ser objeto de multas. En Melilla se está perpetrando un nuevo Reglamento de Convivencia que pretende sancionar el comer pipas, no ya tirar las cáscaras al suelo, cosa casi inevitable dada la ausencia de papeleras, sino el hecho de sentarse a comerlas. Sentarse implica la posibilidad de charla y calumniar a los gobernantes, lo que resultaría intolerable.

       La 3ª ley de Melilla dice que: observada una situación de deterioro, lo normal es que pasado un tiempo todo siga igual, salvo que por catástrofe natural o por acción humana, todo haya empeorado de manera irreversible.

       Estos viejos bancos de madera, incómodos como pocos, están justo al lado de la explanada de San Lorenzo y frente a una zona residencial. Hace no mucho pasamos por allí y fotografiamos su estado, que ha empeorado de modo ostensible. Yo creo que no quieren que nadie se siente allí, no sea que se perturbe algún sueño muy principal.

         Yo tengo la sospecha de que la derecha diseña ciudades incómodas para el ciudadano. Existen patrones comunes en aquellas que he podido observar. Eso sí, mientras lo bancos se encuentra en ese lamentable e inservible estado, se instalaban nuevas macetas de adorno en las jardineras.

           Nota: https://elalminardemelilla.com/2013/11/20/nuevas-estampas-insolitas/

Frente a la nada


 ¿Se puede escribir sobre la nada?. Nada no es lo mismo que no escribir. Hay tres personas que han escrito sobre la nada, una fue  Jean Paul Sarte, otra Carmen Laforet y la última Michael Ende. La nada tiene entidad por sí misma, no es solo la ausencia de cosas. Una estación vacía en la que ya hace tiempo que no paran trenes ni acuden pasajeros, es el vacío, pero no es la nada. Acercarse al Alminar y ver que no hay nada, cuando se espera encontrar algo, sí es algo cercano a la nada, aunque es inevitable que la mente se haga preguntas acerca del motivo, lo que disuelve la sensación de enfrentarse a la nada. La sensación de la nada más lograda, la encontré en el vídeo juego de Silent Hill, cuando el protagonista recorre una calle tras otra, todas vacías y cubiertas de niebla, sin que nada que ofreciese alguna explicación sobre lo sucedido. En algún momento se llega a sentir miedo, porque estamos preparados para enfrentarnos a cosas o para superar dificultades. Sin embargo, nadie está preparado para vivir frente a la nada.

Nada sería dejar de escribir durante días o semanas, sin motivo alguno y que quienes nos visitasen, no albergaran ya pensamiento alguno. Pese a todo, lo ya escrito seguiría lanzado ecos y ofreciendo explicaciones. Nada es nada, y es casi imposible aproximarse a ella sin llenarla con algo. Un templo vacío, un edificio abandonado que ya ha dejado escapar sus historias, una vía de tren que ya no lleva a parte alguna; sin son cosas próximas a la nada. Más allá de ella no se puede ir. La nada crece con las cosas que un día fueron. La nada no existe antes de ella misma. La nada solo está después.  La nada a veces es un parapeto  frente al asalto de la realidad, que siempre espera fuera.

Tres edificios modernistas del Real


                   La liquidación de modernismo en el barrio del Real es un hecho. Apenas quedan unos pocos y no se sabe muy bien cuál será su suerte. Hace poco dimos cuenta del derribo de uno que estaba firmado por Enrique Nieto. Por mucho que al reconstruir el edifico se reproduzcan las molduras, o se pretenda colocar una placa que recuerde el edificio anterior, el hecho es que ya no será  el edificio del arquitecto barcelonés afincado en Melilla. No solo se derriban los edificios, sino que desaparece el estilo que inspiró la creación del barrio, del que ya no queda nada. No ha existido una normativa para la construcción de las nuevas edificaciones, no se ha impuesto un patrón a seguir, ni se ha pretendido crear un nuevo modelo de barrio. No hay una sola calle igual en el barrio del Real, no hay dos edificios iguales ni siquiera en una misma calle. El urbanismo es absolutamente desordenado.

                      En la calle Jiménez e Iglesias, antigua calle Mezquita, quedan tres edificios, ya cerrados y en espera de la ruina. Uno es el que fuera el antiguo Cine Español y los otros dos son antiguas viviendas familiares, que tampoco habita ya nadie. El futuro de todo es incierto. Las inminentes obras a realizar en el barrio serán solo un lavado de cara, porque el espíritu del barrio está perdido hace tiempo. Han sido muchos años de descuido y abandono urbanístico. Es raro el mes en que no se autorizan uno o dos derribos. Se desconoce cuál puede ser el tamaño de la lista de licencias de demolición. Los ojeadores recorren el barrio en busca de antiguas viviendas de una sola planta en estado de venta. Muchas ya han sido derribadas y son solo solares, en espera de mejor vida o de mejor PGOU.

                    Nota: (1)   https://elalminardemelilla.com/2013/06/05/el-modernismo-en-el-barrio-del-real/  , (2) https://elalminardemelilla.com/2013/12/11/c7-tocado-d7-hundido/

El viejo truco de parchear


Parche y pintado de cara a las elecciones

          Cada vez que llega una nueva convocatoria de elecciones, con su magia electoral, reaparece el viejo truco de parchear y pintar los pasos de cebras y las líneas continuas de las calles, que suelen se invisibles el resto del año. La pregunta es si sigue funcionando este recurrente truco, tan viejo como los propios procesos electorales. La actividad del parche es tal en nuestro país, que se ha convertido en un «modus operandi», esto es, una forma de ejercer la gestión de una ciudad o del propio Estado. Se actúa cuando surge el problema, no antes. No se anticipa nada.

             Si se tapase un bache o repintase un paso de cebra cada vez que está en malas condiciones y se tapara cualquier hueco cuando tiene el tamaño de un gua, nadie se daría cuenta y nos acostumbraríamos al estado perfecto de las cosas.

           Sin embargo, si tras dos años de sobresaltos con los coches en la calles de la ciudad, de maldecir al concejal de Fomento y de adivinar los pasos de cebra o la posición correcta en el carril de circulación, se parchea todo de una vez, y se repinta hasta aquello que no creíamos que existiese; la sensación de buena gestión, de respeto y atención al ciudadano, es tan notoria, que la gente se siente feliz con el gobierno que le ha tocado en suerte, aunque sea el peor que haya pasado por nuestro mundo.

           Es un truco antiquísimo, que ya sabe todo el mundo. Está por ver que siga dando resultado.

El bulevar del Barrio del Real


          El Barrio del Real fue diseñado en las primeras décadas del siglo XX, cuando se conquistó la zona tras la guerra de 1909. Está realizado sobre ejes longitudinales y transversales, que constituyen  amplios bulevares. El más importante de ellos es éste, el de la calle de La Legión. Esta calle se divide en ocho tramos con sus correspondientes isletas. Este barrio es el que más población alberga en estos momentos, 12954 habitantes, según el último dato del INE (Instituto Nacional de Estadística).

              En el mes de julio empezarán una obras para reformar el bulevar principal. Se revocarán aceras, el paseo central y se cambiará el diseño del mismo. Los ocho tramos del bulevar tiene 200 aparcamientos aproximadamente y un número casi igual de árboles, de ficus plantados en 1942. Se sabe que se perderá una cuarta parte de las plazas de aparcamientos, y en principio no se ha dicho nada acerca de los árboles. El barrio del Real no solo es residencial, sino también comercial. Suprimir una de cada cuatro plazas disponibles tendrá sus consecuencias, sobre todo porque no hay alternativas.  También se quiere eliminar la presencia de terrazas en la zona central del paseo, que pretenden ser derivadas hacia las calles laterales. Se ensancharán los pasos de peatones y probablemente redundará en una mayor pérdida de plazas de aparcamiento e incluso de árboles.

           En un principio la remodelación estética del paseo central estaba presupuestada en 1,6 millones de euros y un plazo de ejecución de obras de ocho meses. Nadie discute la necesidad de una actuación sobre las calles y bulevares del Real, muy deterioradas, pero sí se plantean dudas sobre si esta era la reforma adecuada y si existían otras posibilidades. ¿Se trata solo de una operación de maquillaje en  la calle principal, o se pretende actuar sobre los problemas endémicos del barrio?, como el urbanismo desordenado, liquidación del modernismo y prostitución callejera. Hay quienes piensan y pensamos  que no resolverá nada y son muchos los que desconocen lo que se les viene encima, con ocho largos meses de obras, que se iniciarán en julio y acabarán en el electoral mes de mayo.

            ¿Ha habido suficiente información, se podían proponer alternativas?. El folleto informativo y las noticias de prensa que servían de exposición pública lo dejaban muy claro: se podrán proponer modificaciones salvo en lo sustancial. O sea, se aceptan opiniones y propuestas sobre el tamaño, forma y cantidad de las papeleras y farolas, pero poco mas. La obra se va a llevar a en tiempo y forma.

            El problema del aparcamiento no es cualquier cosa, es la realidad de un barrio con trece mil habitantes, que casi duplica la población durante el horario comercial, y en el que las plazas de garaje con sus correspondientes vados, no han dado el resultado apetecido, puesto que la mayoría son inutilizables como tales, salvo para trasteros o sede social de las familias. Las calles son muy estrechas, los tamaños muy ajustados y los coches no caben. Aparcamientos y la ausencia de viales de comunicación adecuados para la densidad del tráfico melillense, son los dos problemas señalados de modo constante por los redactores del PGOU (Plan General de Ordenación Urbana), todavía no aprobado.

         El significado de las zonas verdes (residentes), o azules (temporales), solo significa pagar por lo que hasta ahora es gratis, y solo suele hacerse en zonas céntricas, nunca en periféricas.

          Nota: https://www.facebook.com/groups/barriorealmelilla/

Tercer aniversario del Alminar


                                      ¡Feliz aniversario!

El Cristo del Mercado de Segovia


                           

                                    La Cofradía del fuego verde

          En Castilla las costumbres se convierten en tradiciones y estas acaban haciéndose leyes. Siempre hay que buscar cosas distintas, porque en todas las cofradías españolas hay imágenes de Cristo o de la Virgen. La estación de Alta Velocidad de Segovia está a varios kilómetros de la capital segoviana, por esas inexplicables circunstancias de la gestión política, mientras que en otras capitales este tipo de trenes llegan hasta el mismo centro de la ciudad. El caso es que en mi último viaje a Segovia dispuse de media hora de tiempo para ver algo distinto, o incrementar el tiempo de espera en la Estación de Segovia-Guiomar.

                                                  La ermita del Cristo del Mercado

           Cuando me fui de Segovia en 1979, esta pequeña ermita  situada en la entrada de la ciudad por la carretera de Madrid,  ya estaba cerrada. Su antigüedad y el mal estado del edificio, hicieron que los actos de culto se trasladaran a las dependencia parroquiales que están situadas en los bajos de un edificio de la misma plaza. Con posterioridad fue restaurada la ermita, que data del siglo XVII. El culto ordinario sigue celebrándose en los salones parroquiales, y la ermita solo se abre con ocasión de las solemnidades. Toda esta explicación sirve para decir que desde entonces no había vuelto a entrar en el Cristo del Mercado hasta el presente año. Era jueves santo y la ermita estaba abierta por la mañana, la única de toda la semana santa segoviana.

             Los integrantes, hombres y mujeres, de la Cofradía de la Esclavitud del Santo Cristo del Mercado, estaban preparando los enseres para la procesión de ese día. Resulta muy curioso ver el faldón característica con el que cubre la imagen de Cristo, que data de las las primeras décadas del 1500. La traza de la talla  es muy parecida a la del Cristo melillense de la Veracruz.

             Las cofradías en Segovia se enraízan en el  barrio. Cada barrio tiene su iglesia, y uno/a pertenece a ella desde que nace, hasta el momento en que muere, independientemente de que pueda estar viviendo en otro lugar de la ciudad, o en otra distinta. La diferencias con las semanas santas que se celebran cruzando la línea del Tajo hacia el Sur son muchas. Aquí no hay costaleros ni porteadores. A los integrantes de un paso se les llaman cargadores, y los pasos procesionales suelen ser pequeños, pues se portan sobre andas. Las cofradías no suelen tener las repercusiones mediáticas y sociales de las de Andalucía. Los recorridos son igualmente largos y el clima suele ser  frío por estas fechas, por lo que estar muchas horas en la calle puede acarrear consecuencias para la salud. Todos los pasos entran sin problemas en la Catedral de Segovia, que es en donde acaban los recorridos procesionales.

                                                                El fuego verde

          Aparte del Cristo y su faldón, la característica más llamativa de esta cofradía es el fuego verde, que se puede realizar con dos compuestos químicos distintos; y que rodea el paso en cuatro tulipas situadas en las esquinas. Mantener el fuego verde durante las horas que dura la procesión no es tarea fácil, requiere de una fórmula y de un tratamiento determinado. Tienen un secreto, el de su composición y mezcla, que solo posee una persona, en este caso el hermano mayor, que en su momento lo transmitirá a quién el crea mas adecuado. Así son las cosas en la vieja Castilla.

         El Hermano Mayor de la Cofradía se nombra anualmente y corresponde por riguroso turno al cofrade más antiguo, tanto hombres como mujeres. Es una oportunidad que iguala a todos sus integrantes, y que evita otros espectáculos poco edificantes para la Fe, que ofrecen algunas cofradías en las luchas por este tipo de cargos de representación.

           Nota: http://www.semanasantasegovia.com/escalavitudcristodelacruz.html