Melilla ha vivido una tormenta emocional y política. Nadie recuerda un suceso que causara tanta conmoción y división entre los melillenses. Quien no viva en la ciudad desde hace al menos 10 años no puede entender lo que ha sucedido. Este modesto blog, sin otra pretensión que la de proporcionar una visión distinta de los acontecimientos que vemos todos, y también la de poner letra y voz sobre todo aquello que no suele ser objeto de atención por los medios de comunicación, ha recibido 11.00o visitas en dos días (4570-6638). Interpretar esta cifra es difícil y fácil a la vez.
Queda manifiestamente claro que hay necesidad de información libre o simplemente diferente. Ha habido medios de comunicación como El Faro que ha cubierto la noticia de manera muy correcta, con una gran carta de su editor en el día de hoy. Lo incomprensible es que El Telegrama de Melilla no dedicara una sola línea a quien fue su director durante una década.
Todo se ha desbordado ya en Melilla. Las aguas ya no volverán nunca a su cauce antiguo. Es necesaria una renovación absoluta en la ciudad. Nada puede seguir así por más tiempo. Lo que ha ocurrido dejará una huella que nunca va a ser cerrada. La cizaña y el trigo han crecido juntos y separar una cosa de otra va a ser una tarea muy ardua. Toca volver a ocuparse de la vida cotidiana.