La vida en los márgenes


 

 

Melilla ciudad de inmigración

          Estos son los márgenes de la carretera de circunvalación, en el tramo que limita con el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Nadie puede estar encerrado el día entero entre sus muros, en donde la población masculina es mayoritaria. Los conflictos y las malas relaciones entre los distintos colectivos es algo sabido. Melilla es una ciudad de inmigración, tanto interior como exterior. Esta es y ha sido su principal característica histórica. Es una realidad que debe aceptarse y actuar en consecuencia. Debería existir otro centro para familias, en donde los niños pudieran gozar de espacios propios y adecuados a su edad. Una ciudad frontera registra cualquier acontecimiento que se produzca en el mundo. Los ciudadanos de Siria vienen en familias, mientras que la inmigración subsahariana es mayoritariamente masculina, y además está muy diferenciada por razones religiosas y de lengua.

        En la ciudad existen zonas, edificios  y cuarteles abandonados, que en vez de estar en lista de espera para la futura especulación inmobiliaria, se deberían dedicar a atender las necesidades actuales de la población. Estas estampas, de vida al fin y al cabo, son propias del Tercer Mundo (de ciudades desorganizadas), en el que claramente estamos inmersos. Melilla mueve demasiado dinero, como para que los refugiados estén sometidos a estas condiciones. Hace unos días abandonaron la protesta en la Plaza de España y ahora vuelven a estar aquí.

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Los pasos fragmentados


        Los pasos de cebra, las señales viales aparecen fragmentadas en muchos lugares de la ciudad. Todo parece un puzle y no se encuentra una explicación plausible. Además hay otro problema y es que no están dotados de la banda rugosa antideslizante, y al ser una pasta de pintura, en cuanto llueve, se convierten en una pista deslizante y peligrosa. Hay una única empresa que se dedica a la señalización vial de Melilla y que en la práctica, esta subsidiada al Ayuntamiento. Son las empresas rémoras, nacidas y crecidas al amparo de La Administración. No hay competencia posible. No sabemos si existe otra calidad u otro modo de hacer las cosas. En nuestra ciudad no hay competencia posible y a algunas empresas tradicionales, le salen esporas y acaban abarcando todo el ámbito de la gestión.

         En conjunto, la señalización de la ciudad aparece como deficiente. Pierde el brillo muy pronto y en algunos lugares ni se ve. Peligro de deslizamiento, de caídas e incluso de tropezones. Este es el estado de las vías para los peatones. La calle Jiménez e Iglesias presenta un lamentable estado en sus pasos de cebra y señalizaciones viales