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El negro del infierno se abate sobre las líneas marítimas de Melilla
No hay contrato marítimo ni lo habrá. Ninguna naviera optará al concurso que no existe. Marina Mercante y el Ministerio de Fomento ningunean al Gobierno de Melilla y ya ni siquiera le comunican sus planes. El fondo buitre «Cerberus«, radicado en Nueva York, especializado en activos tóxicos, en quiebras y en capital riesgo se hará con las líneas marítimas del Estrecho por una cantidad aproximada de 120 millones de euros, no llegando ni a la mitad de los casi 300 que le costó en su día a la firma Acciona.
Dos años de falsedades, lemas grandilocuentes y de propaganda acerca «del mejor contrato marítimo de la historia» y sobre «los transportes que se merecen los melillenses» llegan a su fin. Todo era venta de humo para encubrir una gestión absolutamente ineficaz. A Melilla ya no llegan ni los cruceros. La naviera de Pepe Pótamo hubiese sido mejor opción que la de caer en manos de Cerberus.
El futuro será muy fácil de describir: despidos, individualización de las líneas marítimas (para luego venderlas por separado) y entregarlas a nuevas navieras, ya sin control alguno del Estado.
Recordemos que la Ley solo obliga a tres trayectos semanales a Almería y otros tres a Málaga. Esto es todo a lo que está obligado quien se quede con las líneas marítimas de Melilla. Volveremos a la situación la década de 1970 con el Antonio Lázaro y el Vicente Puchol (lunes, miércoles viernes a Málaga), y (martes, jueves y sábado a Almería). Los domingos sin barco.
Que nadie engañe más, la negra realidad, la de Cerberus, es esta. La del guardián de las puertas del infierno.
Nota: (1) https://elalminardemelilla.com/2014/10/01/el-incierto-futuro-maritimo-de-melilla/