Cuando el Presidente lo lee todo
Desde que Charles Dickens escribiera su inmortal Cuento de Navidad, con los tres espíritus de las Navidades. Nadie quiere acabar su tiempo como Mr. Scrooge. En Navidad hay una mayor proclividad a saludarse, a dejar atrás diferencias personales. Aún así hay personas que no sienten empatía por casi nadie y otras con las que es imposible trabar relación alguna, aunque sea meramente formal.
Hace mucho que sabemos en El Alminar, que el Presidente de la Ciudad lo lee todo, es la única manera de estar atento a la opinión de los ciudadanos, y paliar en alguna manera el mal de altura. Es una manera de no desvincularse de la realidad. Sin embargo, una cosa es intuir que ese todo incluye al propio Alminar y otra cosa que te lo diga él mismo. Juan José Imbroda es una persona que siempre saluda. No es un presidente lejano, pues lo puedes encontrar en cualquier lugar de la ciudad, incluida la playa o en el mercado navideño de la Plaza de las Culturas. Al finalizar el brindis con el que Irene Flores agasajó a todos los que fuimos al homenaje a Fernando Belmonte, Juan José Imbroda se me acercó y además de saludarme, me dijo: «Quiero que sepas que leo todo lo que escribes, y no lo digo por decir. Me gusta que busques siempre la historia de la ciudad. En especial, me gusta la última línea que estás siguiendo».
Obviamente le agradecí tanto el saludo, como sus palabras. Luego, repuesto del asombro, ya pensé en el alcance de ese «todo». Todo es un absoluto, no deja nada fuera. Lo normal, en un alto cargo público, es que su equipo de asesores le filtre y seleccione lo publicado. En las altas esferas de gestión pública, hay muy poco tiempo libre. Todo quiere decir todo. Saber que el Presidente de la Ciudad pertenece a ese grupo de lectores atentos y silenciosos, que conocemos como «la comunidad del Alminar», es algo que llena de satisfacción, y además, que aparte de leer le guste. No es usual que una personalidad pública se manifieste de esta manera.
Toda persona que escribe pretende, entre otras cosas, influir y contribuir a mejorar el entorno en el que vive. Aportando reflexiones y su particular punto de vista. Si toda esta inmensa actividad iniciada en mayo de 2011, es de alguna utilidad y ayuda a reflexionar, incluido al presidente de esta ciudad, entonces es que nuestro modesto objetivo se está cumpliendo.
Hospitalario, estás de enhorabuena. Me alegro que el Presidente de la ciudad lea El Alminar.
Si es que la Navidad, es tan mágica!!
¡Viva el espíritu navideño!
jajaja
¿Que has hecho reflexionar a Imbroda? Mira a ver qué tomaste en la bebida 🙂
Una cosa es que lo lea. Otra muy distinta es que quiera o sepa reflexionar. «La última línea» puede ser las publicaciones referidas al catolicismo. Porque de ahí a que la ferocidad de la concesionaria del contrato de jardines, que también has tocado últimamente, sea reprimida, va mundo y medio. Justo el que separa al presidente de la realidad y de la posibilidad de ser un servidor y público y útil.
Muy rara vez las personas cambiamos, más bien con los años se agudiza lo que somos. Si se reflexiona al menos sobre una pequeña parte de la historia, bien estará.
Gracias Isa, por entender que la evolución del pensamiento, y la perspectiva, hace que cualquier persona pueda conversar con otra, aunque desde posiciones sociales e ideológicas distintas, e incluso alejadas.
Cómo no lo voy a entender, si sé que siempre tratas de buscar puntos de encuentro que sirvan al bien de todos, no solo conversaciones aparentes ni simplemente por señalar con el dedo.
Melilla y el Alminar
Algo ha cambiado
en Melilla la bella
perla de nácar
El Presidente de
la Ciudad lee todo
lo que bien escribe
Hospitalario cada
día en el Alminar.
Será que la Navidad
es mágica y amiga
de gratas sorpresas
Bueno y aconsejable
es que se escuchen
las voces diferentes
y más cuando estas
desean lo mejor para
Melilla y melillenses.
Es nuestro Alminar
porque aunque lejos
me siento unido a él
Un sagrado TEMPLO
donde la tolerancia
reflexión son como
maná caído del cielo.
Y todo con la meta
de lograr una ciudad
abierta a la diversidad
de culturas y de ideas
Encaminadas a lograr
una ciudad más justa
y solidaria con todos
sus nobles habitantes.
Mi relación con Melilla
viene desde hace años
mis estudios teniendo
a un ser humanista
y sabio D. José Boluda
como buen catedrático
de Geografía e Historia.
Años más tarde la mili
donde junto a amigos
recorrimos sus calles
y plazas fotografiando
todos sus bellos edificios
modernistas patrimonio
que debe conservarse
por su enorme riqueza
y para el disfrute de
autóctonos y visitantes.
Espero,deseo y brindo
porque la presencia
del Alminar se tenga
en cuenta por su gran
contribución a mejorar
el entorno donde viven
hombres-mujeres-niños
que se merecen lo mejor.
Mil perdones amigos, si es que con la emoción.He rebasado la linea roja.
No has pasado ninguna línea, amigo Nadorense, aunque pudiera parecerlo. Pareciera que el simple hecho de que alguien, en este caso el Presidente, te salude o reconozca que algo de lo que se aquí se escribe le gusta, te hace ya ser un hechizado más. La educación, la cordialidad, y el espíritu de la concordia, no pueden ser incompatibles con la discrepancia intelectual o política. Cada uno está donde está. Nadie pretende otra cosa.