Hacer las américas en Melilla


                  El caso de la aerolínea Hellit, es uno de los más recientes casos de desembarco en Melilla, cual si fuera América, con el objetivo de llenar las arcas de la tesorería, y tanto si el resultado no es el apetecido, como si sí lo es, hacer bueno el dicho de «toma el dinero y corre». La lista de empresas que se han instalado en la ciudad, o que lo han intentado y que luego han desaparecido sin dejar rastro, alcanza la cifra bíblica, la de 70 veces 7. A estas alturas no sorprende a nadie que determinada empresa desaparezca de la ciudad durante la noche, los melillenses ya tenemos sobrados ejemplos de ello, sino que todo suceda ante los ojos de las autoridades económicas de Melilla, léase Consejerías de Economía y Hacienda, y que no provoque la intervención de éstas, en defensas de los intereses económicos de los ciudadanos. ¿Qué ocurrió con el Bingo de Melilla o con el Gran Casino?, ¿qué fue de la empresa de Telemarketing que ofrecía 400 empleos y recibió subvenciones?, ¿por qué cerraron, algunos de manera más que discutibles, todos los supermercados de la cadena Eroski?, ¿cuál fue el motivo de que cerraran los Multicines y dejaran casi en testimonial la oferta cinematográfica de la ciudad?. ¿Dónde están las grandes superficies comerciales de Melilla?, ¿de quién son los terrenos de Valenzuela?, ¿sabe la Autoridad Portuaria que hacer con el espacio del Puerto Deportivo o el de la Estación Marítima, reconvertida en Parque Infantil?. Son demasiados sucesos, sin aparente explicación. Sigue sin existir una alternativa económica sostenible y de futuro par la ciudad, pese a algunos loables intentos, que no son más que gotas que se evaporan con el duro sol africano.

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