- Gaviota descarada
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La crisis del Partido Popular
Hoy hay que ser obligatoriamente críptico y debemos mostrar sin decir. Todo el mundo ve, escucha, oye y también espera. Quienes nos gobiernan están atrapados en la zanja que media entre lo que dicen y lo que luego hacen, entre lo que exigen a los demás, y lo que luego no hacen consigo mismos, ni con sus hijos, ni con sus familiares. Han impuesto sacrificios a todos, pero ellos no han renunciado a ningún privilegio.
Decía Wiitgenstein que: «la verdad o falsedad de una proposición, de una afirmación, consiste en el acuerdo de su sentido con la realidad». El contenido de lo que afirman, parece no corresponderse con la realidad de lo que vemos.
Hay un libro de un filólogo judío, Victor Kemplerer, que analizó minuciosamente el lenguaje del Tercer Reich, y los sutiles cambios que fueron introduciendo para enmascarar la realidad, porque el lenguaje es también «un arma», incluso más potente que muchas. Estamos inmersos en eso, en el intento de encubrir todo con le lenguaje, de enmascarar la realidad, por eso hay que intentar buscar, no en lo que dicen, si no en el cómo.
Hay una frase de Talleyrand, muy citada, que dice que: «El lenguaje sirve para ocultar los pensamientos del diplomático», del político. Kemplerer lo refuta diciendo que es precisamente lo contrario: «El lenguaje saca a la luz aquello que se quiere ocultar de una forma deliberada, ante otros o ante sí mismo., y aquello que lleva dentro inconscientemente. Las afirmaciones de una persona pueden ser mentira, pero su esencia queda al descubierto por el estilo de su lenguaje». Y todo esto sirve para muchos.