Se quedan sin techo y las aves no se van
«En tiempos de tribulación, no hacer mudanza», esto ya lo saben hasta las aves, incluidas las del Parque Forestal de Melilla. El viento de las últimas semanas ha reventado la red que hacía de techo y que cubría el recinto en donde viven, pero de allí no se ha escapado nadie, o ningún pájaro, pues siguen todos en su jaula. Es mejor tener una casa, aunque no tenga techo, que no tener ningún sitio donde cobijarse y allí todos los días reparten comida y agua limpia. El dato es importante, porque por fin tenemos una muestra de un grupo, de aves en este caso, que se encuentran satisfechas en Melilla y con lo que nuestra ciudad ofrece. No quieren irse, aunque se hayan quedado sin techo.
Nosotros criticamos la elevada inversión realizada en el Parque Forestal, el excesivo coste de mantenimiento y quizá la falta de correspondencia entre la inversión realizada y el resultado obtenido. Está claro que no vemos la vida como la ven las aves y los pájaros, aunque últimamente hay muchos humanos más parecidos a los pájaros que a cualquier otra especie animal. Es tiempo de pájaros. Pese a todo, resulta enternecedora la imagen de la jaula destrozada por el viento, y todos los pajaritos dentro de ella, como si nada hubiese pasado. Nosotros criticaremos que la jaula haya reventado por el viento, pero a ellas, a las aves, eso parece no importarles.
El mundo animal nos sigue llevando ventaja en muchas cosas. Impresionan la dignidad del gallo en su casa destrozada, la indiferencia resignada de los verderones, la paloma sin techo que no escapa, o el resto de las galinas, charlando tranquilas en su rinconcito. Ninguna parece inmutarse por lo sucedido. Hya muchos animales que ya no están en mini zoológico. Ya no quedan conejos, perritos de las praderas, los cerdos de Vietnam, u otros pequeños animalitos. Sin embargo las aves permanecen fieles, pese a que podrían escapar en cuanto quisieran. Eso es lealtad, animal, por supuesto.