En un mundo en el que reina la parcialidad y el doblegamiento ante el Poder, es un bálsamo para la desazón, el encontrarse con personas, con periodistas, como Miguel Gómez Bernardi. Cuando se está a punto de dejar de creer en la profesión periodística en nuestra ciudad, sometida y sojuzgada hasta extremos nunca vistos, ni recordados, el que existan personas como él, ayuda a soportar esta ola de doblez, en donde ya ni siquiera se guardan las más mínimas formas. Porque si Miguel Gómez Bernardi aguanta y sobrevive en esa situación, es porque los valores de La Democracia y de La Libertad de Expresión existen y deben ser defendidos a toda costa.
Entiendo que los periódicos, que son empresas con dueños, sirvan a unos determinados intereses, pero por encima de todo son o deberían ser medios de comunicación, tienen unos derechos y tambien unos deberes. No entiendo la censura, aunque entiendo que se le de más espacio al que más paga. No comprendo que se deformen las noticias, para hacer ver que fueron una cosa distinta de lo que en realidad sucedió. No entiendo que suceden cosas que ni siquiera se publiquen. No entiendo que no se publique ningun tipo de crítica. No entiendo que se admitan pseudónimos desde los que se critica a personas con nombres y apellidos.
Entiendo las críticas y objeciones de la Asociación de la Prensa de Melilla, pero cuando «el mensajero» se transforma en el mensaje, entonces deja de cumplir su papel y se tiene derecho a enjuiciarlo. Aquí nadie está resultando neutral.
Por eso cartas como esta de Miguel Gómez Bernardi, me hacen pensar que la profesión, también puede ser defendida desde la dignidad, por mucho que las empresas impongan sus directrices. Si no hay igualdad de trato, no hay igualdad de condiciones y todo queda falseado.
Muchas gracias «Miguelón». Hoy has dado un ejemplo de dignidad, merecedor del más alto elogio.
Las 30 monedas de Mercurio
http://melillense.net/nota/nota%202011/nota20110519.html
PD: Otros post en donde ver la realidad: http://laotramelilla.blogspot.com