Casi el mismo escenario


              Nos encontramos casi en el mismo escenario. Con los mismos escaños para la mayoría gobernante, que ha renovado su mandato y a la que obviamente hay que felicitar por su triunfo.  Espero que esta renovación de los votos, de los escaños traigo consigo también una renovación de los modos y de las formas. Porque como ya he venido sosteniendo en las semanas anteriores, aunque se ganen las elecciones con el 58% de los votos, se gobierna para el 100% de los ciudadanos.

             Connervar el mismo nº de escaños, 15, después de haber desplegado una maquinaria de poder tan abrumadora, con casi todos los medios de comunicación volcados en su favor, es indudablmente una victoria, pero que también admite algunos matices y algunas lecturas que habrá que tener en cuenta. 

            Se ha intentado hacer desaparecer al adversario político, pero éste sigue ahí y con el mismo nº de escaños, bien es verdad que muy renovado. Todo debe cambiar. Debe cambiar el gobierno y debe hacerlo profundamente, no sólo en nombres sino también en las formas. La oposición ya ha cambiado en cuanto a nombres y debe desterrar también algunas prácticas que al final le han acabado pasando  factura.

          Me alegro profundamente también del colapso de algunas aventuras políticas, que afortunadamente para Melilla, han quedado disueltas en la nada. Tiempo habrá para hablar de todo.

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La gestión gris


           Esta foto es de la calle Soledad en Melilla la Vieja. Una foto es de 2010 y otra de 2011. Es un pequeño pasadizo entre la calle del Horno y la propia calle Soledad. Antes de que la gestión gris, gris del cemento, pasara por allí, era un pequeño rinconcito de La ciudad vieja que tenía su encanto, sus setos, sus árboles, y el color verde y la sensación fresca que proporciona relajaba la vista. Ahora ya no, porque ha pasado por allí la gestión grís, el gris de La Nada de » La Historia Interminable», el gris que se adueña de todo, que lo desfigura todo.

       Han arrasado con todo, con el verde, con la vegetación y han extendido un horrible capa de grava gris, de gris del cemento. Todo es gris, como su gestión despersonalizadora. No quieren dejar un solo rincón sin desfigurar. No quieren dejar nada reconocible.  Borran el pasado, alteran el presente. Todo es gris con ellos. Todo es cemento y explanadas.

           No puedo entender esta forma de hacer las cosas, ni este abuso, ni esta falta de respeto para con La ciudad vieja. No puedo entender qué pretende este tipo de gestión, de gestión gris.

Mi opción es la socialista


            Voy a votar al socialismo porque sus ideales  siguen vigentes, porque es el único modo de hacer frente a la Derecha y al Capital, cuya voracidad no se satisface nunca. Una sólo persona atesora la riqueza de varios miles, 50 personas o familias en España tiene en sus manos el 40% del PIB nacional.

         Frente a ellos solo están los ideales socialistas, los ideales de izquierdas, los progresistas, comprometidos siempre en la defensa y protección de los más débiles. Es verdad que nunca ha habido un nivel de paro tan alto, pero también es cierto que la protección social ha alcanzado su máximo histórico y por eso hay  estabilidad social. Esa protección y esa cobertura a los más  desfavorecidos, solo se ha alcanzado con el Gobierno del PSOE, más concrétamente con este Gobierno.

           La crisis económica que azota Europa y el Mundo, no la ha generado el socialismo, sino los intereses desaforados del Capitalismo, de la codicia absoluta y del enriquecimiento como todo valor.      En España hay un nivel de paro tan alto porque tenemos la clase empresarial más rapaz  posible, más codiciosa. Tenemos unos empresarios que únicamente quieren pagar menos impuestos, más bonificaciones a la Seguridad Social y el despido más barato posible, sin embargo sus beneficios no han disminuido, así como tampoco sus voluminosos sueldos. Con el sueldo de uno de esos altos ejecutivos se pagaría la nómina de 20.000 trabajadores.

       Sin embargo, la cargas quedan íntegras para el Estado, que sigue pagando la escolarización, las prestaciones, las asistencias sociales, las pensiones, la asistencia sanitaria. Mientras tanto, los empresarios mantienen sus beneficios  y contribuyen cada vez menos.  Son exiguo los impuestos que paga un empresario por mantener su negocio en funcionamiento. El problema de los despidos es porque no quiere reducir su nivel de beneficios.

       La crisis adicional del » ladrillo» que sufre España es el ejemplo más vergonzoso de la voracidad y de la capacidad de rapiña del empresariado español aliado con la Banca. Han saqueado España de punta a cabo y todo ello con la complicidad del La Ley del Suelo de José Mª Aznar de 1999. Ellos saquean, se hacen más ricos  y luego nosotros, los que creemos en El Estado, en el socialismo, en la redistribución justa de la riqueza, tenemos que pagar las consecuencias.

      Porque siempre habrá pobres, porque siempre habrá que proteger a los débiles y desfavorecidos de la sociedad del capitalismo, voy a votar a los socialista, como único recurso para frenar a la derecha y a su voracidad.

         No dudo, que alguna vez, alguna persona dentro de la izquierda, acabe adoptando comportamientos propios de la derecha, pero jamás, en la derecha, nadie verá nunca, el más mínimo comportamiento o veleidad que le pueda situar como una persona de izquierdas. En la derecha solo hay derecha.