Hacia la zona azul en Melilla


            Los aparcamientos de Isla de Talleres

        En 1982, el Ayuntamiento del buen alcalde Rafael Ginel Cañamaque, lanzó un globo sonda sobre la posibilidad de implantar una zona azul en Melilla. Las protestas fueron tales, que han pasado 3o años y nadie se ha vuelto a planteear un cosa semejante. Sin embargo, la posible  finalización de las 4 plantas de aparcamientos del solar conocido como Isla de Talleres, llevará aparejada la instalación obligatoria de la zona azul en Melilla, tal y como avanzaba en días atrás el director general de EMVISMESA, Juan Antonio Iglesias.

          La ciudad Autónoma de Melilla ha adelantado la cantidad de 14,5 millones de euros a la constructora de Isla de Talleres, para adquirir la propiedad de 700 plazas de aparcamiento. La necesidad de amortizar semejante cifra, aunque se imagina casi imposible, obligará a derivar a los automovilistas melillenses  hacia un aparcamiento, que será público en parte. No sabemos todavía si será una sociedad pública o privada la encargada de la gestión.

          La única forma de obligar al automovilista a aparcar en Isla de Talleres será con la instalación de la zona azul, lo más amplia posible, y además reducir el aparcamiento libre en la zona centro. Aumentarán los vados, las zonas de exclusión y la terrazas en vías publicas. Esto es así en cualquier ciudad de España. Los parkings públicos o privados no siempre son rentables. En la situación de crisis actual, la gente deja el coche en una zona próxima al lugar al que se dirige y aparca en zonas gratuitas, porque  los parkings suelen ser caros. Una inversión tan elevada como la que se ha hecho en Isla de Talleres, es cuando menos discutible. Además, recientemente se ha incrementado en un 1,5% el aval concedido a la constructora, con una justificación que no quedó clara para el gran público, entre los que me encuentro.

            Rentabilizar esa inversión será difícil para las arcas públicas, resultando demasiado caro el precio medio por cada plaza de aparcamiento. El último punto extraño es el relativo a cómo se va a permitir la utilización y puesta en funcionamiento del parking, a la vez que se prosigue la construcción de viviendas encima. Había oído lo de empezar una casa por el tejado, pero nunca lo de hacerlo por el aparcamiento.

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