Melilla, cuatro gotas y revienta la cloaca


            

         Primera lluvia de otoño, unos pocos litros, 13 por m² y la realidad de una gestión se ve, se pisa y se huele. Echar gasolina en la plaza Martín de Córdoba era un ejercicio ejercicio pestilente esta tarde. La última cloaca de la carretera ha colapsado  anegando toda la zona de aguas negras. Desde la mitad de la carretera de Alfonso XIII, hasta  las inmediaciones del Cuartel de la Guardia Civil y la propia plaza, los restos sólidos y el olor característico de las aguas negras eran más que evidentes. No ha sido ni una tromba de agua, ni la antesala del diluvio universal. Eran solo unos pocos litros y la gestión que «no se ve», pero se huele, se pone entera al descubierto.

        Han sido solo 13 litros por m² y ya se apreciaban las consecuencias de abrir una y vez tras otra las calles, con diferentes niveles de suelo en una misma calzada. Los badenes y las rotondas crean pantanos temporales en donde la circulación es dificil. Los coches, por mucho cuidado con el que se vaya, creaban olas de surf  a su paso, aunque hay muchos a los que les gusta hacerlo. Una noticia y eso que ha sido una cantidad de agua asumible. El torturado y roturado asfalto de Melilla no da para más. El día en que caiga una verdadera tromba de agua o un diluvio intenso y prolongado», se llevará Melilla entera por delante.

     Nota: http://laotramelilla.blogspot.com.es/2012/09/la-plaza-de-espana-como-siempre-cuando.html

                            

¿Coloso o gigante con pies de barro?


               ¿ Ubinam gentium sumus ?, ¿entre qué gente estamos?

                 El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, lleva 12 años en el cargo y cuando finalice este mandato en el lejano 2015, acumulará 15 años en la cima del poder político, convirtiéndose así en el 3er regidor con más tiempo de permanencia en el poder de toda la historia de Melilla, y estamos hablando  de más de 5 siglos.  ¿Estamos pues ante un coloso político o ante un gigante con los pies de barro?.

            Si se habla con sus numerosos partidarios (16820),  responden invariablemente la 1ª opción, la del coloso, y si se habla con sus detractores, que son algunos menos ( 12.180)*, afirman lo contrario, la del gigante, aunque no se vea el barro por ningún sitio, y sí mucho cemento a sus pies, los del coloso. Es un chiste sencillo pero apropiado.

            En los pasillos del poder, que como dijera el gran Lope: «Tapices tienen oídos y paredes tienen lengua». De ellos se  dice  que se hablan,  murmuran y escuchan todo tipo de cosas, pero que luego no se concretan en nada.  Existen decenas de leyendas sobre inminentes caídas de consejeros, de viceconsejeros, de sustituciones, de nuevos nombramientos, que tampoco llegan materializarse.

            El presidente Imbroda solo tiene un reto, y es buscar en su círculo íntimo a su sucesor, tal y como afirmara en una entrevista a un diario local poco antes de las elecciones municipales de mayo de 2011. En la entrevista hablaba de que «lo había conseguido todo en Melilla y que ya era hora de retirarse para disfrutar de lo conseguido y de un merecido descanso». En aquellas declaraciones, dejaba entrever que su retirada se produciría antes de que acabase la presente  legislatura.  Ocurre que Imbroda, lector del tiempo y del momento político, como muy pocos, sabe que designar al sucesor antes de tiempo, es exponerlo a la cuchillería palaciega, y también hay muchos que desaparecerán de la escena política con él, porque solo existen en torno suyo. ¿Mérito propio o demérito de los rivales?. Probablemente hay la mitad de cada cosa. 

      Es verdad que el poder tiene sus propias reglas y que a veces tiene leyes que el propio Imperator debe cumplir, pero si se estudian con atención los últimos nombramientos, se detecta una fina línea que mueve todos los hilos, y como en las partidas de ajedrez, es importante hacer el movimiento preciso en el momento adecuado. A veces gana solo el que no comete errores. La posibilidad de que alguien altere la partida no parece probable, y es que el final de la misma en 2015 parece muy lejano.

                    ¿Cuál es la situación real de Melilla?

           ¿Estamos arruinados o los ríos de dinero corren caudalosos por las arcas municipales?. Esta es la otra pregunta a la que resulta imposible dar respuesta. Sus partidarios hablan de la situación más saneada desde la fundación española de Melilla y sus detractores de una deuda oculta que se tragará hasta los visillos. Yo pienso que le favorece la coyuntura  política y económica, pese a que estamos frente a un gobierno muy derrochón y que ha gastado a espuertas.  La recaudación por IPSI, junto con las aportaciones del Estado,  aportan un maná al erario local que hacen sostener este, aparente o real, estado de dispendio. Da la sensación de que se recortan gastos, como el de la última  Semana Náutica, por pura estética, pero que igualmente se pudiera seguir gastando  a raudales.  

           La coyuntura política también le favorece, porque el estado de ruína económica de España es tal, que si un ayuntamiento puede pagarse sus gastos y sobrevivir, como el melillense, nadie se va a molestar en  sugerirle que haga cambios. El presidente Imbroda solo tiene un rival y es el tiempo. El horizonte de 2015 es lejano y si la coyuntura económica aguanta con las recaudaciones, podrá hacer su  transición política y personal con toda tranquilidad. 

             Cualquier otra cosa está en manos del destino, pero es que a  eso estamos expuestos todos, desde el monarca hasta el último servidor allende de palacio.    El coloso de Rodas, solo cayó abatido por un terremoto y como dijera el anónimo poeta: «Fabio, las esperanzas cortesanas, prisiones son donde el ambicioso muere, y al más astuto nacen canas». Nuestra batalla y nuestra lucha es otra y a ella vamos a dedicar todo nuestro empeño.

         * Cifras de las últimas elecciones municipales. Está sumado el conjunto de los votos que componen  la oposición política.

Nota: https://elalminardemelilla.com/2012/05/26/un-hombre-una-ciudad-un-partido/