Primera lluvia de otoño, unos pocos litros, 13 por m² y la realidad de una gestión se ve, se pisa y se huele. Echar gasolina en la plaza Martín de Córdoba era un ejercicio ejercicio pestilente esta tarde. La última cloaca de la carretera ha colapsado anegando toda la zona de aguas negras. Desde la mitad de la carretera de Alfonso XIII, hasta las inmediaciones del Cuartel de la Guardia Civil y la propia plaza, los restos sólidos y el olor característico de las aguas negras eran más que evidentes. No ha sido ni una tromba de agua, ni la antesala del diluvio universal. Eran solo unos pocos litros y la gestión que «no se ve», pero se huele, se pone entera al descubierto.
Han sido solo 13 litros por m² y ya se apreciaban las consecuencias de abrir una y vez tras otra las calles, con diferentes niveles de suelo en una misma calzada. Los badenes y las rotondas crean pantanos temporales en donde la circulación es dificil. Los coches, por mucho cuidado con el que se vaya, creaban olas de surf a su paso, aunque hay muchos a los que les gusta hacerlo. Una noticia y eso que ha sido una cantidad de agua asumible. El torturado y roturado asfalto de Melilla no da para más. El día en que caiga una verdadera tromba de agua o un diluvio intenso y prolongado», se llevará Melilla entera por delante.
Nota: http://laotramelilla.blogspot.com.es/2012/09/la-plaza-de-espana-como-siempre-cuando.html