- Enemigo a las puertas
- Torre Judicial de Melilla
- Corrupción en España
Hay tiempos de corrupción en calderilla y otros en doblones, de fechorías esporádicas y otros de corrupción total. Alejandro Nieto
El enemigo a las puertas
La Justicia es el tercer Poder del Estado (Legislativo, Ejecutivo y Judicial). España es un país arruinado, más de la cuenta, por el despilfarro y por las prácticas corruptas o administrativamente dudosas. La corrupción ya se sitúa como uno de los principales problemas de España, en opinión de los ciudadanos. La cuestión es que la práctica corrupta es muy difícil de identificar, y más aún de sancionar. Los que elaboraron las leyes, fueron muy laxos en la identificación de determinadas prácticas administrativas, y muy benévolos en cuanto a la incautación del los «bienes obtenidos»mediante esas maniobras , y la ulterior condena de las mismas. Esto lo estamos viendo a diario. Quien hace la ley, hace la trampa, dice el refrán español, y esto resulta un hecho y una evidencia. Está claro que la intención de los legisladores, no fue atajar la corrupción de raíz, sino solo sus excesos.
Los juicios por prácticas corruptas o de dudosa legalidad son muy lentos en su instrucción, y llegado el caso, las condenas no suelen ser tan ejemplares como la ciudadanía espera. La Justicia solo puede trabajar con los medios legales que el proporciona el Poder Legislativo, y sancionar de acuerdo con las leyes vigentes.
Darle un tirón del bolso a una anciana es una figura penal muy nítida, mientras que desfalcar al Estado, la prevaricación administrativa, la evasión de capitales, el alzamiento de bienes, la sobrevaloración de precio en los contratos administrativos, la atomización de contratos para evitar el concurso público, etc, no resultan tan fáciles de ver, plasmar en sentencia judicial y sancionar posteriormente.
Entrar en una tienda de ropa, robar un vestido y salir corriendo, es un robo, y si te ha grabado la cámara no tienes escapatoria posible, eres un ladrón. Si embargo, ser Presidente de la Generalidad valenciana, que le hagan trajes a medida, y no pagar nada, no es delito, porque no se pudo probar que esos regalos, aunque persiguiesen un determinado trato de favor del President, éste, en última instancia lo dispensase.
La hora de los Jueces y Juezas
No tienen demasiados medios, deben hacer verdaderos encajes de bolillos para conseguir definir un delito administrativo, y atribuirlo a determinada persona, o sea, encontrar al autor. Pese a todo, es su hora, la de los Jueces y de las Juezas, la de La Justicia. Respetando siempre la presunción de inocencia, hasta que no haya una condena en firme.
Palabras que niegan los hechos
Los magistrados y magistradas en ejercicio de sus funciones, no suelen hacer visitas. Si un magistrado acude a tu domicilio o lugar de trabajo acompañado por la Fuerza Pública (Guardia Civil o Cuerpo Nacional de Policía), esta llevando a cabo una acción que se llama «registro judicial». Si en virtud de ese «registro» se lleva tu ordenador, no lo está hurtando, sino incautando y trasladando a sede judicial, para investigar.
A veces los jueces te llaman, mediante requerimientos judiciales, a que los visites en su centro de trabajo, y eso no es necesariamente malo, pues se les puede visitar en calidad de testigo. También puedes ser citado como «imputado» y tampoco pasa nada, porque puede estar solo investigado un hecho. Es un signo serio el que el magistrado o magistrada no te de la oportunidad de ir a verle, y te obligue, mediante la fuerza pública a visitarle. Esto último ya es alarmante, pero resulta peor si el Juez o Jueza, tras hacerte preguntas, interrogar, mantiene la calificación de imputado, y aquí ya no es lo mismo que sea una falta o un delito. También se puede producir el caso inverso, y es que tras ser citado como testigo, se salga como imputado.
Aun así, el ser interrogado e imputado tampoco es el fin del mundo, porque existen varias posibilidades, como el ser puesto en libertad con cargos, o con fianza, o que te deje en libertad. El asunto solo se oscurece cuando no te deja ir a casa tras hacerte esas preguntas o interroga y envía a prisión, pero tampoco esto es definitivo, porque todo son medidas provisionales, hasta que no haya sentencia firme.
Conclusión
Lo mejor de todo es que estamos en Democracia y que nuestros jueces y juezas son demócratas, que vigilan por el cumplimiento de Las Leyes y no suelen ser arbitrarios en las medidas que dictan o toman. Contra la posibilidad de la corrupción y su sombra, que se han acercado demasiado a las puertas de Melilla, y esta no es la primera vez; solo cabe apoyar a los magistrados/as, para que esclarezcan hasta el último de los extremos. La luz que representa La Justicia, debe entrar hasta el último rincón, por muchos que quieran apagarla. Solo produce vergüenza, el esfuerzo por no llamar a las cosas por su nombre.
Nota: https://elalminardemelilla.com/2012/03/20/el-efecto-domino-2/